Las aftas bucales son lesiones dolorosas que aparecen en general en la mucosa bucal como la lengua, el interior de los labios o las mejillas, el paladar o la garganta. A veces se las considera “lesiones limpias” porque las aftas no están causadas por hongos, bacterias ni otros microorganismos. Su tamaño es variable y se pueden distinguir las aftas miliares (pequeñas) de las aftas gigantes.
Las causas no se conocen del todo, se estima sin embargo que el consumo de ciertos alimentos o medicamentos favorecen su desarrollo.
Otras causas o factores desencadenantes son agentes infecciosos, una higiene bucodental incorrecta, una influencia hormonal, un traumatismo o el estrés.
Otras causas o factores desencadenantes son agentes infecciosos, una higiene bucodental incorrecta, una influencia hormonal, un traumatismo o el estrés.
Los síntomas se caracterizan por pequeños cráteres de forma redondeada u ovalada con un fondo de color amarillo bordeado con un ribete rojo.
El abuso de alimentos como el queso gruyere, los frutos secos, las nueces y las avellanas, los cacahuetes, las almendras, el chocolate, las especias, ciertos agentes conservadores (E210, E200,…) y el gluten (presente en el trigo) pueden favorecer el desarrollo de aftas. De hecho, las personas celíacas (alérgicas al gluten) sufren de aftas de forma repetitiva. Estos alimentos que provocan las aftas son a menudo ricos en histamina.
El abuso de alimentos como el queso gruyere, los frutos secos, las nueces y las avellanas, los cacahuetes, las almendras, el chocolate, las especias, ciertos agentes conservadores (E210, E200,…) y el gluten (presente en el trigo) pueden favorecer el desarrollo de aftas. De hecho, las personas celíacas (alérgicas al gluten) sufren de aftas de forma repetitiva. Estos alimentos que provocan las aftas son a menudo ricos en histamina.
La alimentación es la principal causa de aftas.
– Las aftas pueden aparecer como consecuencia de la toma de ciertos medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), los antibióticos, el ácido benzoico (E210), las antivitaminas K, el meprobamato, la quimioterapia en general (medicamentos para tratar el cáncer y la leucemia,…)
– Una higiene bucodental incorrecta
– Una carencia en hierro
– Una carencia en folatos
– Irritación de la cavidad bucal debida por ejemplo a un empaste o a una dentadura postiza.
– Virus (herpes,…)
– Uso de dentífricos a base de laurilsulfato
– En caso de mordedura del interior de la mejilla
– En determinados casos, las aftas preceden otras patologías como la fiebre, el herpes o enfermedades del tubo digestivo.
– También se observa que la aparición de aftas es más propicia en los siguientes casos: paciente en estado de estrés (agotamiento)
– Periodo menstrual
– Pubertad
– Embarazo
– Menopausia
– Diabetes
– Alcoholismo y/o tabaquismo
Los buenos consejos para tratar o prevenir las aftas consisten en adoptar una excelente higiene bucodental e identificar las causas para evitar que se reproduzcan, por ejemplo dejar de comer ciertos alimentos que contribuyan a la formación de aftas.El tratamiento de las aftas pretende principalmente aliviar el dolor, así que los tratamientos empleados pueden ser geles o pomadas anestésicas, antiinflamatorios como la aspirina en gargarismo, corticoides (el más eficaz) o, todavía de forma más alternativa, el uso de bicarbonato de sodio o ciertas plantas medicinales como el ruibarbo.
El consumo de vitamina C y de vitaminas B (complejo de vitaminas) puede tener un efecto preventivo.
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