29/4/13

Historia de las campañas antivacunación a través de la historia y su impacto sobre la Epidemia de Sarampión


Historia de los movimientos en contra de la vacunación (Publicado por The Historical Medical Library of The College of Physicians of Philadelphia)
Los académicos de la salud y la medicina han descrito a la vacunación como uno de los diez máximos logros de la salud pública durante el siglo XX.[1]
Sin embargo, la oposición a la vacunación desde que se descubrió la vacunación misma [2] (ciertamente la práctica de la virulación, previa a la vacunación, también sufrió críticas: vea detalles en esta cronología).
Los críticos de la vacunación han adoptado diversas posturas, como: la oposición a la vacuna contra la viruela en Inglaterra y Estados Unidos a mediados y finales del siglo XIX, y las ligas antivacunación resultantes; las controversias más recientes sobre la vacunación, como las que surgieron por la seguridad y eficacia de la vacunación contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), el sarampión, las paperas y las rubéola (MMR); y el uso de un conservante que contenía mercurio llamado timerosal.

EDWARD JENNER Y LA VIRUELA: La vacunación generalizada contra la viruela comenzó a principios del 1800, después de los experimentos que hizo Edward Jenner con la viruela vacuna, donde demostró que podía proteger a un niño contra la viruela si lo infectaba con la linfa de una ampolla de la viruela vacuna. Sin embargo, las ideas de Jenner eran novedosas para su época, y de inmediato surgió la crítica pública, que se basaba en razonamientos variados e incluía objeciones sanitarias, religiosas, científicas y políticas.

LOS MIEDOS Y PROTESTAS DE LOS PADRES DE FAMILIA: Para algunos padres de familia, la vacunación contra la viruela provocaba miedos y protestas, ya que había que rasgar la carne del brazo de un niño e introducir la linfa de la ampolla de una persona que había sido vacunada aproximadamente una semana antes. Algunos opositores, incluidos los clérigos locales, creían que la vacuna “no era cristiana” porque provenía de un animal;[3] para otros opositores, el descontento con la vacuna contra la viruela reflejaba su desconfianza general ante la medicina y a las ideas de Jenner sobre la transmisión de la enfermedad. Al sospechar de la eficacia de la vacuna, algunos escépticos alegaban que la viruela era el resultado de material en descomposición en la atmósfera.[4] Por último, mucha gente objetaba la vacunación porque creía que atentaba contra su libertad personal, una tensión que empeoró cuando el gobierno desarrolló políticas para la vacunación obligatoria. [3]

PRIMERA LEY DE VACUNACIÓN DE 1853: La Ley de vacunación de 1853 ordenaba la vacunación para bebés hasta de 3 meses de edad, y la Ley de 1867 amplió este requisito a 14 años, agregando penalizaciones por rechazar la vacuna. Las leyes tuvieron como resultado la resistencia de ciudadanos que exigían el derecho a controlar sus cuerpos y los de sus hijos.[3] Se crearon dos ligas: la Liga Antivacunación y la Liga contra la vacunación obligatoria, como respuesta a las inevitables leyes, y también surgieron muchas publicaciones periódicas en contra de la vacunación.[2]

LEICESTER UN BASTION DE LOS GRUPOS ANTIVACUNACIÓN: La ciudad de Leicester fue un lugar particular de actividad en contra de las vacunas, y sede de muchas agrupaciones en contra de la vacunación. El periódico local describió los detalles de una demostración: “Se formó una escolta, precedida por una pancarta, para escoltar a una joven madre y dos hombres, quienes habían resuelto entregarse a la policía y ser encarcelados antes de tener que vacunar a sus hijos... una gran multitud estaba al tanto de los tres... les dieron tres efusivas ovaciones, que se volvieron más vigorosas cuando cruzaron las puertas de las celdas de la policía”.[5] La demostración contra la vacunación de Leicester, en marzo de 1885, fue una de las más notorias. Ahí, entre 80,000 y 100,000 opositores a las vacunas organizaron minuciosamente una marcha completa que incluía pancartas, el ataúd de un niño y una efigie de Jenner.[3] Dichas demostraciones, y la oposición general a las vacunas, condujeron a la creación de una comisión designada para estudiar la vacunación. En 1896, la comisión dictaminó que la vacunación protegía contra la viruela, pero sugería eliminar las penalizaciones por no vacunarse. La Ley de vacunación de 1898 eliminó las penalizaciones, e incluyó una cláusula de “opositor consciente”, de tal manera que los padres de familia que no creían en la seguridad o la eficacia de la vacunación podían obtener un certificado de exención.[2]
LA VIRUELA Y LAS LIGAS ANTIVACUNACIÓN EN EEUU: Hacia el final del siglo XIX, los brotes de viruela en Estados Unidos condujeron a campañas de vacunación, pero también a actividades relacionadas en contra de las vacunas. En 1879 se fundó la Sociedad Antivacunación de Estados Unidos, después de una visita que hiciera a EE.UU. el británico William Tebb, quien objetaba la vacunación. Le siguieron dos ligas más, la Liga contra la vacunación obligatoria de Nueva Inglaterra (1882) y la Liga Antivacunación de la Ciudad de Nueva York (1885). Los opositores estadounidenses libraron batallas en los tribunales para derogar las leyes de vacunación en varios estados, como California, Illinois y Wisconsin.[2]
En 1902, después de un brote de viruela, la junta de salud de la ciudad de Cambridge, Massachusetts, ordenó que todos los residentes de la ciudad fueran vacunados contra la viruela. Henning Jacobson, residente de la ciudad, se rehusó a vacunarse con base en que la ley violaba su derecho de cuidar su propio cuerpo como mejor pudiera, pero la ciudad presentó cargos penales en contra de Jacobson. Después de perder su batalla contra el tribunal a nivel local, Jacobson apeló ante la Corte Suprema de EE.UU. En 1905 la Corte falló a favor del estado, donde se declaraba que éste podía promulgar leyes obligatorias para proteger al público en caso de una enfermedad transmisible.
Fue el primer caso de la Corte Suprema de EE.UU. concerniente al poder estatal sobre las leyes de salud pública. [6],[7]

CONTROVERSIA SOBRE LA DTP (TRIPLE BACTERIANA: DIFTERIA, TETANOS Y TOS FERINA)
Las controversias y posturas en contra de la vacunación no se limitan al pasado. A mediados de la década de 1970, surgió una controversia internacional sobre la seguridad de la vacuna DTP en Europa, Asia, Australia y América del Norte. En el Reino Unido (RU), surgió la oposición como respuesta a un informe del Hospital para Niños Enfermos Great Ormond Street en Londres, que declaraba que 36 niños habían sufrido problemas neurológicos después de recibir la vacuna DTP.[8] Los documentales por televisión y los informes en periódicos atrajeron la atención pública sobre la controversia.
Un grupo de defensa, la Asociación de Padres de Niños Dañados por Vacunas (Association of Parents of Vaccine Damaged Children, APVDC) también despertó el interés público ante los posibles riesgos y consecuencias de la DTP.
Como respuesta a la disminución de tasas de vacunación, y a tres epidemias importantes de tos ferina, la Junta Directiva sobre Vacunación e Inmunización (Joint Commission on Vaccination and Immunization, JCVI), un comité asesor de expertos independientes en el RU, confirmó la seguridad de la inmunización.
No obstante continuó la confusión del público, en parte debido a las opiniones diversas dentro de la profesión médica; por ejemplo, las encuestas de proveedores médicos en el RU, a finales de la década de 1970, descubrieron que eran renuentes a recomendar la inmunización a todos los pacientes.[9] Además, Gordon Stewart, un médico muy directo y opositor a la vacuna, publicó una serie de informes sobre casos que vinculaban trastornos neurológicos con la DTP, lo cual generó más debate. Como respuesta, la JCVI lanzó el Estudio Nacional sobre Encefalopatía Infantil (National Childhood Encephalopathy Study, NCES). El estudio identificaba a cada niño de entre 2 y 36 meses hospitalizado en el RU por enfermedades neurológicas, y evaluaba si la inmunización estaba relacionada o no con el aumento de riesgo. Los resultados del NCES indicaron que el riesgo era muy bajo, y estos datos constituyeron una base de apoyo para realizar una campaña nacional a favor de la inmunización.[10] Miembros de la APVDC siguieron argumentando en la corte, buscando reconocimiento y compensaciones, pero todo se rechazó debido a la falta de pruebas que vincularan a las lesiones con la vacuna DTP.
La controversia en EE.UU. comenzó cuando los medios se enfocaron a los supuestos riesgos de la DTP. Un documental de 1982: DPT: Vaccination Roulette (DTP: La ruleta de la vacunación), describía supuestas reacciones adversas a la inmunización y minimizaba los beneficios.[11]
De manera similar, un libro de 1991 titulado: A Shot in the Dark (Un tiro en la oscuridad) definía los riesgos potenciales.[12] Tal como en el RU, los padres de familia inquietos y molestos crearon grupos de defensa para las víctimas, pero la reacción de las organizaciones médicas, como la Academia de Pediatría y los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., fue más fuerte en Estados Unidos.[9] Aunque la tormenta mediática inició varios juicios contra fabricantes de vacunas, provocó el aumento los precios, y también que algunas compañías dejaran de producir la DTP,[13] afectó menos las tasas de inmunización, lo que no ocurrió en el RU.

CONTROVERSIA SOBRE LA VACUNA TRIPLE VIRAL (MMR = SARAMPION, PAPERAS, RUBEOLA)
Casi 25 años después de la controversia por la TRIPLE BACTERIANA (DTP9, Inglaterra nuevamente fue el centro de actividades en contra de la vacunación, esta vez por la vacuna Triple viral (MMR). En 1998, el médico británico Andrew Wakefield recomendó investigar más a fondo una posible relación entre las enfermedades de colon, el autismo y la vacuna MMR.[14] Pocos años después, Wakefield alegó que la vacuna no se había probado adecuadamente antes de utilizarla.[15] Los medios se apropiaron de estas historias, provocando el miedo del público y la confusión sobre la seguridad de la vacuna.[16] El Lancet, publicación periódica que difundió originalmente el trabajo de Wakefield, declaró en 2004 que no debió haber publicado el estudio.[17] El Consejo Médico General, un regulador independiente de médicos en el RU, descubrió que Wakefield tenía un “conflicto de intereses fatal”, ya que una junta legal le había pagado para indagar si había pruebas que sostuvieran un litigio convocado por padres de familia que creían que la vacuna había perjudicado a sus hijos. En el año 2010, el Lancet se retractó formalmente del estudio después de que el Consejo Médico General Británico falló en contra de Wakefield en varias áreas. Wakefield fue eliminado del registro de médicos de Gran Bretaña, y ya no puede ejercer su profesión médica en ese país. En enero de 2011, el BMJ publicó una serie de informes del periodista Brian Deer donde se exponían, a grandes rasgos, pruebas de que Wakefield había cometido un fraude científico al falsificar datos, y también que el médico esperaba recibir utilidades financieras de diversas maneras por sus investigaciones. [18] Se han realizado una gran cantidad de estudios de investigación para evaluar la seguridad de la vacuna MMR, y ninguno ha encontrado una relación entre la vacuna y el autismo.[19]

VACUNAS MAS ECOLOGICAS: El timerosal, un compuesto que contiene mercurio y se utiliza en las vacunas como conservante,[20] también ha sido el centro de una controversia sobre la vacunación y el autismo. Aunque no existen pruebas científicas claras donde se especifique que son perjudiciales pequeñas cantidades de timerosal en las vacunas, en julio de 1999 organizaciones líderes en medicina y salud pública de EE.UU., así como algunos fabricantes de vacunas, estuvieron de acuerdo en que el timerosal debería reducirse o eliminarse de las vacunas, como una medida de precaución.[20]
En el año 2001, el Comité de Investigación sobre la Seguridad de las Vacunas del Instituto de Medicina emitió un informe en el que concluía que no existían pruebas suficientes para demostrar o refutar las afirmaciones acerca del timerosal en las vacunas infantiles y una reacción para provocar autismo, trastorno de déficit de atención e hipersensibilidad, o retraso en el habla o el lenguaje.[21]
Un informe más reciente del Comité “favorece el rechazo de una relación causal entre las vacunas que contienen timerosal y el autismo”.[22] Aun con este hallazgo, algunos investigadores siguen estudiando los posibles vínculos entre el timerosal y el autismo.[23]
A pesar de las pruebas científicas, las inquietudes sobre el timerosal han conducido a una campaña pública para tener “vacunas más ecológicas”, la cual busca eliminar las “toxinas” de las vacunas por temor de que estas sustancias conduzcan al autismo. La famosa Jenny McCarthy, su grupo de defensa Generation Rescue y la organización Talk about Curing Autism (TACA) han encabezado este proyecto.[24]

CONCLUSIONES: Aunque los tiempos han cambiado, las emociones y las creencias profundamente arraigadas, ya sean filosóficas, políticas o espirituales, que subyacen a la oposición a las vacunas, se han mantenido relativamente constantes desde que Edward Jenner introdujo la vacunación.

BIBLIOGRAFIA
1.Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Ten great public health achievements -- United States, 1900-1999. MMWR. Atlanta, GA: Centers for Disease Control and Prevention (CDC); 1999;48 (12):241-243. Accessed April 25, 2010.
2.Wolfe RM, Sharpe LK. Anti-vaccinationists past and present. BMJ. 2002d;325:430-432.
3.Durbach N. They might as well brand us: Working class resistance to compulsory vaccination in Victorian England. The Society for the Social History of Medicine. 2000;13:45-62.
4.Porter D, Porter R. The politics of prevention: Anti-vaccination and public health in 19th century England. Medical History. 1988;32:231-252.
5.Williamson S. Anti-vaccination leagues. Archives of Diseases in Childhood. 1984;59:1195-1196. 6.Gostin L. Jacobson vs. Massachusetts at 100 years: Police powers and civil liberties in tension. AJPH. 2005;95:576-581.
7.Albert M, Ostheimer KG, Breman JG. The last smallpox epidemic in Boston and the vaccination controversy. N Engl J Med. 2001;344:
 8.Kulenkampff M, Schwartzman JS, Wilson J. Neurological complications of pertussis inoculation. Arch Dis Child. 1974;49:46-49.
9.Baker J. The pertussis vaccine controversy in Great Britain, 1974-1986. Vaccine. 2003;21:4003-4011.
10. Miller DL, Ross EM. National childhood encephalopathy study: An interim report. Br Med J. 1978;2:992–993.
11.WRC-TV, (Washington, D.C.). DPT : Vaccine Roulette. [Film]; 1982.
12.Coulter H, Fisher BL. A Shot in the Dark. New York: Penguin Group; 1991
13.Gangarosa EJ, Galazka AM, Wolfe CR, Phillips, L. M. Gangarosa, R. E., Miller E, Chen RT. Impact of anti-vaccine movements on pertussis control: The untold story. The Lancet. 1998;351:356-361.
14.Wakefield A. Measles, mumps, and rubella vaccine: Through a dark glass, darkly. Adverse drug reactions and toxicological reviews. 2001;19:265-283.
15.Wakefield A, Murch SA, A., Linnell J, Casson D, Malik M. Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. The Lancet. 1998;351:637-641.
16.Hackett AJ. Risk, its perception and the media: The MMR controversy. Community Practitioner. 2008;81:22-25
 17.BBC News. Lead researcher defends MMR study. BBC News. Sunday, 22 February, 2004. Accessed May 10, 2010.
 18.Deer B. How the case against the MMR vaccine was fixed. BMJ 2011;342:c5347. Accessed January 11, 2011. Deer B. How the vaccine was meant to make money. BMJ 2011;342:c5258. Accessed January 11, 2011. Godlee F, Smith J, Marcovitch H. Wakefield's article linking MMR vaccine and autism was fraudulent. BMJ 2011;342:c7452. Accessed January 11, 2011.
19.Stratton K, Gable A, Shetty P, McCormick M. Immunization safety review: Measles-mumps-rubella vaccine and autism. Washington, DC: Institute of Medicine, National Academies Press; 2001. Accessed May 10, 2010.
20.Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Information about Thimerosal. Accessed April 25, 2010.
21.Institute of Medicine (IOM). Immunization safety review: Thimerosal - containing vaccines and neurodevelopmental disorders. Washington, DC: National Academies Press; 2001. Accessed May 10, 2010.
22.Institute of Medicine (IOM). Immunization safety review: Vaccines and autism. Washington, DC: National Academies Press; 2004. 2010.
23.Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Vaccine Safety Datalink (VSD) Project Priority Studies. Accessed May 10, 2010.
24.Kluger J. Jenny McCarthy on autism and vaccines. Time Magazine. 2009. Accessed May 10, 2010.

23/4/13

La adversidad como oportunidad: Siempre podemos elegir, ser parte del problema o ser parte de la solución - Dr. Gustavo Zerbino



      
Hay determinadas experiencias que no dejan indiferente a nadie y marcan un antes y un después en la vida de las personas. Ésta es una de ellas. A pesar de haber pasado más de treinta años del suceso, el “Milagro de Los Andes”, como se conoció a esta historia, sigue viva entre nosotros. Pasarán treinta años más y se seguirá recordando como el primer día.
 La trágica noticia del accidente aéreo ocurrido el viernes 13 de octubre de 1972 dio la vuelta al mundo entero y conmovió a toda la humanidad ensalzando las enormes posibilidades del ser humano y poniendo de manifiesto cómo la adversidad bien gestionada fortalece al hombre y le ayuda a crecer. Una adversidad que durante 72 días sirvió para templar ambiciones, relativizar lo material, despertar la creatividad, domesticar egos, fomentar el espíritu de equipo, practicar la generosidad, poner a prueba la flexibilidad, y, sobre todo, como nos confiesa Zerbino, “vivir el amor”.
4.500 metros de altitud, con temperaturas de hasta 40º grados bajo cero, escasez de alimentos, carencia de medios, enfermedades o aludes, no fueron suficientes para doblegar a las “ganas de vivir” de aquel grupo de jóvenesde apenas 20 años que plantaron cara a todo tipo de contrariedades, demostrando, como diría el filósofo José Antonio Marina, que “el talento es la capacidad de conseguir resultados extraordinarios con gente ordinaria”.
Se convirtieron a partir de ese instante en ejemplo de superación capaz de desafiar los límites más insospechados. Gustavo Zerbino fue uno de los 16 supervivientes de aquella dura prueba. Estudiante de primero de medicina, sus exiguos conocimientos no fueron inconveniente para convertirse en el máximo responsable, junto a Roberto Canessa –el otro aprendiz de médico– del auxilio y cuidado de los enfermos.
Después de aquella experiencia, hoy vive la vida de la mejor manera, con intensidad; no le tortura el pasado ni le angustia el futuro. Saborea el presente y degusta la existencia como si fuese el último minuto. Sabe que la muerte está tan segura de su victoria que nos da toda una vida de ventaja, así que la mejor manera de aprovecharla es no desperdiciándola.
La primera regla de su manual de existencia es aceptar la realidad tal y como es y no como nos gustaría que fuese; una filosofía donde no tienen cabida excusas infantiles que buscan eludir responsabilidades, y donde lo importante no es tanto lo que nos ocurre sino como lo experimenta cada persona. Uno nace y muere, y entre medias, lo que pasa es una incógnita. Nuestra respuesta ante los acontecimientos, creciéndonos o derrumbándonos, viendo las dificultades como obstáculos o retos, es una actitud patrimonio exclusivo de cada individuo. Ese pragmatismo es la única solución para tomar las riendas de nuestro destino y vivir la vida con plenitud.
Otra de las pautas que definen su guía vital responde al siguiente principio: primero, “ser”; después, “hacer”; y, por último, “tener”. Un “ser” que implica practicar la integridad y honestidad en todos los órdenes de la vida; un “hacer” que responde al máximo compromiso y entrega en todo lo que hace; y un “tener” que es la consecuencia lógica de lo primero y lo segundo.
La fórmula del ensayo y error es la siguiente de las sugerencias que recomienda Zerbino como estrategia de crecimiento personal: caer, levantarse, vuelta a caer y levantarse de nuevo hasta enderezar el rumbo soñado, sabiendo que en el back-office de eso que algunos llaman “fracaso” se esconde la semilla del éxito: “Winners never quit; quitters never win”. (Los ganadores nunca desisten; los que desisten nunca ganan). Tiene claro que lo más importante en la consecución de cualquier objetivo no son los “medios” sino los “fines”, porque cuando el corazón busca algo con sinceridad la cabeza siempre le acaba mostrando el camino.
El liderazgo en el que cree Zerbino –clave en la experiencia de Los Andes– no escapa a su pasado como jugador de rugby; un liderazgo compartido basado en la acción y el ejemplo en el que cada persona en su rol tiene la responsabilidad de dar lo mejor y donde la complementariedad explica el éxito del equipo.
Gustavo Zerbino tiene actualmente 59 años y es Director de Cía. Cibeles, representante exclusivo en Uruguay de Merck Sharp & Dohme – MSD (Estados Unidos), laboratorio líder en investigación de especialidades farmacéuticas. Es, además, Presidente de la Cámara de Especialidades Farmacéuticas y Afines (CEFA), institución que reúne a los laboratorios multinacionales instalados en el país sudamericano.
Asimismo, combina su actividad profesional con labores como conferenciante destacado de Thinking Heads impartiendo ponencias sobre “Liderazgo y Motivación” y “Gestión de la Adversidad” en diferentes empresas y escuelas de negocio de primer nivel de diferentes países del mundo como México, España, Argentina, Chile, Republica Dominicana o Uruguay, en las que rescata valores y principios que emergieron en las montañas y muestra el paralelismo con el día a día de las organizaciones mercantiles.
El accidente: viernes 13 de octubre de 1972
A las 8:05 de la mañana del jueves 12 de octubre de 1972, el avión Fairchild F-227 nº571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, con un joven equipo de rugby a bordo, los Old Christians, despega de Carrasco (Montevideo) con destino a Santiago Chile. Las inclemencias meteorológicas obligan al avión a aterrizar en el aeropuerto Mendoza (Argentina) a la espera de nuevo aviso para partir.
Al día siguiente, en torno a las 15:30, el avión, con cuarenta pasajeros a bordo y cinco tripulantes, se estrella en la cordillera de Los Andes a más de 3.500 metros de altitud, muriendo en la colisión trece personas y tres más durante la noche.
El domingo 15, poco después del mediodía, tres aviones pasan cerca de los restos del Fairchild, pero siguen de largo. Al rato, otro avión sobrevuela la zona y mueve las alas, lo que les hace pensar a los supervivientes que han sido vistos, y en breve serán rescatados. Ninguna ayuda, sin embargo, llega al lugar.
El frío, el hambre, el dolor y la espera sin noticias hacen que los presentimientos negativos comiencen a instalarse en el grupo. El agotamiento de las subsistencias y la falta de alternativas comestibles en la montaña les obligan a tomar una de las decisiones más duras: utilizar los cuerpos sin vida de los fallecidos como alimento.
Suspensión de la búsqueda: lunes 23 de octubre de 1972
Tras días de espera, el décimo día conocen por radio que el Servicio Aéreo de Rescate (SAR) uruguayo ha suspendido su búsqueda. Un nuevo golpe emocional invade al grupo, pero el liderazgo de Fernando Parrado, uno de los primeros en conocer la noticia, sirve con su actitud positiva para insuflar fuerzas:
– Tengo que daros una buena noticia. Han abandonado la búsqueda.
La perplejidad del grupo es manifiesta:
– ¿Y por qué son buenas noticias?
Parrado desprende entonces su carisma:
– Porque eso significa que saldremos de aquí por nuestra cuenta; vamos a salvarnos solos.
El alud: domingo 29 de octubre de 1972
Dieciséis días después del accidente, el domingo 29 de madrugada, mientras duermen, una avalancha de nieve les sorprende y mueren ocho personas más. La desesperación del grupo se acrecienta, pero aquella nueva tragedia marca un punto de inflexión en la actitud del grupo. El alud trajo consigo más dolor, pero también resultó un fuerte acicate para despertar la proactividad del grupo haciéndoles ver que si no era por sus propios medios no saldrían de allí.
Finalmente, varios de los supervivientes deciden cruzar las inmensas montañas a pie.
La última expedición: martes 12 de diciembre de 1972
La falta de oxígeno, la necesidad de alimento y la densidad de la nieve hicieron fracasar en varias ocasiones las expediciones emprendidas. A pesar de todo, aquellos primeros ensayos sirvieron para esbozar la que sería la última y definitiva expedición.
El martes 12 de diciembre, Canessa, Parrado y Vizintin salen rumbo al oeste para encontrarse con los verdes valles de Chile. Éste último, viendo que las subsistencias no serían suficientes para aguantar todo el camino, decide regresar al campamento y dejar su ración de comida a los dos primeros.
Tras escalar la primera cima y llegar a lo más alto, Canessa observa una hilera de montañas inacabables y se derrumba:
– Vamos a morir, dice.
Parrado, siempre luchador, vuelve a la carga con sus comentarios positivos:
– Sí, vamos a morir, pero andando.
El domingo 17, en una de las paradas ven un pequeño arrollo con musgo y juncos a su lado. Es el primer signo de vegetación que se encuentran desde el accidente. Dos días después ven un grupo de vacas, y más adelante encuentran el primer rastro de civilización: una lata vacía de sopa, una herradura de caballo y unos árboles talados.
El rescate: viernes 22 de diciembre de 1972
El miércoles 20, un arriero chileno que se encontraba con su ganado en un valle en las profundidades de Los Andes ve al otro lado de un torrente las figuras de dos hombres. Parrado y Canessa, muy debilitados, le hacen gestos de auxilio, pero éste pensando que son terroristas o turistas, no presta atención y se aleja.
Fotografía: Pedro Algorta, Roy Harley, Roberto Canessa, Alfredo Strauch Urioste. Centro de izq. a der. José Luis (Coche) Inciarte, Antonio Vizintin y Eduardo Strauch Urioste. Frente izq. a der. Gustavo Zerbino, Javier Methol y Daniel Fernández.
 
Al día siguiente se produce el segundo contacto. Cuando el arriero vuelve al lugar se encuentra a ambos en el mismo lugar. Les lanza al otro lado del río un papel y un bolígrafo y Parrado escribe: “Vengo de un avión que cayó en las montañas. Soy uruguayo. Hace 10 días que estamos caminando. Tengo un amigo herido arriba. En el avión quedan 14 personas heridas. Tenemos que salir rápido de aquí y no sabemos cómo. No tenemos comida. Estamos débiles. ¿Cuándo nos van a buscar a arriba?. Por favor, no podemos ni caminar. ¿Dónde estamos?”.
El día 22 se inicia el rescate de los catorce supervivientes restantes.
Después del rescate
El 18 de enero de 1973 se organizó una expedición al lugar donde yacían los restos del Fairchild para dar sepultura a los muertos del accidente y decirles el último adiós. Se levantó un altar de piedra con una cruz de hierro en la que aún se puede leer: “El mundo a sus hermanos uruguayos”; y por el otro lado: “Cerca, Oh Dios, de Ti”.
Ese mismo año se publicó el libro ¡Viven! La tragedia de Los Andes, de Piers Paul Read, basado en los testimonios de los supervivientes y que serviría veinte años más tarde, en 1993, para dar vida a una producción cinematográfica dirigida por Frank Marshall.
Aquella experiencia cambió la vida de todos los supervivientes y hoy día algunos de ellos viajan por todo el mundo dando conferencias sobre las enseñanzas de aquella historia. Executive Excellence charla con Gustavo Zerbino que nos desvela algunas de las claves de aquel episodio que hoy día sigue admirando a la humanidad.
FRANCISCO ALCAIDE: ¿Cuáles son las principales enseñanzas que sacaste de la experiencia de Los Andes?
GUSTAVO ZERBINO: Son muchas. Hay un antes y un después de aquella experiencia. Lo más importante es la pasión que pongo en todo lo que hago. En la cordillera cada minuto era el último y teníamos que dar el cien por cien de nuestro potencial físico, mental y espiritual. En esa situación vives con mucha pasión. Por desgracia, en nuestro día a día vivimos como una mosca entre dos paredes, preocupados el 80% del tiempo por el pasado y el futuro. Hay que vivir el único momento en el que podemos tomar acción, el presente. El pasado y el futuro son dos estados que nos paralizan. El primero nos angustia porque no lo aceptamos; el segundo nos produce intranquilidad porque no lo controlamos. El hombre escapa al presente porque le tiene pánico. Los miedos son como llevar una mochila que pesa dos kilos. Jorge Luis Borges dijo un día: “si naciera de nuevo viviría de manera diferente porque que he dedicado más del 80% del tiempo a prepararme para problemas que nunca se presentaron”.
El presente nos exige estar atento, permeable, dispuesto, flexible, receptivo; es un momento en el que el ejecutivo tiene que tomar decisiones y tiembla. Estamos rodeados de un arsenal de información, de asesores, de personas que nos dan los elementos para tomar una decisión que solos no nos atrevemos a tomar por miedo, y todos esos instrumentos simplemente son lo más parecido a la aplicación del sentido común.
F. A.: ¿Dónde residió el éxito de la supervivencia en condiciones tan extremas?
G. Z.: Tuvimos muchas cosas a favor, la más importante, la cultura. Veníamos del mismo país, íbamos al mismo colegio, practicábamos la misma religión, jugábamos al mismo deporte, teníamos la misma escala de valores... nos conocíamos. A partir de esos ingredientes tú puedes construir una organización basada en la confianza. Éramos deportistas de un juego como el rugby en la que cada jugador tiene su lugar en el campo: el grande, el alto, el gordo, el pequeño, el rápido, el fuerte... y entre todos armas un organigrama; es como el arco iris donde todos los colores se complementan, la diversidad enriquece al grupo.
F. A.: En aquellos días la creatividad se estiró hasta límites insospechados.
La creatividad se desarrolla con la intención. Si quieres algo y le pones pasión con el tiempo vas a aprender cómo se hace. Nadie sobrevive 24 horas a 40 grados bajo cero y a más de 4.000 metros de altura con ropa ligera y nosotros lo hicimos. Con frecuencia nos distraemos discutiendo en cómo hacer algo cuando lo importante es la intención que pongas en conseguirlo. En la cordillera todo era desconocido para nosotros. Uruguay es un país donde nunca nevó. No teníamos información previa pero sí un objetivo común: salvarnos todos. El inconsciente colectivo estaba formado. Aprendimos por ensayo y error. Las normas surgían según las necesidades y desaparecían por sí solas. Si funcionaba, valía; si no funcionaba, no servía. El pragmatismo era permanente. Existe una creencia errónea y profundamente arraigada que es pensar que la consecución de nuestros logros depende de la suerte. Culpar a la suerte de nuestra vida es de personas poco válidas. Los ganadores buscan soluciones; los perdedores buscan excusas.
F. A.: En situaciones adversas el liderazgo adquiere más relevancia que cuando las cosas marchan bien porque hay que tomar decisiones difíciles sin reparar mucho en las consecuencias. ¿Qué es el liderazgo para Zerbino y cómo se manifestó aquellos días?
G. Z.: El liderazgo está en la acción. Lo único que produce resultados en la vida son las acciones. El dicho dice: “el infierno está empedrado de buenas intenciones pero nadie hizo nada”. El genio no es el que tiene las ideas sino el que las lleva adelante. Einstein afirmaba que “el ejemplo no es una de las maneras de transmitir, es la única”. El liderazgo lo encontramos en el ejemplo. No tenemos que decir lo que hay que hacer sino hacerlo y poner lo que falta. Si falta confianza, yo tengo que confiar en mi gente; si falta alegría, yo tengo que estar alegre.
El liderazgo está basado en el amor y en el respeto; luego, el líder tiene que identificar las necesidades de su gente y satisfacerlas. Para eso tienes que tener una sensibilidad hacia el ser humano, desprenderte de la soberbia, la arrogancia y la prepotencia, que es lo que hoy prima, y practicar la humildad, la buena voluntad y la honestidad... No hay que predicar, sino hacer.
Por otro lado, el liderazgo no puede ser patrimonio exclusivo de una persona sino de cada uno de los miembros de la organización que en su rol son la persona más importante. En las organizaciones, el movimiento de energía y cambio tiene que estar en todos los engranajes de la cadena. En la cordillera cada uno cumplió su papel de acuerdo a sus posibilidades: los que tenían las piernas rotas y no podían caminar ayudaban con las manos para coser, hacer agua o acariciarte los pies que estaban congelados; los que habíamos estudiado algo de medicina pusimos nuestros conocimientos al servicio de los enfermos; y el que era ingeniero construyó una radio.
F. A.: La mente, con sus pensamientos positivos o negativos, es un potente regulador de nuestros comportamientos, convirtiéndose en nuestra más fiel compañera o enemiga. ¿Qué papel jugó en Los Andes?
G. Z.: Otra de las cosas que aprendí en la cordillera es a no vivir una realidad virtual, esos patrones de conducta instalados en nuestra mente que nos hacen responder automáticamente frente a los acontecimientos. La mente es un instrumento que podemos utilizar a nuestro favor entrenándola positivamente y entonces es cuando se logran cosas que parecen imposibles.
En la cordillera tuvimos que destruir todos nuestros sistemas de creencias. Todos los límites que eran inalcanzables los dejamos pequeños. Lo primero es tener el deseo sincero de lograr algo; y segundo, hacer lo que se requiere sin excusas. Vivimos en una sociedad donde las excusas nos evaden de tomar decisiones y de esta manera quitarnos responsabilidades de en medio. Desde aquella experiencia, la responsabilidad no la entiendo como un “tener que” sino como la habilidad para responder a lo que ocurre alrededor mío. Es una manera flexible de entender la vida. Vivimos en un mundo donde el cambio es constante y queremos tener certezas; eso produce la epidemia más grande del siglo XX: la depresión. La sociedad vive con una angustia permanente porque la falta de información y certezas nos produce ansiedad. Hay que tirar hacia delante sin contar con todos los datos. Luego, esa decisión podremos mejorarla y profundizarla, pero tenemos que ir avanzando sin temor a equivocarnos. Es una invitación a todos los miembros de la organización a ser responsables de su vida y sustituir el “tengo que” por el “quiero” como si fuese algo propio. Esa es la diferencia entre vivir la vida y disfrutarla o ser víctima de los gobiernos, de la sociedad, de mi jefe.... Padecemos lo que ocurre, y simplemente lo que ocurre son datos, no está ni bien ni mal. A partir de estos datos, cuando yo los acepto, doy el primer paso y todo mi potencial se pone en marcha para buscar oportunidades a partir de lo que es la realidad.
F. A.: En situaciones límites el hombre es capaz de lo mejor y de lo peor. ¿Qué fue lo que más te sorprendió del ser humano?
G. Z.: La armonía. El hombre cuando está bien empieza a causar el mal. Cuando todo es un infierno lo único que puedes crear es el bien. El caos te alinea porque no hay tiempo de generar más caos.
F. A.: Se suele decir que en situaciones de crisis la comunicación es determinante.
G. Z.: Sí, hay que hablar mucho. Cuando no hay diálogo se generan muchos conflictos y resentimientos. Damos por supuesto cosas que no son ciertas y las relaciones se enturbian. Además, muchas veces tenemos una dependencia excesiva de aprobación por los demás y eso nos genera muchas insatisfacciones.
Hay que promover el ser humano integral. Desempeñamos muchos roles que van contra nuestros valores y principios y eso nos produce una gran insatisfacción. La incongruencia produce un gran vacío. No somos máquinas. Si tienes la necesidad de estar con un hijo que te precisa lo que tienes que hacer es comunicarlo, porque para estar en la empresa pensando en lo que le pasa a tu hijo mejor no estar; habla con tu hijo y luego ven y haz lo que tienes que hacer porque estás comprometido. No se puede faltar a la familia. Cada cosa tiene su momento y en cada momento hay que dar el máximo. Si estoy con mi familia no puedo estar pensando en el proyecto de la empresa y viceversa. Eso no es vivir, es durar. Estar fuera de la realidad. Por este motivo la gente termina mal: úlceras, infartos, psicofármacos.... Les cuesta estar aquí y ahora. No tolera la realidad. La aceptación de la realidad es para mí el principio básico para vivir y no durar.
Si eres un ser humano integral en todos los sitios que estás vas a ser parte de la solución y no del problema dando lo mejor de ti sin excusas. Hay que disfrutar la aventura de la vida. Lo único que depende de mí es cómo vivo la vida. No importa lo que ocurre, sino qué voy a hacer con eso que me ocurre. A partir de ahí asumo la responsabilidad y el compromiso de darlo todo en cada situación.
F. A.: Para acabar Gustavo. Qué frase o cita refleja tu filosofía de vida actual.
G. Z.: Yo comienzo mis conferencias diciendo que nuestra historia no es el milagro ni la tragedia de Los Andes sino una historia de amor. En San Juan 15, 13, se dice: “No hay amor más grande que aquel que da la vida por los amigos”. Esto lo escribió Numa Turcatti en su mano el último día antes de morir pesando 25 kilos. Las cosas más increíbles en la montaña las hicimos por amor. Con amor no hay nada imposible. Quien pone amor en lo que hace va a ser la persona más feliz y encima le van a pagar por hacer lo que le gusta. Además, uno se siente libre, no tiene miedo a hacer el ridículo y admite los fallos con normalidad y naturalidad. El camino del éxito se hace aprendiendo de los fracasos.
Hay que ser sincero con uno mismo y preguntarnos qué es lo que queremos en lugar de ser el reflejo de lo que hacen los demás. Hacer las cosas que uno siente de verdad. Un día de joven me di cuenta que cuando lograba cosas que a los demás les producían placer a mí no me llenaban. El placer no está en lograr sino en ser. En la vida primero hay que ser, después hacer y, finalmente, tener.

Como piensan los médicos: Entre Sherlock Holmes y el Dr.House - Dr.Alberto Agrest - INTRAMED



      

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Pensar en MedicinaDr. Alberto Agrest

Introducción

Pensar sobre el pensar
Pienso en el pensar como un juego de la conciencia, un juego de preguntarse y contestarse, preguntarse comos y porqués.
La intención pareciera ser excluir el azar y también excluir el caprichoso "porque sí".
En este juego se trata de: dado un efecto descubrir una causa (reconstrucción histórica de hechos consumados) y si la causa está presente predecir un efecto (creación probabilística).
Una acrobacia de la mente, pasar del pasado al futuro.
En medicina se trata de pasar del tiempo del diagnóstico al tiempo del pronóstico y de ahí a la decisión y a la acción.
Parecen ser actividades de la conciencia: el percibir, el recordar, el imaginar y el relacionar Para mí relacionar con palabras es pensar (equivalente de razonar). Como todo juego esto tiene reglas y resultados.
Tengo la impresión que también se puede relacionar sin palabras y esto me parece que se da en el mundo emocional. Relacionar sin palabras no es razonar.
Pensar sin y sentir simultáneamente, quizás podrían hacerlo psicópatas y seguramente los robots si se excluye a Sonny, el sensible Yo, Robot de la película basada en el libro de igual título de Isaac Asimov, para el resto de nosotros es inevitable sentir cuando se piensa.
Las reglas del pensar son las de la lógica de la inferencia: la deducción, la inducción y la abducción o retroducción y las de la gramática con sus sujetos y predicados. Los resultados son las conclusiones y las conclusiones pueden ser falsas o verdaderas, aceptables o inaceptables.
Pensar parece ser, simplemente, dialogar consigo mismo.
Se puede pensar bien o mal, creativamente o para activar la memoria, se puede pensar desde algo consciente o desde la nada, una nada que algunos suponen que está en el subconsciente o en el inconsciente. Se piensa pues para crear o recrear.
Son elementos básicos del pensar las percepciones de la observación, la memoria del conocimiento y la imaginación, pensar es relacionar las 3 cosas.
Quizás se pueda pensar sólo con imágenes, sin palabras, como transitar un atajo en lugar del camino del razonar con palabras, quizás sea esto reconocer modelos y esto subyace lo que llamamos intuición.
Los resultados del pensar, las conclusiones, pueden ser aceptables o inaceptables para el pensador y esto se llama reflexión que es pensar sobre las conclusiones del pensar y buscar las fallas del proceso.
Las conclusiones pueden ser verdaderas o falsas. La verdad que está en la lógica se supone eterna, la verdad que está en las cosas a las que se accede por la imaginación y la investigación, esta verdad, es siempre provisoria.
El pensar, sin embargo, no es un proceso lineal y continuo. Interrumpen esta linearidad, como interferencias, los olvidos el agotamiento y las distracciones. Para pensar analíticamente hay que estar alerta a ello. Quizás para pensar creativamente hay que permitirse la irrupción del desorden en el pensar. Es del caos que parece surgir la oportunidad de la creación. Hay por cierto también un peligroso hacer sin pensar.
¿Qué ocurre con el pensar en medicina? ¿Cómo se piensa en medicina?
En medicina pensar es interpretar lo que se oye del relato de los pacientes, tanto el relato  espontáneo, como el de las respuestas a preguntas, es interpretar lo que se observa desde el comienzo de la entrevista, lo que se palpa, lo que se percute y lo que se ausculta.
El relato es el directo del paciente o de quien asuma su representación, parientes, colegas y personal auxiliar.
Interpretar es relacionar lo que se observa con lo que se sabe, es poner en juego una inteligencia naturalista que reconoce categorías e incluye dentro de una categoría el producto de su interpretación.
Interpretar es, a su vez, hallar la metáfora adecuada, una expresión de significado no literal pero capaz de movilizar la imaginación y mejorar así la interpretación para ser docente consigo mismo o con el otro, el otro es cualquier otro: el paciente o su “subrrogante”, el colega o quien corresponda.
Hallar e interpretar (decodificar) es una tarea de arqueólogos, esta etapa del pensar médico podría llamarse arqueológica.
¿Cuántas propiedades faltan para completar la categoría y cuántos elementos sobran para la categoría elegida?;
¿cuánto apartamiento es aceptable para conservar una categorización que siempre será hipotética?;
Comienza así un algoritmo, los caminos del pensar plantean alternativas y elecciones, este es un pensar filosófico, ¿es así el pensar médico?, ¿es tan metódico y sistemático?, diría que no.
Es difícil tener la información completa para que la elección sea tan racional en un lapso tan limitado como es el de una consulta médica, aunque ese tiempo puede extenderse postergando la conclusión.
En el pensar del médico influyen sus conocimientos, sus experiencias más recientes con aciertos o errores, su valoración de las consecuencias del error en la elección de una u otra alternativa, la premura para activar la respuesta a una elección, la auto evaluación y el grado de confianza en las propias capacidades en una u otra elección.
Se trata de un pensar práctico, esto es la fronesis aristotélica (algo así como la prudencia)Sus conocimientos son por un lado su ciencia y por otro lado su experiencia, esta última reúne cuentos con moraleja que generan reglas, máximas y aforismos, con la débil pero movilizadora pretensión de ir de lo particular a lo general.
Tan movilizadora como peligrosamente alejada de la realidad.
En el pensar médico existe una manipulación cerebral de una información asequible como tal o ya transformada en conceptos dirigida a resolver problemas, razonar y tomar decisiones.
El pensar puede ser un proceso destinado a reconocer una verdad sometiendo los conceptos al análisis lógico y a informaciones demostradas.
Intervienen en el análisis lógico la deducción, la inducción, la abducción y las reducciones al absurdo y son informaciones demostradas las que surgen de la lógica y de evidencias experimentales. Esta es una etapa de inferencias, del pensar médico similar al pensar de un detective, la llamaría etapa detectivesca . Arqueólogo y detective el médico se convierte en una mezcla de Champollion y Sherlock Holmes.
El problema del pensar médico es que puede destinarse a persuadir más que a informar y utilizar para ello silogismos incompletos. Son entimemas esos argumentos retóricos para persuadir mientras que los silogismos son los utilizados para demostrar, el pensar médico entra así en el terreno de la ética.
En la relación médico-paciente hay mucho de intención de persuadir para reducir temores y ansiedad, para conseguir adherencia al tratamiento o a procedimientos diagnósticos y para fortalecer el grado de dependencia médica del paciente. Para esto el médico adopta una imagen real o simulada de confianza en sus conclusiones. El problema de la confianza real puede representar una intolerancia a la incertidumbre con el riesgo de no tomar conciencia de la probabilidad de error. Es la convicción lo que socava la tolerancia a la incertidumbre y hay que reconocer que esa convicción es más veces producto de la ignorancia que del conocimiento.
 Acceda al texto completo del Dr. Alberto Agrest en formato pdf haciendo click aquí
FRÓNESIS ARISTOTÉLICA: Frónesis
De Wikipedia, la enciclopedia libre: Frónesis (del griego: Φρόνησις phronesis), en la Ética a Nicómaco, de Aristóteles, es la virtud del pensamiento moral, normalmente traducida como 'sabiduría práctica', a veces también como 'prudencia' (en cierto sentido se contrapone a la hybris o desmesura).
A diferencia de la sofía, la frónesis es la habilidad para pensar cómo y por qué debemos actuar para cambiar las cosas, especialmente para cambiar nuestras vidas a mejor.
Prudencia viene del latín prudentia, y esta del griego phronesis. Su definición era 'conciencia', o sea comprender la diferencia entre el bien y el mal. La palabra phronesis viene de phroneo, que significa 'comprender'.
(Véase también providentia, 'ver antes, anticiparse').

22/4/13

La armonía entre las distintas partes del cuerpo: Las melodías del cuerpo humano - Dr. Francisco Varela


Eric Goles: Cuál es la relación entre la mente y el cuerpo?
Francisco Varela: es casi un reflejo automático el pensar que la mente y el cuerpo son dos cosas distintas. Y esto nos viene de lejos, de partida de la tradiccion cristiana y del racionalismo bien dominante de occidente.
Hay un mensaje que todo el mundo debiera comprender y es que esa historia del antagonismo o de la dualidad mente-cuerpo se acabó. Es un reflejo totalmente adquirido que hoy no hay ninguna razón para seguir sosteniéndolo.
Decir que hay una especie de separación entre la mente y el cuerpo, sería lo mismo que pensar que hay una contradicción entre el movimiento del caballo y sus patas. Eso es absurdo, nadie diría eso, pero equivale a los mismo.
El cerebro, el cuerpo en realidad habría que decir, el cerebro dentro del cuerpo, con los músculos, con los nervios que van a los músculos, con  las visceras, con el corazón, etc, todos forman parte del sistema nervioso y cuando todas estas partes, todas estas neuronas se ponen en acción como las patas del caballo tenemos un fenómeno que emerge, que es no el movimiento, sino la mente, o sea la capacidad de pensar, de recordar, de percibir.
No hay menos o más conflicto en la relación entre los elementos de base y lo que surge de esos elementos de base que con el caso de los movimientos de la pata del caballo.
La conferencia dura 4 minutos 32". Haciendo click sobre la fotografía se puede escuchar directamente.

Entrevista a la viuda de Francisco Varela: Amy Cohen Varela

Entrevista a la viuda de Francisco Varela, Amy Cohen Varela:
 A 10 años de la muerte de Francisco Varela (uno de los científicos más respetados del mundo), su viuda norteamericana, una famosa psicoanalista habla de él por primera vez, habla de su historia común y de los últimos tiempos de Francisco Varela.
Le gusta Chile. No le tiene ningún rencor, como si no hubiera internalizado nunca el hecho de que su marido, Francisco Varela, sea reconocido como uno de los científicos más importantes y creativos en el mundo entero.
Sin embargo, ella viene todos los años, desde hace más de 25 años, y disfruta de la familia de Francisco como si fuera la suya y del paraíso de la infancia, Montegrande. Allí, junto a las cenizas de Gabriela Mistral están las de Francisco Varela.
Ahora Amy Cohen está en Chile una vez más, ahora en un contexto de homenajes al biólogo, filósofo, inmunólogo, padre de la actriz Leonor Varela, budista, amigo personal del Dalai Lama y autor de muchos libros que comienzan con su teoría del conocimiento junto a Humberto Maturana en los años 70, y que culminan este mes en Valparaíso y en Montegrande, donde se lanzó un libro que recopila casi todos sus escritos, La ciencia del ser, a 10 años de su muerte. El tributo a Varela lo organizó el Instituto de Sistemas Complejos, fundado por Eric Goles, entre otros destacados científicos.

Amy tiene toda la pinta de "gringa deslavada": genuinamente rubia, de ojos azules sin maquillaje, de sonrisa fácil y un castellano con acento indesmentible. Además, parece asombrarse con cosas que ya le deberían ser obvias después de más de 30 años en la familia Varela, como el cariño del "tata", su suegro, o la belleza del campo familiar en Montegrande.

Por eso le pido que hablemos en inglés, para escucharla con los matices que sólo da el idioma propio. Lo agradece. Y al poco rato, se transforma en una mujer interesante, cuya belleza está en su forma de escuchar, en la seriedad con que intenta ser rigurosa, en lo original que deviene su mirada. Esto, sin desmerecer que es alta, delgada y bonita a sus 53 años.
Antes de ser la mujer de Francisco Varela, Amy Cohen había estudiado literatura en Boston, su ciudad natal, se había casado con un francés y ambos se habían ido a vivir a París, donde ella estudió literatura comparada. Eran los tiempos cuando entre los profesores se encontraban Foucault, Althusser o Derrida, por mencionar algunos.

-Lo que más me gustaba era leer, podía pasar días enteros enfrascada en la vida de otros... Entonces pensé, por qué esos otros no podían ser personas reales y de paso podía contribuir con sus vidas, relacionarme con otros. Y entonces entré a estudiar psicología clínica y psicoanálisis.

Se entusiasmó tanto que se convirtió en una psicoanalista que ejerce hasta hoy en Francia.

El matrimonio con el productor musical galo duró poco, no tuvieron hijos y ella estaba tan enamorada de su profesión y de la luz de esa ciudad, que parece no haberlo resentido mucho. Un día estaba dando una ponencia en un congreso sobre literatura y psicoanálisis. La habían dejado para el final y los asistentes ya estaban cansados, lo que la puso aún más nerviosa. Tenía 27 años y no había hablado en público. Luego de los aplausos, vio que un hombre saltó al escenario, la felicitó y le pidió que se tomaran un champagne en el cóctel de cierre. Tenía los dientes separados y sabía de literatura casi tanto como ella...

Amy se queda por un momento en la duda.

-No. Sabía menos que yo -afirma con un dejo de orgullo. Era Francisco Varela.


Lo pasaban bien juntos. Se hicieron muy amigos antes de juntar casas. Más tarde se casaron y tuvieron a Gabriel, hoy de 19 años, escribieron juntos ensayos sobre psicoanálisis, biología y vida. Ella siguió trabajando en lo suyo, pero los hechos demuestran que sobre todo lo acompañó. A vivir y a morir. Ambas experiencias igualmente intensas, entrelazadas en el tiempo, porque el cáncer no soltó a Francisco jamás durante varios años, en los que también fue muy fértil en sus descubrimientos científicos.

Todavía, 10 años después de su muerte, ella lo tiene vivo dentro de sí. Al menos así se percibe. Porque su forma de relatar los últimos días de Francisco es tan realista como iluminada, como si ese calvario hubiera sido "mágico" en la relación de pareja, así lo dijo literalmente, y el momento de la muerte, un "alivio".

El gran baile: Uno de los temas que más apasionaba a este médico, filósofo, matemático, inmunólogo que se doctoró en Harvard a los 23 años, era el origen del conocimiento. Aquello de que las cosas no existen hasta que el observador las ve y ahí comienza un baile que le da forma al objeto y al que lo ve. Esto fue lo que en primer lugar escribió con Humberto Maturana en los 70 y que publicaron en el libro El árbol del conocimiento. Pero después de estudiar los ojos de las ranas, Varela no paró más de investigar en un laboratorio de la Universidad de París y fue sofisticando esta teoría y llevándola al campo de la empatía, del amor, la religión, la medicina.

Por ahí dice que "la experiencia viene antes que la materia", que todo nace en el momento en que se entra en relación con el otro. Por eso no cree en los mundos individualistas y tan privados, le parecen pobres. "Se cae a pedazos la idea de que todo está en la mente. Mi mente es a partir de la mente del otro y en la relación, en ese baile está el poder constitutivo de la empatía, que educa lo emocional".

-Además de crear con fundamentos reales, de laboratorio, su marido siempre mencionaba esto del baile entre las cosas. ¿Le gustaba a usted bailar con él?

-(Con un poco de pena, se ve obligada a hacer una confesión). Nunca bailamos, no lo recuerdo. Tal vez porque yo no soy buena bailarina. Nuestras mentes bailaron mucho, eso sí. Lo que hacíamos mucho en París -porque yo ya llevaba viviendo un tiempo y él venía llegando- era comer, íbamos a restaurantes, al campo, y comíamos la comida francesa y los vinos. Yo le enseñé a cocinar. Cuando lo conocí no sabía ni hacer un huevo (se ríe). Tuve que hacer mucho trabajo para sacarle al macho chileno que tenía adentro. Y él me enseñó el gusto por la ópera y el teatro. Así es que lo pasábamos muy bien, eran tiempos muy sensuales y fascinantes, a pesar de no haber bailado.

-¿Él pasaba muchas horas leyendo? Si no, ¿cómo se las arreglaba para citar a poetas, a todos los filósofos imaginables, a los griegos y a los japoneses de hoy?

-Su mamá decía que desde muy pequeño no se leía los libros, ¡se los comía! Y es cierto que sus intereses eran infinitos, todo le interesaba. Sí, leía bastante, pero yo diría que sobre todo tenía una capacidad extraordinaria de ir sintetizando lo más importante y lo asociaba con otras lecturas, lo que le daba una red de entendimiento en su cabeza que le permitía conectar cosas tan distintas y hablar en forma muy comprensible sobre tantos temas.


-¿Cómo se vive en normalidad con un tipo tan genio?

-Yo no vivía con un genio, vivía con un hombre. No llevaba trabajo a la casa. Se quedaba muchas horas en la universidad, viajaba mucho, yo a veces lo acompañaba. Pero en la casa era bueno para ayudar con la limpieza... Ah, y cosía mucho mejor que yo: pegaba botones, hacía bastas. Y cuando yo estaba cocinando, yo era la genio de la casa. Si estábamos hablando de la filosofía de la ciencia o de un texto sobre neurociencia, él era el genio. Aprendíamos mucho uno del otro.

-¿La escuchaba realmente?

-Sí, lo que me conmovía mucho. Era raro en un científico, pero estaba abierto a dialogar sus cosas conmigo. Esa es una de las cosas que más echo de menos, ese tejido que creábamos al conversar que nos nutría a los dos.
Los últimos meses: Entre ellos hablaban en inglés y luego lo mezclaban un poco con el francés. Y a pesar de viajar mucho, y de venir a Chile todos los veranos, siempre vivieron en un espacioso departamento en París. También arreglaron una antigua casa del sur de Francia, en Ménerbes, donde juntaron los libros de todos los tiempos. Ahí se refugiaban, especialmente cuando, en 1994, Varela se enfermó. Ya hacían más de 20 años que el científico había entrado en su cercanía con Buda. Aquello, de hecho, se produjo después del golpe militar del 73, cuando tuvo que salir del país con su primera mujer -la madre de Leonor Varela, la actriz- y se sintió perdido. No de su quehacer científico, del que nunca dudó, si no de su propia vida que hasta ese momento tenía un orden y de repente todo se derrumbó. Ahí descubrió la meditación y estos mundos que luego le permitieron sobrellevar el dolor.

Un día Amy lo llevó a hacerse un chequeo con su propio médico internista, porque hacía años que Francisco no iba a un doctor.

-Mientras le revisaba los ojos, vi que no ponía muy buena cara. Cuando llegaron los resultados de los exámenes, apareció que el hígado no estaba funcionando bien. No había razones posibles, no era nada de alcohólico. Entonces se determinó que era una hepatitis ni A ni B. Se hizo la investigación y un día salimos a caminar por París, el último día de 1994, y me contó que era una hepatitis C. En ese momento sentí que se me hundió el corazón, que entrábamos en una pesadilla.

Y así fue. Los exámenes de sangre eran todos los meses, Francisco se empezó a sentir más y más cansado, lo que no afectó en absoluto sus investigaciones y conferencias. De hecho, sus publicaciones entre 1995 y 2000 son más y más trascendentes que su trabajo anterior. Pero esto lo llevó a meditar durante muchas horas, a llegar a ese estado de "nada" que tanto lo atraía.

En 1996 le detectaron cáncer al hígado, y lo pusieron en lista de espera hasta que lo pudieron trasplantar. El no estaba nada de seguro de hacerlo, no tenía fe en el trasplante. Pero un día el Dalai Lama le escribió conminándolo a hacérselo. "Debes hacer lo que sea necesario para quedarte aquí, porque te necesitamos".


Esa era la última palabra. Se hizo el trasplante. Estuvo dos meses en la UTI y ahí elaboró otras teorías sobre la medicina que divide a los seres humanos en cuerpo y el interior, lo que es "completamente falso, porque son indivisibles", decía.

Amy miró estos años también de otro modo.


-Ayudarlo, apoyarlo durante este tiempo fue parte de mi naturaleza, pero no sabía que al hacerlo me estaba sobre todo ayudando a mí misma. Aunque suene muy sentimental, él fue una inspiración. En la medida que su debilidad física crecía, se iba fortaleciendo más y más en su cabeza y en su corazón. Cuando lo conocí, a pesar de ser abierto a escuchar, igual era competitivo y hasta un poco arrogante públicamente. En cambio, en estos últimos años fue más humilde. Nuestro amor creció, la solidaridad y la admiración también crecieron. Llegamos a niveles muy profundos, a los que no hubiéramos llegado sin la enfermedad. Igual preferiría que no se hubiera enfermado, pero esto es para decirte que la enfermedad trajo su regalo.

El hígado trasplantado también contrajo cáncer. Y ahí supieron que ya no había otra oportunidad. Vinieron a Montegrande, era su manera de cerrar el ciclo de su vida. Y ahí fue que el documentalista suizo Franz Reichle le hizo una última entrevista. Estaba muy flaco, pelado y con poca voz, pero con la dignidad y seguridad de siempre. "Montegrande es una infancia, es mi abuelo haciendo el pan a las 5 de la mañana, es la paz de no haber estado nunca desprotegido...", dice ahí.

Esta visita fue en febrero de 2001. Volvieron a París y concluyó sus proyectos con alumnos y colegas, trabajó muy enfocado y quemó allí sus últimas energías.

En mayo ya no podía caminar y Amy se sentaba detrás de él para que pudiera meditar sentado. "Fue un momento mágico para nosotros", recuerda. Luego empezó a llegar toda su familia de distintos países, incluido su padre octogenario desde Chile. Y Amy lo acompañó adivinándole su pensamiento cuando ya no tenía voz. Seguían durmiendo en la misma pieza, en distintas camas. Una noche Francisco respiraba con mucha dificultad y mucho ruido. Ella no podía conciliar el sueño. Dice que de repente se durmió y soñó con el canto de un pájaro. Despertó sobresaltada y escuchó los pájaros del amanecer en la ventana. Miró a Francisco y ya no respiraba.

-Fue su silencio el que me despertó. Me quedé una hora más con él, sola. Y en lugar de no poderlo creer, sentí un profundo alivio y me dije sí, puedo creerlo, Francisco ha muerto.

21/4/13

Influencia de las cualidades positivas en el manejo de las crisis y en la lucha contra la adversidad - Dr. Luis Rojas Marcos

"Secretos de la felicidad" - Dr. Luis Rojas Marcos (médico psiquiatra). Director del Sistema de Sanidad y Hospitales Públicos de Nueva York. Entrevista realizada por EL MUNDO en Madrid.
¿Por qué escribe sobre felicidad?LRM: La medicina hizo un cambio significativo hace 20-25 años y fue cuando nos dimos cuenta de que no basta con curar las enfermedades, sino que es importante valorar el estado inmunológico y emocional, qué cualidades tenemos los seres humanos naturales que nos protegen o que nos ayudan a superar situaciones difíciles en la vida. Se empezaron a investigar temas como el optimismo y la felicidad, la capacidad de relacionarse... Es un tema que antes trataban los filósofos, pero no se había estudiado de una forma metódica. De ahí que yo también entrase en ese mundo, de estudiar la influencia de las cualidades positivas.¿Es usted feliz?: LRM: Yo me doy un 8,5. Ese número va a ser muy parecido en muchas personas diferentes, aunque cambies de país, excepto en aquellas que no tienen cubiertas sus necesidades y también en las personas que están deprimidas. Al 80%, si le preguntas, va a dar más de un 5, hombres, mujeres, mayores...
Los españoles tienen alguna particularidad?
Aquí no se habla de la felicidad. No se presume de ser feliz. En Estados Unidos, en cambio, se glorifica la felicidad, y no es que sean más felices (normalmente se puntúan también con un 7 o un 8), sino que la cultura fomenta hablar del tema, hasta el punto de que la mayoría de las personas creyentes piensan que cuanto más feliz eres más probabilidades tienes de ir al cielo. ¿Por qué les cuesta tan poco ser felices a los niños?
Porque el instinto de la felicidad es genético. Todos nacemos con la capacidad de proteger y buscar nuestra satisfacción de la vida, necesaria para que la especie continúe. Los niños, si les dejamos tranquilos, de forma natural van a ser felices, porque está en sus genes. Incluso algunos que pasan por una infancia muy dura, luego les preguntas cómo de felices son y te dan un 7 o un 8, porque lo han superado. Normalmente, el ser humano tiende a sentirse bien. ¿Usted fue un niño feliz?
Síiii (pensativo), yo fui un niño con problemas, hiperactivo, que me cateaban, y lo pasé muy mal, porque a mis padres no le gustaba lo de los cates. Pero en aquel momento, si me hubieras preguntado, cuando tenía 12, 13 ó 14 años no sé lo que hubiera contestado. Luego tuve la suerte de que mi madre me dijo: 'parece que tienes buen oído para la música, ¿por qué no pruebas algún instrumento?'. Y empecé a tocar el piano, y con 15 años ya tocaba la batería en un conjunto, que es el instrumento ideal para un niño hiperactivo. Aquello ayudó a mi autoestima porque, aunque me cateaban, eso de tocar por la radio, me ayudaba a ligar y pensaba: 'Soy un desastre en el cole, pero mira, caigo bien'. Eso me sirvió para nivelar mi autoestima. A medida que empecé a comprender que podía utilizar el exceso de energía para estudiar más o trabajar, me fue yendo mejor. Mirando hacia atrás, con todos los problemas, en general me doy un 8,5.¿Cómo se potencia la autoestima en un adulto?: En una persona adulta es más complicado, a no ser que su autoestima haya bajado por algo concreto. En ese caso, estas personas son más fáciles de ayudar. Por ejemplo, si está deprimida porque ha roto con su pareja o tiene problemas en su familia, es lógico que la autoestima baje. La cuestión es superar ese problema.
Ahora, si la persona ha crecido con una autoestima baja y se mantiene, cambiar eso requiere tiempo y mucho esfuerzo, y dinero por lo menos en Estados Unidos, porque es algo que se ha consolidado. Hay que empezar a hacer listas, para encontrar algo con lo que se encuentre bien. Y comenzar a desarrollar parcelas que la persona pueda desarrollar para aumentar su autoestima.
¿Se puede ser feliz con una situación económica difícil?
Sin conocer el caso concreto no se pueden dar consejos buenos. Si una persona no tiene empleo, lo primero que le preguntaría es cómo se siente. Y probablemente nos llevaríamos una sorpresa. Porque es fácil que nos diga que bien. Porque puede decir: 'Aunque no tengo trabajo tengo la suerte de que mi familia me ayuda, y me entiende, y también me he organizado mi día, hago deporte, leo más... Del cero al 10, estoy en un 6'. El instinto de la felicidad funciona incluso en las situaciones más difíciles. Nacemos con esa necesidad de sentirnos bien. De forma instintiva echamos mano de protectores. Hay algunos que podemos trabajar mejor, también hay que diversificar. ¿Es mejor dejar de hablar de la crisis para ser felices?
La queja forma parte de la esencia de este país. La utilizamos para dialogar, para relacionarnos. Nos quitan la queja, ¿y de qué vamos a hablar? Es un elemento esencial en esta cultura. ¿Cómo le vas a decir a la gente que deje de hacerlo? Aquí atrae mucho hablar de la tragedia, pero cuando preguntas: '¿Y tú cómo estás?' Normalmente, la gente se da una nota alta, a pesar de estar rodeados de tragedias. Hay que tener en cuenta esa dicotomía, lo general y lo individual. ¿Hay muchas personas que no se fían del psiquiatra?
Sí, y muchas otras que no van por miedo al que dirán. La enfermedad mental tiene mucho de estigma, no en todos los sitios, por ejemplo en Nueva York hay gente que presume de ir al psiquiatra. Pero todavía ir al psiquiatra no es fácil, sobre todo en los pueblos o en las ciudades pequeñas. Usted, psiquiatra, ¿ha ido alguna vez al psiquiatra? ¿Ha tenido alguna vez depresión?
Sí. Cuando murió mi padre, estaba en Nueva York. Él había sido un buen padre, pero era autoritario. Luego me fui y nunca hablamos. Me hubiera gustado hablar con él, aclarar cómo me sentía con él. Me sentí deprimido. Y me ayudó ir a un colega.Después del 11-S, que lo viví muy cerca, me dediqué a trabajar. No notaba nada hasta que un día empecé a sentirme raro. También fui a hablar con un colega y le conté lo que había vivido aquel día y aquella semana. ¿Tomó alguna medicación? No, no me la recetaron, pero me la hubiera tomado.
¿Cuáles son las herramientas para conseguir la felicidad?: Hablar, contar historias... Contar algo que no entiendes bien, al hablarlo lo organizas, y al organizarlo empiezas a entenderlo, a darle sentido. Cuando empecé a hablar con mi colega sobre el 11-S, le empecé a contar mi historia, y de esta manera le di su significado.
Por otro lado, está demostrado que el ejercicio físico es muy útil para la mente.
Usted empezó a correr a los 40 años, ¿por qué lo hizo?
Por la hiperactividad y el estrés. Mi mujer me dijo: 'Mira Luis, no hay quien te aguante'. Yo nunca había hecho ejercicio. Lo mío era aplicar la energía en otra cosa. Ella me convenció y compró una cinta [rodante] que puso en el dormitorio. Fue un reto. Recuerdo que corría dos minutos y tenía que parar. Pero con el tiempo notaba que me sentaba muy bien aquello de sudar. Así que pasé al parque y vi que me gustaba. Y cuando alguien me dijo: '¿Por qué no corres un maratón?' Lo intenté, y ya llevo 19 maratones.
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20/4/13

La edad biológica nos dice a qué velocidad una persona está envejeciendo: Los Secretos de una larga vida - Mónica de la Fuente y Eduard Punset


  • ¿Podemos predecir la longevidad que alcanzará una persona?

  • Punset entrevista a Mónica de la Fuente, investigadora en bioquímica y fisiología quién ha realizado investigaciones que han llevado a la ciencia a conocer que  efectivamente podemos predecir la longevidad.
  •  Redes se emite cada domingo, a las 21.30 horas, en La 2 de TVE

    Cuando una célula cancerosa se desarrolla en nuestro organismo o cuando contraemos una enfermedad infecciosa, el sistema inmunitario trabaja para defendernos.
    Este análisis puede indicarnos la edad biológica de una persona, que puede variar mucho de la edad que indique su partida de nacimiento.
    Según le explica De la Fuente a Punset en este capítulo de Redes, podemos seguir algunos consejos básicos para alcanzar una edad biológica que nos augure muchos años de vida y, sobre todo, con buena salud.
    Eduardo Punset: En un programa de Redes, un día como hoy, hace años, recuerdo que les expliqué o intenté explicar los hallazgos, los descubrimientos de un grupo de científicos ingleses, médicos la mayoría de ellos, que demostraban hasta qué punto el reconocimiento social que uno merecía, que este reconocimiento social era el mejor predictor de la salud de una persona.
    Bueno pues, ahora resulta que todo eso no es cierto. Resulta que el mejor predictor de la salud de una persona es el sistema inmunitario. Y hasta tal punto es esto verdad, este cambio fenomenal, que tres premios Nobel se concedieron en el año 2011 a grandes especialistas del sistema inmunitario.
     Y hoy tenemos la suerte de hablar con Mónica, luego hablamos con todo detalle de ella. Lo que me gustaría es anticiparles, bueno, los secretos de la vida.
    La primera, el primer secreto que nos están sugiriendo, revelando, los inmunitarios, los especialistas en el sistema inmunitario, es que hay que evitar las drogas, las bebidas prohibidas.
     La segunda cosa es que hay que cuidarse de la dieta, la obesidad es una fuente de envilecimiento físico que condena a una vida más corta.
     La tercera es el ejercicio físico, no parar de hacer ejercicio, no demasiado pero algo de ejercicio físico. Y por último, bueno, una actitud (de eso va sobre todo el sistema inmunitario) una actitud positiva ante la vida.
    Es fantástico, Mónica, que te puedas ocupar de algo que no entendemos el resto y que es tremendamente importante, probablemente no hay nada más importante. ¿Cómo lo explicas a tus alumnos la diferencia entre edad cronológica y edad biológica?
     Es decir, la que depende realmente del sistema inmunitario y que es algo totalmente distinto y que varía con el tiempo. ¿podemos aclararnos en cuál es la diferencia entre una y otra?
     Mónica de la Fuente:
    Sí. Como has dicho bien, la edad cronológica es la que marca el reloj, la que marca el calendario.
     Todo el mundo piensa "la edad cronológica siempre va hacia delante". En un momento determinado tienes una edad y al rato siguiente tienes otra más, pero no puedes volver atrás.
     En cambio la edad biológica sí que puede variar y una persona puede tener en un momento una edad biológica de 60 años y al año siguiente de 30 o de 40.
    LA EDAD BIOLOGICA: La edad biológica lo que te dice es cómo te encuentras y sobre todo lo que te dice es a qué velocidad uno está haciendo el proceso de envejecimiento.
     Entonces, lo que le explico a los alumnos es que la edad biológica, que es la edad a la que envejecemos, es como un viaje. Un viaje Madrid – Barcelona, imagínate. Cuando llegamos a Barcelona hemos terminado nuestro proceso vital y morimos.
     Puede haber una persona que en un momento de su vida vaya muy deprisa, muy deprisa. Si sigue así va a llegar muy pronto al final, por lo tanto no va a llegar a los 100 años, va a morirse antes. U otra persona que lo hace muy lento, muy lento, va a llegar más tarde.
     Claro, y uno en un momento determinado de la vida puede ir muy deprisa pero después puede cambiar y puede ir más despacio. Entonces si tú valoras la edad biológica cuando está yendo muy deprisa, le sale más edad.
    Pero si toma medidas y se lo valoras después, la efectividad de esas medidas la ves porque ya va más despacio, ¿de acuerdo? Por lo tanto es movible ese número.

    Eduardo Punset:
    ¿Y eso lo podemos medir ahora? ¿Tú me puedes hacer un pinchazo y decirme "tu edad biológica es muchísimo menos que tu edad cronológica", que la que marca el calendario?


    Mónica de la Fuente:
    Sí, o más. Depende de lo que te salga. Pero sí, sí. A finales del siglo pasado empezaron a hacer pruebas, bueno a mediados del siglo pasado, pruebas para ver qué marcadores fisiológicos y psicológicos podían servir de indicadores de la edad biológica pero no los terminaron de perfilar.

    Entonces lo que nosotros hemos hecho es utilizar ese magnífico sistema fisiológico que tenemos, el sistema inmunitario, para poder, a través de cómo está funcionando ese sistema, dar la indicación de la edad biológica.
    EL SISTEMA INMUNITARIO REGULAR LA EDAD BIOLOGICA:
     Eduardo Punset:
    O sea que estamos hablando de un sistema, el inmunitario, que nos habían enseñado en la escuela, que lo que servía era para defenderte de ataques virulentos, de virus y de cosas extrañas.
     Pero tú ahora me estás sugiriendo, que no nos habíamos fijado suficientemente en la importancia que tiene para alargarte la vida o para acortársela a uno.
     Mónica de la Fuente:
    Sí. Yo creo que eso es lo más novedoso y lo más excitante de este trabajo.
    Porque claro, el que nos defienda de las infecciones que continuamente nos están invadiendo, o de las células cancerosas que continuamente nos están apareciendo en nuestro organismo, es fantástico, y esa es la función típica del sistema inmunitario.

    Pero lo que hemos visto es que más relevante que eso o bueno, por lo menos igual de relevante, es que este sistema es un sistema regulador, ¿sabes?

    Es decir, los sistemas fisiológicos que se encargan de mantenernos nuestro equilibrio funcional –lo que los fisiólogos llamamos homeostasis– para estar siempre en ese equilibrio (más que mantener el equilibrio es alcanzar, llegar a ese equilibrio) pues ahí hay unos sistemas que tenemos: el sistema nervioso, el sistema endocrino con las hormonas y el sistema inmunitario con todos sus mediadores.

    Entonces esos tres sistemas que están comunicándose continuamente desde que el individuo nace, son los que nos permiten mantener ese equilibrio, alcanzar ese equilibrio y por lo tanto, tener salud.
     Eduardo Punset:
    Mónica, si entiendo bien lo que me estás sugiriendo es que hay una relación muy estrecha entre el sistema inmunitario, éste que antes nos servía para defendernos…
     Mónica de la Fuente:
    …bueno, ¡y que nos sigue sirviendo!
     Eduardo Punset:
    …que nos sigue sirviendo, y el sistema nervioso. Y eso ya me interesa mucho. ¿Me puedes decir en qué se nota? ¿Qué facetas del sistema nervioso son importantes para el sistema inmunitario? ¿Si estoy siempre nervioso…? ¿Qué me pasa?
    Mónica de la Fuente:
    Evidentemente, esa comunicación es lo que te permite explicar el porqué cuando una persona está deprimida, está con ansiedad, o tiene digamos, la pérdida de un ser querido, etc., todo eso hace que en esa situación, esa persona, con más facilidad tenga un proceso infeccioso, desarrolle un cáncer.
     Es decir, lo que está diciendo es que el sistema inmunitario está más deteriorado. Y a la inversa, cuando una persona es más feliz –de hecho la terapia de la risa se utiliza en muchos hospitales para, digamos, mejorar la respuesta a tratamientos en personas con cáncer o con otro tipo de enfermedades
    Entonces claro, el estar contento mejora también tu sistema inmunitario. Es decir, todas las emociones positivas van a repercutir en tener un mejor sistema inmunitario que te va a defender mejor y te va a regular mejor y vas a tener mejor salud. Y las negativas al revés.
    Eduardo Punset:
    O sea que mi salud depende realmente de lo que está haciendo, sintiendo, mi sistema nervioso, en gran parte.
     Mónica de la Fuente:
    Sí y que repercute en el otro.
     Eduardo Punset:
    He visto un experimento que has hecho con tu equipo con ratones, los poníais en un sitio un poco inhóspito, complicado para encontrar la salida y había unos ratones que estaban contentísimos de tener más trabajo, y de buscar la salida, y lo que es fabuloso es que vivían más años. O más tiempo.
     Y en cambio los que se ponían tristes y desesperados, que no encontraban por donde ir, éstos se morían antes. ¿Es verdad?
     Mónica de la Fuente:
    Sí, totalmente. Lo que pasa es que más que eso, es el laberinto donde los poníamos, en realidad, era como situar al animal por primera vez en un ambiente nuevo.
     Entonces la respuesta a ese ambiente nuevo que genera un estrés, hay individuos que digamos, lo llevan bien, lo asumen bien, y otros individuos, porque tienen unos niveles de ansiedad, son más miedosos, lo llevan mal.
     Bueno pues, los animales que tienen más miedo, que tienen más ansiedad, estaban inmuno deprimidos… Tenían más ansiedad, peor respuesta al estrés y siempre se nos morían antes, siempre, aunque tuvieran la misma edad cronológica que los otros.
    EL ESTADO DE ANIMO Y LA SALUD:
    Eduardo Punset:
    Y me interesaría mucho saber desde el punto de vista inmunológico o inmunitario: ¿Estar enfadado o estar ansioso, es bueno o es malo?
    Mónica de la Fuente:
    Hombre, depende. Quiero decir que cuando hablamos de estrés, de ansiedad y todo eso es muy ambiguo el tema. Entonces lo que es estrés para una persona no necesariamente es estrés para otra. Entonces lo que sí es claro es que el estrés es necesario.
     La vida es un estrés, entonces anular el estrés es morirse ¿entonces lo que es bueno qué es?
     Tener pequeños estreses que hacen que tu organismo genere defensas y entonces estás más preparado para vivir, estás más preparado para defenderte de un estrés fuerte.

    Por lo tanto no es bueno una vida cómoda y relajada sin tener que enfrentarte a nada, no, eso no es bueno. Es malo, porque no generas las defensas suficientes para poder vivir porque insisto, que la vida es un estrés.

    Entonces nosotros hemos hecho experimentos donde pequeños estreses generados en los animales, les hacen tener después un envejecimiento mucho más saludable porque se han adaptado y están mejor preparados.
    Eduardo Punset:
    ¿Y en todos los animales incluidos nosotros?

    Mónica de la Fuente:
    Por supuesto, y nosotros igual. Si a una persona nunca la sometes a ninguna situación medianamente estresante ni a nivel emocional ni a nivel físico, no genera esas defensas.

    El día que tenga que enfrentarse a algo medianamente estresante se hunde, se hunde emocionalmente.

    Eduardo Punset:
    Ya oyen lo que está diciendo, sugiriendo Mónica. Si creen o están buscando que la felicidad es estar sentadito, relajado y no hacer nada, bueno están haciendo lo que hace falta para estar mal.

    Oye, en tiempos de pesimismo tan exacerbado como los que vivimos ahora, es interesante lo que estas diciendo porque lo que estás sugiriendo es que el poder del humano para cambiar su vida, y hasta alargarla, es inmenso, ¿no?
    LOS GENES DEPENDEN DEL AMBIENTE:
    Mónica de la Fuente:
    Sí, porque cada vez se ve más que los genes, lo que expresen unos genes, va a depender mucho del ambiente.
     Entonces ahí puedes influir desde tu estilo de vida, y por lo tanto, ahora se dice más o menos, ¿sabes? Como media, el 25 por ciento es los genes, el 75 por ciento el ambiente y el estilo de vida.
     SOMOS MUY RESPONSABLES DE CÓMO PODAMOS MANTENER NUESTRA SALUD Y DE CUÁNTO PODAMOS VIVIR Y QUÉ CALIDAD DE VIDA TENGAMOS:
    Eduardo Punset:
    Ahora, vamos a ver, para todo eso supongo que haría falta conocer cuales son en concreto los parámetros del sistema inmunitario.
     O sea, cuáles son, si escarbáramos un poco, me dirías, bueno, tú me hablas en alguno de tus escritos de los glóbulos blancos, y que de alguna manera hay que ver eso. Hay que ser consciente de la proliferación de linfocitos.
     Mónica de la Fuente:
    Sí, no, es que las células inmunitarias son de muchos tipos, entonces lo que nosotros hicimos fue estudiar distintos tipos de esas células y distintas funciones de esas células, un poco para tener una panorámica general de una serie de funciones que nos dieran una visión de decir "pues está bien el sistema inmunitario". Esas células lo que hacen es destruir las células tumorales o infectadas con virus que encuentran en el organismo.
     Entonces si tú tienes unas buenas células natural killers vas a estar mejor defendido frente a tumores… ¿entiendes?, a infecciones víricas.
     Entonces todas esas y los fagocitos que, la inmunidad innata de los fagocitos es fantástica, los que comen los microorganismos.
    Entonces todas esas células las valoramos en una serie de funciones y vemos cuáles son los valores normales de un individuo joven, de un individuo más mayor, etc., y cuando un individuo como los centenarios que antes hemos hablado, tienen todas esas funciones con valores de persona de 30, te demuestra que han llegado a centenarios porque han mantenido esas funciones a nivel de los 30 años, a nivel del adulto.
     Eduardo Punset:
    Oye Mónica, yo veo a gente que está preocupada porque me dicen ellos hay un aumento, un aumento acusado de lo que llaman o llamáis las enfermedades autoinmunes y hacéis referencia a la esclerosis, por ejemplo, como una de estas enfermedades típicas, la diabetes 1, la enfermedad de Crohn y otras.
     Bueno, entonces al parecer estas enfermedades no se producían en la misma cantidad antes. Y ahora hay científicos que dicen "cuidado, esto es una gran amenaza", que tenemos que… primero, ¿es verdad eso? Y segundo… es verdad. Y segundo ¿qué hay que hacer frente a estas…?
     Mónica de la Fuente:
    Sí, si te das cuenta, la mayoría de las enfermedades que hay ahora, en mayor abundancia, son todas enfermedades que tienen una base inflamatoria.
     Entonces ¿qué es lo que te está demostrando? Date cuenta que nuestro sistema inmunitario cuando está funcionando, el resultado final es una inflamación para destruir lo extraño.
     Esa inflamación es buena. Pero si esa inflamación no se controla acaba dando una enfermedad.
     Entonces un sistema inmunitario bien controlado hace su función y ya está.
     Es decir, no solo las enfermedades que terminamos en "itis", la bronquitis, la artritis, que son típicamente inflamatorias, todas la enfermedades tienen una base inflamatoria.
     Y por eso un sistema inmunitario mal regulado va a aumentar, digamos, el envejecimiento y esta posibilidad de patologías, es porque el sistema inmunitario produce inflamación y oxidación para trabajar, y la base del envejecimiento es la oxidación y la inflamación.
     Entonces si tú tienes un sistema inmunitario no bien regulado ¿qué es lo que estás haciendo? Estás aumentando el nivel de oxidación e inflamación de tu organismo, estás envejeciendo más de prisa y teniendo más posibilidades de tener enfermedades de ese tipo.
    Eduardo Punset:  Increíble, ¿no? ¿Y habéis hecho otro experimento con las personas centenarias en Madrid, son unos 200 o así?
      Mónica de la Fuente:
    Sí, en aquel momento eran.
     Eduardo Punset:
    En aquel momento eran. Y también habéis descubierto cosas rarísimas, ¿no? Que algunos de estos centenarios estaban muchísimo… ¿tenían una edad biológica más larga o más corta?
     Mónica de la Fuente:
    Como de 30 años. A nivel inmunológico.
     Eduardo Punset:
    ¿Qué hicisteis exactamente para ver eso?
     Mónica de la Fuente:
    No, en realidad el estudio en centenarios, en personas centenarias, que lo hicimos también en paralelo en ratones longevos y que salió lo mismo, es decir los individuos que llegan a gran longevidad son aquellos que consiguen mantener un sistema inmunitario joven, por decirlo así.
     Porque los que no consiguen mantener ese sistema inmunitario joven mueren antes, mueren en, digamos, su vejez.
     Eduardo Punset:
    Tú notas desde tu laboratorio la necesidad de disponer de muchos más –los llamáis me parece– biomarcadores.
     O sea de señales de alerta de que aquello no funciona, y me mencionaste antes la capacidad respiratoria, por ejemplo, y seguro que hay otras.
     Pero ¿son endebles? ¿Es algo… te gustaría tener más? ¿Estáis investigando?
     Mónica de la Fuente:
    Sí. Claro que nos gustaría tener más, y la ventaja de lo que te comentaba con el sistema inmunitario es que hemos conseguido estandarizar y demostrar que sí que son buenos marcadores de la edad biológica.
     ¿Sabes por qué? Porque individuos (lo hemos hecho tanto en humanos como en ratones ¿vale?) que tienen esos parámetros como si fueran más viejos, siempre se mueren antes.
     Y los centenarios y los longevos tienen esos marcadores mejor. Es decir que la ventaja de esos marcadores inmunológicos o inmunitarios es que ya los tenemos estandarizados y seguimos profundizando en ello.
     Eduardo Punset:
    Oye Mónica, me quedo con vuestra grandísima contribución a este sentimiento de la gente de que realmente pueden controlar mejor su vida de lo que ellos…
     Mónica de la Fuente:
    …sí, su proceso de envejecimiento. No olvidemos que es la mayor parte de nuestra vida, porque empezamos a envejecer a los 18, más menos, y hasta los 82 o 100 años, los que vivamos, nos pasamos la mayoría de nuestra vida envejeciendo, o sea que hay que hacerlo lo más despacio posible para llegar lo más lejos posible.
     Y lo que hay que procurar es llegar a esos 82 o a esos 100 o 120 pero con buena calidad de vida, y eso es en lo que se está estudiando fundamentalmente, cosas que podamos hacer para mantener una buena salud, una buena calidad de vida, y ahí está el sistema inmunitario que si lo controlamos bien sirve de dos cosas, fíjate: sirve por una parte de marcador, de si eso lo estamos haciendo bien; y por otra parte es "mantenlo bien e incidirá de forma muy positiva en que ese proceso lo hagas despacito y lo mejor posible".