31/10/16
El eustrés me ayuda, y el distrés me enferma: Dr. Mario Alonso Puig - Dr. Jorge de Paula
Según la Universidad de Harvard en Boston, entre el 60% y el 90% de las consultas a médicos generales en Occidente, tiene una clara relación con el estrés.
Estudios amplios han demostrado que la forma dañina de estrés, llamada distrés, es causada por la pobre capacidad que muchas veces tenemos a la hora de gestionar nuestras propias emociones.
Esta incapacidad se hace especialmente patente en los conflictos interpersonales, los cuales generan niveles muy altos de frustración, resentimiento e ira y que conducen no pocas veces, al aislamiento consecuencia habitual de la rotura de los vínculos emocionales.
Cuando nos sentimos aislados de una manera habitual, podemos llegar a multiplicar por 5 nuestras posibilidades de enfermar.
Es muy importante entender que el estrés no es algo únicamente negativo que daña la salud y resta eficiencia.
EUSTRÈS = ESTRÉS BUENO: Alarma benéfica, protectora:
Hay un componente del estrés llamado eustrés que aumenta la concentración, mejora la capacidad de aprender y memorizar y ayuda a ver las cosas desde una mayor perspectiva.
DISTRÉS = ESTRÉS MALO: Sin embargo, hay otro componente que ya hemos mencionado y que es el distrés, que tiene justamente el efecto opuesto.
Los conflictos que nos plantea la vida no solo están referidos al estrés laboral, sino que también abarca las emociones negativas, o todas aquellas situaciones atemorizantes o deprimentes que pueden sufrir las personas, y que de una manera u otra, desencadenan en nosotros lo que se conoce como EMOCIONES DESTRUCTIVAS o EMOCIONES RESTRICTIVAS.
De manera que ya estaríamos interpretando como "ESTRÉS", a una serie de situaciones que se vinculan a la vida diaria, y en parte a nuestra capacidad de manejar esas situaciones, por lo que hay factores externos a nosotros y factores que dependen de nosotros.
Si tomamos estrés vinculado al trabajo, a la necesidad de terminar un trabajo, o a concretar diariamente cierta proporción de ventas, es una cosas.
Pero también genera "estrés", la pérdida de un trabajo o una dificultad económica.
La vida nos da una infinidad de circunstancias en las cuales hay experiencias de tensión crónica, uno de ellos es el estudio de Marmot, de Whitehall en la cual ha evaluado una enorme cantidad de elementos.
http://www.abc.net.au/science/slab/stress/whithall.htm
Y el Dr. Andrew Steptoe de la Universidad de Oxford ha publicado un estudio sobre el estado de ánimo y su repercusión sobre la salud cardiovascular:
Las personas sometidas a situaciones de estrés crónico, en general enferman más tempranamente que aquellas que no viven esa situación.
Pero por otro lado no todas las personas que están sometidas a ese estrés laboral crónico enferman por igual, y ahí entra en juego el aspecto individual, o sea la RESILIENCIA, que sería la capacidad que tenemos o no cada uno, de seguir proyectándonos hacia el futuro con optimismo con esperanza, a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles o de haber padecido traumas emocionales graves.
Tiene relación con las circunstancias de vida que cada uno de nosotros atravesamos y la forma como las interpretamos o las utilizamos en favor de nuestro crecimiento.
La calidad de vida en cada uno de los contextos en los cuales nos desarrollamos se asocian una vida más feliz así como a la prevención de enfermedades.
De ahí la importancia de identificar si circuntancias sean personales o funcionales generadoras de angustia o infelicidad en forma agregada, que pudiera ser evitable.
Hay personas que desde su jerarquía o no, generan tensión enforma innecesaria en quienes los rodean, y no todos pueden manejar esa carga de tensión de la misma manera, las consecuencias no son solo psicológicas, son también físicas, y especialmente a nivel cardiovascular.
La hipertensión arterial es una señal temprana y fácilmente detectable, pero no la única.
El maltrato sistemático es uno de los elementos que más enferman.
El maltrato y la cuota de infelicidad provocada depende de los contextos y depende de las conductas.
Hay estructuras que son muy maltratantes.
Lo que sí es una fantasía irrealizable es pensar que la vida va a carecer de problemas, y que podemos "vivir sin estrés", la vida está compuesta de buenos momentos y de malos momentos, pero si aprendemos a reconocer y gestionar nuestras emociones, tendremos una llave para dosificar la carga de estrés, y aprender a identificar cuánto va por cuenta nuestra, por la forma como nos tomamos las cosas, porque eso es lo que podemos cambiar para mejorar nuestra calidad de vida, y para manejar mejor también una situación que previamente era martirizante.
En el campo de los problemas humanos y las enfermedades tenemos aún mucho por aprender, y recién en las últimas décadas de han comenzado a dar los primeros pasos.
1) Estrés y Distrés - Dr.Mario Alonso Puig
http://www.marioalonsopuig.com/es/gestion-del%20estres
2) Educación emocional - Rafael Bisquerra
https://www.youtube.com/watch?v=noVXkS3A-Fg
Estudios amplios han demostrado que la forma dañina de estrés, llamada distrés, es causada por la pobre capacidad que muchas veces tenemos a la hora de gestionar nuestras propias emociones.
Esta incapacidad se hace especialmente patente en los conflictos interpersonales, los cuales generan niveles muy altos de frustración, resentimiento e ira y que conducen no pocas veces, al aislamiento consecuencia habitual de la rotura de los vínculos emocionales.
Cuando nos sentimos aislados de una manera habitual, podemos llegar a multiplicar por 5 nuestras posibilidades de enfermar.
Es muy importante entender que el estrés no es algo únicamente negativo que daña la salud y resta eficiencia.
EUSTRÈS = ESTRÉS BUENO: Alarma benéfica, protectora:
Hay un componente del estrés llamado eustrés que aumenta la concentración, mejora la capacidad de aprender y memorizar y ayuda a ver las cosas desde una mayor perspectiva.
DISTRÉS = ESTRÉS MALO: Sin embargo, hay otro componente que ya hemos mencionado y que es el distrés, que tiene justamente el efecto opuesto.
Los conflictos que nos plantea la vida no solo están referidos al estrés laboral, sino que también abarca las emociones negativas, o todas aquellas situaciones atemorizantes o deprimentes que pueden sufrir las personas, y que de una manera u otra, desencadenan en nosotros lo que se conoce como EMOCIONES DESTRUCTIVAS o EMOCIONES RESTRICTIVAS.
De manera que ya estaríamos interpretando como "ESTRÉS", a una serie de situaciones que se vinculan a la vida diaria, y en parte a nuestra capacidad de manejar esas situaciones, por lo que hay factores externos a nosotros y factores que dependen de nosotros.
Si tomamos estrés vinculado al trabajo, a la necesidad de terminar un trabajo, o a concretar diariamente cierta proporción de ventas, es una cosas.
Pero también genera "estrés", la pérdida de un trabajo o una dificultad económica.
La vida nos da una infinidad de circunstancias en las cuales hay experiencias de tensión crónica, uno de ellos es el estudio de Marmot, de Whitehall en la cual ha evaluado una enorme cantidad de elementos.
http://www.abc.net.au/science/slab/stress/whithall.htm
Y el Dr. Andrew Steptoe de la Universidad de Oxford ha publicado un estudio sobre el estado de ánimo y su repercusión sobre la salud cardiovascular:
Las personas sometidas a situaciones de estrés crónico, en general enferman más tempranamente que aquellas que no viven esa situación.
Pero por otro lado no todas las personas que están sometidas a ese estrés laboral crónico enferman por igual, y ahí entra en juego el aspecto individual, o sea la RESILIENCIA, que sería la capacidad que tenemos o no cada uno, de seguir proyectándonos hacia el futuro con optimismo con esperanza, a pesar de acontecimientos desestabilizadores, de condiciones de vida difíciles o de haber padecido traumas emocionales graves.
Tiene relación con las circunstancias de vida que cada uno de nosotros atravesamos y la forma como las interpretamos o las utilizamos en favor de nuestro crecimiento.
La calidad de vida en cada uno de los contextos en los cuales nos desarrollamos se asocian una vida más feliz así como a la prevención de enfermedades.
De ahí la importancia de identificar si circuntancias sean personales o funcionales generadoras de angustia o infelicidad en forma agregada, que pudiera ser evitable.
Hay personas que desde su jerarquía o no, generan tensión enforma innecesaria en quienes los rodean, y no todos pueden manejar esa carga de tensión de la misma manera, las consecuencias no son solo psicológicas, son también físicas, y especialmente a nivel cardiovascular.
La hipertensión arterial es una señal temprana y fácilmente detectable, pero no la única.
El maltrato sistemático es uno de los elementos que más enferman.
El maltrato y la cuota de infelicidad provocada depende de los contextos y depende de las conductas.
Hay estructuras que son muy maltratantes.
Lo que sí es una fantasía irrealizable es pensar que la vida va a carecer de problemas, y que podemos "vivir sin estrés", la vida está compuesta de buenos momentos y de malos momentos, pero si aprendemos a reconocer y gestionar nuestras emociones, tendremos una llave para dosificar la carga de estrés, y aprender a identificar cuánto va por cuenta nuestra, por la forma como nos tomamos las cosas, porque eso es lo que podemos cambiar para mejorar nuestra calidad de vida, y para manejar mejor también una situación que previamente era martirizante.
En el campo de los problemas humanos y las enfermedades tenemos aún mucho por aprender, y recién en las últimas décadas de han comenzado a dar los primeros pasos.
1) Estrés y Distrés - Dr.Mario Alonso Puig
http://www.marioalonsopuig.com/es/gestion-del%20estres
2) Educación emocional - Rafael Bisquerra
https://www.youtube.com/watch?v=noVXkS3A-Fg
Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia - Derek Bok
El significado más obvio del aforismo nos dice que tanto la educación como la
ignorancia suponen un costo, pero que la falta de educación –la ignorancia–-
resulta por mucho ser más costosa. En su sentido literal nos dice que sí, que la
educación puede parecer cara, pero que en realidad no es tan cara como la
ignorancia ya que esta supone unas consecuencias insospechadas. Nos dice
que la educación, como todos sabemos, no es gratis, y que muchas veces su
costo nos puede parecer oneroso. Eso en el sentido económico, aunque se
reconoce que la educación tiene además un valor intangible que no puede
medirse con dinero.
Pero también nos dice que fácilmente podríamos caer en la trampa de pensar que al no ir a la escuela –y por tanto no pagar por ella– no pasa nada, que no hay consecuencias. Al contrario, pareciera que nos estamos evitando los costos que esta conlleva, que nos evitamos los esfuerzos y molestias que esta implican y que el tiempo es mejor utilizado para realizar tareas que reportan algún beneficio –como el trabajo remunerado–.
Esa es la trampa, la ignorancia tiene un costo incalculable –que no es solo económico sino también social– y es cómodo –o ingenuo…o sospechoso– creer que no lo tiene.
La ignorancia supone la ausencia, carencia o invalidez de conocimientos en un sentido absoluto o en un sentido concreto. El término hace alusión no solo al sentido cognitivo sino también al sentido social. La ignorancia supone la manipulación y la esclavización, la opresión y la explotación, la alienación y la superstición, el fanatismo y el dogmatismo del el sujeto o grupo social con la condición de ignorantes. De aquí que se afirme que el conocimiento da poder –el poder de elegir su propio destino– y hace libre al hombre –libre de las aberraciones ya mencionadas–.
La ignorancia también supone la imperfección y la incompletud del sujeto.
Implica la animalidad del hombre por sobre su humanización, el triunfo del instinto por sobre la razón.
La ignorancia amarra y constriñe al hombre a un estado de barbarie, de adormecimiento o de caos, lejos de la superación a mejores niveles de conciencia y del alcance del estado de plenitud y realización al que está llamado como ser humano.
La ignorancia conlleva necesariamente la implantación de sistemas perversos, de sociedades y estados fallidos, de degradación social, anomia y la deshumanización del hombre. Igualmente implica el freno y rezago para el desarrollo económico, el progreso social, el florecimiento cultural, la producción intelectual, el avance de las ciencias y el crecimiento espiritual. Una sociedad sin educación tiene garantizado el atraso en todos los órdenes de la vida presente, la pérdida de su historia y la desesperanza de un futuro mejor. Una sociedad de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo Y es que la receta o antídoto para combatir la ignorancia no es desconocida para nadie. Los argumentos en pro de la educación se explican por sí mismos y no vamos a entrar en el análisis de lo obvio. Las personas, sociedades y pueblos que se han superado a sí mismas lo han hecho sobre la conquista de la ignorancia, lo han conseguido por el camino de la educación –para la cual no hay atajos ni formulas mágicas–.
Por eso, creer que cualquier dólar invertido en educación es un gasto es ser ingenuo.
Suponer que la falta de educación no tiene consecuencias, que la ignorancia es inofensiva e inocua raya en eso, ignorancia, cuando no sospecha.
Pero también nos dice que fácilmente podríamos caer en la trampa de pensar que al no ir a la escuela –y por tanto no pagar por ella– no pasa nada, que no hay consecuencias. Al contrario, pareciera que nos estamos evitando los costos que esta conlleva, que nos evitamos los esfuerzos y molestias que esta implican y que el tiempo es mejor utilizado para realizar tareas que reportan algún beneficio –como el trabajo remunerado–.
Esa es la trampa, la ignorancia tiene un costo incalculable –que no es solo económico sino también social– y es cómodo –o ingenuo…o sospechoso– creer que no lo tiene.
La ignorancia supone la ausencia, carencia o invalidez de conocimientos en un sentido absoluto o en un sentido concreto. El término hace alusión no solo al sentido cognitivo sino también al sentido social. La ignorancia supone la manipulación y la esclavización, la opresión y la explotación, la alienación y la superstición, el fanatismo y el dogmatismo del el sujeto o grupo social con la condición de ignorantes. De aquí que se afirme que el conocimiento da poder –el poder de elegir su propio destino– y hace libre al hombre –libre de las aberraciones ya mencionadas–.
La ignorancia también supone la imperfección y la incompletud del sujeto.
Implica la animalidad del hombre por sobre su humanización, el triunfo del instinto por sobre la razón.
La ignorancia amarra y constriñe al hombre a un estado de barbarie, de adormecimiento o de caos, lejos de la superación a mejores niveles de conciencia y del alcance del estado de plenitud y realización al que está llamado como ser humano.
La ignorancia conlleva necesariamente la implantación de sistemas perversos, de sociedades y estados fallidos, de degradación social, anomia y la deshumanización del hombre. Igualmente implica el freno y rezago para el desarrollo económico, el progreso social, el florecimiento cultural, la producción intelectual, el avance de las ciencias y el crecimiento espiritual. Una sociedad sin educación tiene garantizado el atraso en todos los órdenes de la vida presente, la pérdida de su historia y la desesperanza de un futuro mejor. Una sociedad de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo Y es que la receta o antídoto para combatir la ignorancia no es desconocida para nadie. Los argumentos en pro de la educación se explican por sí mismos y no vamos a entrar en el análisis de lo obvio. Las personas, sociedades y pueblos que se han superado a sí mismas lo han hecho sobre la conquista de la ignorancia, lo han conseguido por el camino de la educación –para la cual no hay atajos ni formulas mágicas–.
Por eso, creer que cualquier dólar invertido en educación es un gasto es ser ingenuo.
Suponer que la falta de educación no tiene consecuencias, que la ignorancia es inofensiva e inocua raya en eso, ignorancia, cuando no sospecha.
Si crees que la educación es cara, prueba con la ignorancia - Derek Bok
El significado más obvio del aforismo nos dice que tanto la educación como la
ignorancia suponen un costo, pero que la falta de educación –la ignorancia–-
resulta por mucho ser más costosa. En su sentido literal nos dice que sí, que la
educación puede parecer cara, pero que en realidad no es tan cara como la
ignorancia ya que esta supone unas consecuencias insospechadas. Nos dice
que la educación, como todos sabemos, no es gratis, y que muchas veces su
costo nos puede parecer oneroso. Eso en el sentido económico, aunque se
reconoce que la educación tiene además un valor intangible que no puede
medirse con dinero.
Pero también nos dice que fácilmente podríamos caer en la trampa de pensar que al no ir a la escuela –y por tanto no pagar por ella– no pasa nada, que no hay consecuencias. Al contrario, pareciera que nos estamos evitando los costos que esta conlleva, que nos evitamos los esfuerzos y molestias que esta implican y que el tiempo es mejor utilizado para realizar tareas que reportan algún beneficio –como el trabajo remunerado–.
Esa es la trampa, la ignorancia tiene un costo incalculable –que no es solo económico sino también social– y es cómodo –o ingenuo…o sospechoso– creer que no lo tiene.
La ignorancia supone la ausencia, carencia o invalidez de conocimientos en un sentido absoluto o en un sentido concreto. El término hace alusión no solo al sentido cognitivo sino también al sentido social. La ignorancia supone la manipulación y la esclavización, la opresión y la explotación, la alienación y la superstición, el fanatismo y el dogmatismo del el sujeto o grupo social con la condición de ignorantes. De aquí que se afirme que el conocimiento da poder –el poder de elegir su propio destino– y hace libre al hombre –libre de las aberraciones ya mencionadas–.
La ignorancia también supone la imperfección y la incompletud del sujeto.
Implica la animalidad del hombre por sobre su humanización, el triunfo del instinto por sobre la razón.
La ignorancia amarra y constriñe al hombre a un estado de barbarie, de adormecimiento o de caos, lejos de la superación a mejores niveles de conciencia y del alcance del estado de plenitud y realización al que está llamado como ser humano.
La ignorancia conlleva necesariamente la implantación de sistemas perversos, de sociedades y estados fallidos, de degradación social, anomia y la deshumanización del hombre. Igualmente implica el freno y rezago para el desarrollo económico, el progreso social, el florecimiento cultural, la producción intelectual, el avance de las ciencias y el crecimiento espiritual. Una sociedad sin educación tiene garantizado el atraso en todos los órdenes de la vida presente, la pérdida de su historia y la desesperanza de un futuro mejor. Una sociedad de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo Y es que la receta o antídoto para combatir la ignorancia no es desconocida para nadie. Los argumentos en pro de la educación se explican por sí mismos y no vamos a entrar en el análisis de lo obvio. Las personas, sociedades y pueblos que se han superado a sí mismas lo han hecho sobre la conquista de la ignorancia, lo han conseguido por el camino de la educación –para la cual no hay atajos ni formulas mágicas–.
Por eso, creer que cualquier dólar invertido en educación es un gasto es ser ingenuo.
Suponer que la falta de educación no tiene consecuencias, que la ignorancia es inofensiva e inocua raya en eso, ignorancia, cuando no sospecha.
Pero también nos dice que fácilmente podríamos caer en la trampa de pensar que al no ir a la escuela –y por tanto no pagar por ella– no pasa nada, que no hay consecuencias. Al contrario, pareciera que nos estamos evitando los costos que esta conlleva, que nos evitamos los esfuerzos y molestias que esta implican y que el tiempo es mejor utilizado para realizar tareas que reportan algún beneficio –como el trabajo remunerado–.
Esa es la trampa, la ignorancia tiene un costo incalculable –que no es solo económico sino también social– y es cómodo –o ingenuo…o sospechoso– creer que no lo tiene.
La ignorancia supone la ausencia, carencia o invalidez de conocimientos en un sentido absoluto o en un sentido concreto. El término hace alusión no solo al sentido cognitivo sino también al sentido social. La ignorancia supone la manipulación y la esclavización, la opresión y la explotación, la alienación y la superstición, el fanatismo y el dogmatismo del el sujeto o grupo social con la condición de ignorantes. De aquí que se afirme que el conocimiento da poder –el poder de elegir su propio destino– y hace libre al hombre –libre de las aberraciones ya mencionadas–.
La ignorancia también supone la imperfección y la incompletud del sujeto.
Implica la animalidad del hombre por sobre su humanización, el triunfo del instinto por sobre la razón.
La ignorancia amarra y constriñe al hombre a un estado de barbarie, de adormecimiento o de caos, lejos de la superación a mejores niveles de conciencia y del alcance del estado de plenitud y realización al que está llamado como ser humano.
La ignorancia conlleva necesariamente la implantación de sistemas perversos, de sociedades y estados fallidos, de degradación social, anomia y la deshumanización del hombre. Igualmente implica el freno y rezago para el desarrollo económico, el progreso social, el florecimiento cultural, la producción intelectual, el avance de las ciencias y el crecimiento espiritual. Una sociedad sin educación tiene garantizado el atraso en todos los órdenes de la vida presente, la pérdida de su historia y la desesperanza de un futuro mejor. Una sociedad de ignorantes no solo es una carga social, sino también una bomba de tiempo Y es que la receta o antídoto para combatir la ignorancia no es desconocida para nadie. Los argumentos en pro de la educación se explican por sí mismos y no vamos a entrar en el análisis de lo obvio. Las personas, sociedades y pueblos que se han superado a sí mismas lo han hecho sobre la conquista de la ignorancia, lo han conseguido por el camino de la educación –para la cual no hay atajos ni formulas mágicas–.
Por eso, creer que cualquier dólar invertido en educación es un gasto es ser ingenuo.
Suponer que la falta de educación no tiene consecuencias, que la ignorancia es inofensiva e inocua raya en eso, ignorancia, cuando no sospecha.
Debemos educar emocionalmente para tener una sociedad emocionalmente inteligente - Dr.Rafael Bisquerra
Justicia. Libertad. Paz. Amor. compasión. Agradecimiento. Solidaridad. Respeto.
Implicación vital en estos valores