22/1/12

Los niños como motor de cambio en: Educación alimentaria, educación vial, abandono del tabaquismo y cuidado del medio ambiente.

EDUCACION ALIMENTARIA:



Ya sea en materia de seguridad vial como de cuidado del medio ambiente, e incluso en temas de salud, los especialistas coinciden en que enseñar a los chicos buenos hábitos no sólo contribuye a sentar las bases de sus conductas a futuro sino también podrá significar el único motor de cambio o por lo menos el más efectivos para muchos adultos, con hábitos muy arraigados que no quieren modificar. (leáse dejar de fumar, conducir con responsabilidad o cuidar el medio ambiente). .
"Cuando se dan charlas sobre reciclado de papel en la escuela, por ejemplo, los chicos después van a su casa y meten presión a los padres. Es otra forma de educación que puede llegar a esa franja de la población más renuente a los cambios, "los adultos no cambiamos tan fácilmente" afirma sostenidamente el Dr.Valentín Fuster, pero a través del afecto y la simpatía de un hijo, puede llegar el mensaje que por otros medios "entrará por un oído y saldrá por el otro".

Si queremos que en casa se deje de fumar, si queremos que se logre comer en familia con la televisión apagada y los celulares desconectados o bien si queremos mejorar lo hábitos de alimentación para lograr respetar las cuatro comidas básicas y especialmente el desayuno como factor fundamental de buena salud, los educadores, sociólogos y antropólogos ya no dudan que educando a los niños se tendrá el mayor impacto.

"Los adultos no cambiamos, y recién cuando hagamos el infarto cambiaremos y por un tiempo por desgracia", nos recordó el Dr.Valentín Fuster en una conferencia en el Sheraton Hotel de Buenos Aires en el año 2005 (Ver: Del Adipocito a los políticos), y solo a través de los niños podemos realizar cambios no imaginados, porque ellos tiene una especial condición como vehículo de transmsión de hábitos saludables dentro de sus familias. De eso se trata el programa "Plaza Sésamo", de eso se tratan los libros: "La cocina de la salud", y "los montruos supersanos", así como también el programa SHE, todos desarrollados por esta eminencia en Medicina y en Educación para la salud, que es el Prof. Fuster.

"Es un proyecto de investigación fantástico, que hemos realizado en 1200 niños de 3 a 6 años, de los cuales 600 tuvieron 40 sesiones relacionadas con la salud, como conocer el propio cuerpo, la importancia del ejercicio físico y la de la buena nutrición", relata el propio Fuster, y señala que "los resultados son muy espectaculares: en los que recibieron la intervención ha mejorado el conocimiento, lo que se traduce en actitud y en hábitos."
Pero también en los padres se observan las mismas curvas" de aprendizaje en relación con hábitos saludables de alimentación y ejercicio.
En muchos casos, lo aprendido por los chicos en la escuela -y las demandas hacia los padres que ese aprendizaje genera-, funciona como el empujón final para tomar decisiones previamente meditadas.

CESASION DE TABAQUISMO: "Dejar de fumar era algo que venía masticando por dentro, pero cuando tu hija te lo plantea se te prenden las luces de otros colores", afirma un comerciante de 40 años que lleva ya 2 años lejos del cigarrillo. (Pablo Turco). Pablo dejó de fumar por una promesa. "Julieta, mi hija mayor, que entonces tenía 9 años, estaba viendo en el colegio temas de salud, entre ellos el de que fumar hace mal, y me venía insistiendo con que deje, hasta que un día le dije: «Bueno, para mi próximo cumpleaños te prometo que dejo de fumar». Y la promesa que uno le hace a un hijo hay que cumplirla. Yo la cumplí y espero poder cumplirla por el resto de mi vida."

EL CIRCULO VIRTUOSO DE LA SALUD HUMANA:
El círculo virtuoso de la salud: Sin embargo, el poder de los chicos de revertir conductas dañinas e instalar otras más sanas tiene sus límites. "Cuando el chico le dice a sus padres que usen el cinturón de seguridad pueden ocurrir dos cosas: que los padres, receptivos, se lo pongan, porque «si al nene se lo enseñaron, tengo que hacer lo correcto»; o puede ocurrir que no se lo pongan, y a la tercera vez que el chico se los pida le digan «no molestes, yo sé lo que hago»". Advierte el Dr. Alberto Silveira, presidente de la ONG. "Luchemos por la Vida". (esta última reación es una prueba más de que el ritmo de vida en nuestras sociedades de consumo, hiperaceleradas, hiperdemandantes y superficiales genera millones de personas que andan por la vida neuróticos, estresados, ansiosos y sin haber encontrado su punto de equilibrio y armonía interior). A su vez si triunfa el autoritarismo del padre el resultado puede ser que esos chicos terminan copiando las acciones de los padres, ya que el aprendizaje por imitación es un fuerte modelador de conductas, que se impone por sobre la educación".
Los chicos no nos escuchan.... nos observan. De manera que de nada sirve tampoco pasar mensajes sobre cuidado en el tráfico, si cuando manejamos andamos exasperados, acelerados, agresivos e impacientes.

Hace pocos días, un chico de solo 3 años, le decía a su padre cuando veía otro vehículo adelante: "pasalo Papá, pasalo" (que ejemplo que estaría recibiendo desde temprana edad para ya tener incorporada esa conducta).
Un factor que influye positivamente en las posibilidades de que los conocimientos incorporados en la escuela tengan eco dentro del hogar es la novedad que éstos puedan suponer para los adultos. En materia ambiental, por ejemplo, "los chicos son la brújula que nos marca lo que está bien o está mal".
EDUCACION AMBIENTAL:

"La educación ambiental hoy se encuentra dentro de la currícula, pero para los que tenemos más de 30 años y que no pasamos por este sistema educativo, los chicos nos educan en una materia que es relativamente novedosa para nosotros, y nos meten presión para que nos comportemos como ciudadanos con una mayor responsabilidad ambiental."
En el caso de la educación vial, las cosas suelen ser diferentes. "Los adultos ya tienen la información sobre educación vial, pero tienen hábitos contrarios muy asentados, que no surgen del desconocimiento sino de un aprendizaje por experiencia -sostiene Ma.Cristina Isoba-. Por eso, cuando la educación vial de los chicos viene acompañada por un compromiso de las autoridades políticas, de llevar adelante políticas de cumplimiento de las leyes de tránsito, ahí tenemos un círculo virtuoso que sí contribuye a consolidar un cambio en el comportamiento y las actitudes."

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