Comer, beber y practicar el sexo nos activa las llamadas vías de recompensa. Pero hay también muchas sustancias externas que pueden activar estos circuitos y desencadenar satisfacción psíquica y fisiológica del individuo.
La cocaína provoca una extensa estimulación que provoca excitación, alerta, profunda sensación de poder, euforia y DESNIHIBICIÓN EXTREMA.
La principal acción de la cocaína en los centros de recompensa es la de bloquear la recaptación de Dopamina, neurotrasmisor clave de los centros cerebrales del placer. Esto provoca un aumento de los niveles de DOPAMINA entre las neuronas lo que produce la sensación de euforia.
Algo parecido ocurre con la NICOTINA, esta se une a los receptores de dopamina y estimula así las vías de recompensa mediadas por este neurotrasmisor. De ahí la sensación de placer que inunda al fumador luego de unas pitadas.
La nicotina además provoca la liberación de Adrenalina en el organismo, hormona que mantiene al en alerta al cuerpo y preparado para situaciones de tensiones y peligro.
Otro potente estimulante y gran adictivo es la cafeína. Pocos son conscientes de los verdaderos efectos y mecanismos de acción de la cafeína. Se fija a los receptores de la Adenosina, neurotransmisor que aminora la actividad nerviosa, e impide así la relajación previa al sueño.
El organismo entra así en un estado de alerta que acompaña de la liberación de adrenalina, lo que mantiene la tensión en músculos y cerebro.
Y es igualmente bienestar lo que el cerebro pide una vez que se ha probado la marihuana en cualquiera de sus formas de presentación.
La principal sustancia activa de la marihuana es un cannabinoide, muy similar a los cannabinoides internos que produce el cerebro, y que controlan procesos relacionados con el aprendizaje, la memoria, la atenuacion del dolor, las vías sensoriales, el juicio o la coordinación motora.
El cannabinoide de la marihuna, interfiere en las vías de los cannabinoides internos pero sin control y altera los sentidos también, a la vez que se desencadena la sensación placentera.
Cuanto más potente y más efectiva sea la acción de la sustancia en el organismo (o sea cuánto más eficaz sea en la liberación de DOPAMINA), más placer generará.
El placer producido genera unas expectativas muy sugerentes que el cerebro busca repetir, además el organismo se adapta fisiologicamente a la administracion externa y la ausencia de administración provoca graves efectos fisiologicos, a veces muy dificiles de soportar.
De ahi la dificultad de abandonar un consumo que afecta circuitos neuronales y a la fisiologia basica del cuerpo, jugando con los centros del placer y del dolor.
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