6/6/17

Inteligencia y amor: el camino hacia el amor empieza en el enamoramiento - Sergio Sinay


La idea del libro es que la inteligencia y el amor son una pareja necesaria, que está divorciada, ha sido divorciada por la cultura, no por la naturaleza. Nosotros somos seres emocionales que razonan, así lo expresa Daniel Khaneman autor del libro Pensar rapido, pensar despacio. 
El camino hacia el amor, empieza en el enamoramiento, que es alto potencial emocional, con un alto grado de desconocimiento de como es el otro, y tal vez un alto grado de ilusion acerca de quien el otro es y de deseo que sea como yo lo he soñado. Ahi empieza un camino que si se cumple va a terminar en el amor. 

De manera que el amor sería más un punto de llegada que un punto de partida.  
Dos personas que empiezan enamorandose, terminan amandose, en un proceso que los lleva del desconocimiento mutuo y un alto grado de pasion, al mutuo conocimiento. Cuando se aman, ya saben quien es el otro, aunque no saben la totalidad del otro, porque cada uno tiene un fondo de misterio. Los misterios se revelan, pero con el misterio se convive. 
El misterio del otro es la parte esencial del otro, al que yo no tengo acceso.
Pero nos vamos a conocer muchisimo en este camino. 

Las parejas felices existen. Aunque quizás tienen menos prensa y visibilidad que las infelices o las insostenibles. 
Es entendible que sea así. Quienes están dedicados a construir y vivir un vínculo de buen amor tienen sus energías puestas en esa construcción, dedicadas a esa tarea cotidiana. 
No son felices para exhibirlo y hacer demostraciones, sino como resultado de un compromiso y una responsabilidad asumidos y experimentados. Por lo tanto nada tienen que demostrar, viven sus vidas. Como en todos los planos, también en el amor la felicidad es la huella de un camino recorrido y no la mera expresión de un deseo.     Las parejas felices no han puesto su meta en la felicidad, sino en mirarse, conocerse, llevar adelante proyectos que les permiten explorar el sentido de sus vidas. Han aprendido a escucharse y, por lo tanto, consiguen que su amor le llegue al amado o la amada de la manera en que él o ella necesitan ser amados.
     Al amar de esa manera el amante enriquece su propio mundo emocional y afectivo y conoce aspectos profundos y muy ricos de sí mismo. Esto no ha ocurrido por arte de magia ni les fue graciosamente concedido. Es producto de un trabajo cotidiano. Porque el amor verdadero, no el de las fantasías y cuentos, se erige ladrillo a ladrillo, día a día a través de pequeños gestos, de oportunas palabras y miradas, de una escucha sensible. También aprendiendo a resolver desacuerdos. Igualmente en la dificultad y en la frustración. Y, como esas flores empecinadas que asoman entre dos piedras, se templa a menudo en el dolor.
     Las parejas felices se constituyen con personas reales, es decir falibles, imperfectas, incompletas, y no con seres impolutos, coronados por un aura de santidad, heroicidad o divinidad. Personas que han aprendido a desilusionarse la una de la otra, a aceptarse y a redescubrirse en nuevos aspectos y dimensiones. Han construido confianza en el tiempo, han sido incluso mutuamente intolerantes antes de alcanzar la paciencia amorosa. 
      Las parejas felices no comen perdices o quizás solo lo hacen ocasionalmente. Se alimentan con el pan de cada día, que ellas mismas amasan. A veces se agasajan con maravillosos banquetes y otras veces ingieren solo lo que hay (y suele ocurrir que, en ocasiones, lo que hay es poco). Para comer perdices se toman el trabajo de buscarlas y cazarlas, y eso lleva tiempo, decepciones y peligros. A nadie se le regala una pareja feliz. Quienes la tienen han sido orfebres que trabajaron con constancia, presencia, responsabilidad, inspiración y voluntad en el tallado de esa joya propia y única.         
     León Tolstoi (1828-1910) abría Anna Karenina, obra maestra imperecedera, con uno de los grandes comienzos de la literatura universal: “Todas las familias felices se parecen, mientras que las desgraciadas lo son cada una a su manera”. En el caso de las parejas felices, en cambio, se puede decir que cada cual es única mientras que la infelicidad amorosa se funda habitualmente en las mismas y repetidas causas.
     Felicidad en la tierra
     El filósofo francés André Comte-Sponville brinda una bella e inspirada descripción de lo que es una pareja feliz. 
“No es –dice- la unión de un hombre y una mujer (o dos hombres o dos mujeres) que han hallado el secreto de la pasión perpetua (…) no es una pareja que ha sabido transformar la falta en alegría, la pasión en acción, el amor loco en amor sabio (…), es una pareja en la que cada uno se alegra de la existencia del otro, del amor del otro por él y por la alegría que hallan juntos, aunque haya días mejores que otros, alegría por habitar el mismo lugar, por vivir el mismo presente y la misma intimidad sin igual” .
     Nada de esto quita, sin embargo, que esas parejas discutan, que tengan ruidosos desacuerdos, que pierdan en algunos momentos la paciencia el uno respecto del otro, que vean naufragar proyectos. Sólo puede conocer la felicidad quien padece también el dolor y la desazón. Si no, ¿cómo reconocerla? Una pareja feliz no lo es de una vez y para siempre, como no lo es una persona. Su logro son los momentos de felicidad, que tanto pueden durar un instante, una tarde, o concentrarse en una mirada, una caricia, un encuentro de los cuerpos, o en el logro de una meta, en la superación de un momento difícil, en un período de armonía o simplemente en la comprobación de la belleza del acompañamiento.
     Las parejas felices suelen ser tan terrenales, tan corpóreas, y suelen habitar escenarios tan comunes y ordinarios, que terminan por pasar inadvertidas. No, nadie agobia a sus amigos y conocidos con interminables relatos acerca de su propia felicidad amorosa. Quien está bien con otra persona está bien consigo mismo, no necesita huir permanentemente de sí para descargar su malestar en otros oídos u otras espaldas. Esto no significa que prescinde de los otros y se encapsula en su propio bienestar de una manera egoísta. Al contrario, quien está mal, quien se siente frustrado, quien padece de un acusado malestar emocional y afectivo tiene dificultad para registrar al otro, para salir de su sufrimiento, para abrirse al relato ajeno.
     Quien se siente feliz tiene tiempo y hospitalidad para escuchar, para recibir a los otros, incluso en la aflicción que los aqueja, y puede esperar hasta el final para hablar de su estado. No será mucho lo que diga, pero será real, cargado de verdad. La verdadera felicidad es discreta, se instala en silencio y fluye. No es estentórea y superficial como la diversión, no necesita manifestarse a cada segundo perseguida por la preocupación de no ser real. Corre como un río subterráneo y emerge periódicamente sin desbordes.
     ¿Cuál es el secreto? No lo hay. No existe una fórmula a adquirir, algo externo que lo promueva. La felicidad no se compra hecha y no hay persona que llegue a la vida de otra con la felicidad debajo del brazo. Como el mismo amor, la felicidad es también una construcción. Y en todo lo que los humanos construimos empleamos la inteligencia. Las parejas felices han puesto la inteligencia al servicio del amor. De eso se trata. El amor feliz es un amor inteligente. Y existe.

El valor de la palabra - Sergio Sinay

"Amo la palabra y procuro honrarla cuando la uso". 


Escribir es reflexionar, hacerme preguntas, compartir la exploración, compartir los descubrimientos, comunicarme.... llegar al otro. 

El otro.... porque creo (es de veras un credo) que el otro es necesario e imprescindible en nuestra vida, que en él trascendemos, que el otro es aquel que confirma nuestra existencia y que no hay yo sin tú, y es por eso que me dedico  a explorar los vínculos humanos, a investigar en mi mismo y en los demás, y el reflexionar y trabajar en estos campos constituyen el motivo más esencial de nuestras vidas"
Sergio Sinay;  
Escritor, Psicólogo, Relacionista Humano..

Que vida vivimos: herramientas para construir el día a día - Carlos Sinay


¿Qué vida vivimos?, pregunta existencial, troncal, medular que se hace Sergio Sinay y que todo ser humano se ha hecho o se hará en algún momento de su vida. 
Y esa vida que vivimos .... 
 ¿vale tantos esfuerzos, ilusiones, temores, precauciones, rezos?
¿Ese tipo de vida que vivimos es la mejor vida que podríamos vivir?
¿Qué es la vida? 

¿Una sucesión de momentos divertidos y placenteros? 
¿Una larga cadena de deseos a satisfacer? 
¿Pasarla bien? 
¿Respirar, comer, beber, mantener relaciones sexuales, tener hijos? 
¿Ganar mucho dinero? 
¿Viajar? 
¿Evitar la tristeza, el dolor, el sufrimiento, las pérdidas afectivas y materiales?
Para Sinay la misión en esta vida y en este mundo no es preguntar sino responder. 

La vida no pregunta con palabras, lo hace a través de las situaciones que vivimos. 
Toda vida es una cadena de circunstancias sencillas o complejas y a cada una de ellas debemos responder. 
Cada respuesta encierra una decisión, una elección, pero la pregunta es siempre la misma: 
¿para qué estás aquí?,
¿cuál es el sentido de tu existencia? 
Explorar su sentido, enfocar su propósito, es una tarea para la que tenemos a nuestro alcance herramientas preciosas, tan únicas como nuestra vida.
De esas herramientas se ocupa este libro. 

En la vida como en la naturaleza, hay una primavera, un verano, un otoño y un invierno - Carlos Kasuga


En la vida como en la naturaleza, hay una primavera, un verano, un otoño y un invierno, y todos los que no sufrimos un quiebre precoz de la vida, llegaremos al invierno de nuestra vida.
¡Han pensado Uds. como quieren llegar al invierno de vuestra vida?
Ojalá lleguemos como ese viejito de Karate Kid I y II, todo tranquilo, todo seguro, dedicándote a tus hobbies, trascendiendo en los jóvenes con principios, de honestidad, de constancia, de disciplina, de sabiduría, dando los mejores consejos porque eres ejemplo de ello. Y ojala que no llegues al invierno de tu vida como llegan muchos de nuestros ancianos, con una mano atrás y otra adelante. sin nada, endeudados, enfermizos, deprimidos y mal queridos. Y es que nadie le enseño que iba a venir el invierno de su vida, y creyeron que siempre iba a ser primavera.
Para los japoneses la primavera es de que naces hasta los 20 años, en donde hay que crecer en lo moral, en lo fisico y en lo intelectual, en forma integral. Si Uds. plantan un platano en forma perperdincular y lo observan, van a ver que están divididos en 3 gajos, todos iguales, todos parejos. Pero actualmente con tanta TV con tanto Latin Lover, con tanto Cristiano Ronaldo, los jóvenes creen que lo más importante es lo físico y se olvidan de lo moral y se olvidan de lo intelectual, y así se van al gimnasio para que les salgan bolas en los brazos, en los pechos, en las nalgas, en las pantorrillas, y se abren la camisa, y andan presumiendo del físico con las chicas.

Después viene el verano, de los 20 a los 40 años. Cuando los arboles se vuelven frondosos, dan flores, dan frutos, así tambien los seres humanos, se casan, tienen hijos, trabajan 72 horas sin dormir, están en todo el apogeo de nuestras vidas. Pero despues de los 40 a los 60 años, el tiempo no perdona y llega el otoño de nuestras vidas.

Después de los 60 años de la vida llegamos al invierno de la vida y gran parte de como llegamos a esa etapa dependerá de lo que hicimos o dejamos de hacer en las etapas anteriores.
El Dr.Valentín Fuster sostiene que hoy podemos en gran medida decidir por acción y omisión cuántos años más queremos vivir y en que forma.

5/6/17

La vida en 4 cuartos: Más allá de los 75 años ..... cuando el invierno de la vida está llegando

"Ya  llegó mi Invierno....." 
Bello y verdadero
No dejes de leerlo
 
Cuando empecé a leer este mensaje, lo estaba  haciendo como de costumbre, bastante rápido, hasta que llegué a la tercera parte. 
Paré y empecé de nuevo, leyendo más despacio y pensando acerca del significado de cada palabra.
Léelo despacio.
Ya me llegó mi Invierno, sabes? 
El tiempo tiene su manera especial para tomarte desprevenido al paso de los años. 
Me parece que recién ayer era joven... 
Pero no, en cierta forma parece que fue hace mucho tiempo...  A dónde se fueron los años? Sé que los viví.
Tengo visiones de cómo fueron y de todas mis esperanzas y sueños.
Pero allí está. Ya me llegó el invierno de mi vida y me ha tomado de sorpresa. Cómo llegue aquí tan rápido?  Dónde se fueron los años de mi juventud? 
Recuerdo que pensaba que ese invierno estaba tan lejos que no podía imaginar cómo sería
Pero me llegó. Mis amigos están ya retirados y están volviéndose "grises"... Como yo, se mueven más lento.  Algunos están en mejor forma, otros peor que yo, pero veo el cambio... Eran jóvenes y vibrantes como yo... Pero la edad se empieza a sentir y a notarse. Ahora somos aquellas personas mayores que nunca pensamos seríamos algún dia...
Tomar una siesta ya no sólo es algo agradable como era... ahora es algo obligatorio, porque si no lo hago por propia voluntad, simplemente me quedo dormido donde esté sentado. 
Así he entrado en esta nueva etapa de la vida... Sin preparación alguna para sufrir  dolores y achaques...La pérdida de fuerza o habilidad para ir y hacer las cosas que quisiera... Pero, por lo que si sé es que este invierno se irá más rápido.
Entonces empezará otra aventura!
Tengo arrepentimientos por haber hecho cosas que hubiese querido no haber hecho, y por no hacer cosas que sí debí hacer... Pero hay muchas más de las que estoy contento.
Si todavía no te ha llegado tu invierno, déjame recordarte que vendrá mucho más rápido de lo que piensas.... Por lo que cualquier cosa que quieras lograr en tu vida hazla rápido... ahora... no lo pospongas por mucho tiempo. La vida se pasa pronto. Haz todo lo que puedas hoy, porque nunca estarás seguro si ya estás en tu invierno o no. Quien sabe si lograrás vivir todas las estaciones, así que vive el hoy y di ahora las cosas que quieres que tus seres queridos recuerden! 
"La vida es un regalo que se nos ha dado"...  Haz de este viaje algo único, agradable, fantástico para ti y para tus seres queridos, para tus allegados y en general para los que te rodean.
VIVE BIEN!... Goza los días! Haz cosas agradables!...
Sé feliz...DESEO QUE TENGAS UN GRAN DÍA HOY! PERO...
Recuerda, "La riqueza es la salud... no las piezas de oro y plata, no las cosas materiales y ese afán de defender lo mío, mío, solo mío." 
Finalmente, te sugiero que goces de tu vida mientras dure... Y recuerda que: Salir a la calle es bueno, pero regresar es mejor!
Si olvidas nombres, no importa. A lo mejor esas personas olvidaron que te conocieron!
Duerme mejor en un sillón con la TV prendida que en la cama. A esto se le llama "pre-dormir"... 
Antes todo trabajaba con solamente un interruptor de "prendido" y "apagado".
Las que antes eran pecas, ahora dicen que son manchas por mal funcionamiento del hígado.
Tienes tres tallas de ropa en tu escaparate, 2 de que nunca volverás a usar. Te sentirías tan bien regalándoselas a alguien que las está necesitando y a quien le pueden lucir. Posees tantas cosas que nunca usas!
Y hay tantos necesitándolas con urgencia! Tenlos muy en cuenta. 
Pero algo que siempre debes recordar, es que mucho... Muchísimo de lo viejo fue bueno: 
Las viejas canciones, películas clásicas, y lo mejor de todo... Tus GRANDES AMIGOS  del ALMA!
Me despido deseándoles que estén bien... Queridos y siempre recordados amigos del alma!
Por favor, envía este mensaje a algún viejo amigo del alma... De seguro que sonreirá. Yo lo hice, pero no pude reprimir unas cuantas lágrimas.
Recordé tan gratos momentos de mi pasado en que ustedes estuvieron presentes. Y de cada uno de ustedes aprendí algo muy valioso. 
No es lo que has reunido o acumulado... Sino lo que has repartido y lo que has dado de ti, lo que has entregado con generosidad y amor, lo que dirá la clase de vida que has tenido.
Confieso que no soy el autor.  Solo me gustó...Ojalá lo envíes a tus VIEJOS AMIGOS Y NUEVOS TAMBIÉN.

Adolescencia: Etapa de alta vulnerabilidad para las adicciones - Dr.Carlos A. Soria


¿Cuáles son los motivos que hacen a la adolescencia un período de alta vulnerabilidad para las adicciones?
Está probado que la vulnerabilidad para las adicciones se  incrementa en las etapas de transición y, como pocas, la pubescencia resulta un período de inestabilidad, cambio y transformación. 
Remarco pubescencia como concepto neurohormonal a diferencia de adolescencia que refiere a un fenómeno de cuño cultural. 
Son inherentes a la misma la búsqueda  del riesgo, el desafío y la novedad y,  como en ningún otro momento de la vida, resulta tan extrema la vulnerabilidad a  la presión de los pares y el entorno  social. 
A la inseguridad propia de la etapa –y su correlato compensador, la omnipotencia-  se agrega la inmadurez de la corteza prefrontal: el juicio, el raciocinio y la capacidad para discernir consecuencias nocivas no se han alcanzando aún. 
Influyen también otras variantes  del neurodesarrollo -como la cuantía de receptores dopaminérgicos en el núcleo accumbens masculino que resulta notablemente superior a la del cerebro femenino- y explicaría la mayor incidencia del abuso de drogas por los varones en esta edad.  

Si el torrente vital de estos años no encuentra el dique familiar y el cauce social favorecedor el riesgo virtual deviene en peligro real.