Todas las guerras son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano”.
Hace casi ochenta años, entre 1936 y 1939, en tiempos de nuestros abuelos y bisabuelos, una espantosa guerra civil tuvo lugar en España. Causó miles de muertos, destruyó hogares, arruinó el país y llevó a mucha gente al exilio. Para evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca, es conveniente recordar cómo ocurrió. Así, de aquella desgracia podrán extraerse conclusiones útiles sobre la paz y la convivencia que jamás se deben perder. Lecciones terribles que nunca debemos olvidar.»
Arturo Pérez-Reverte
Arturo Pérez-Reverte
Reseñas:
«Un repaso equidistante por los tres años de contienda, con ilustraciones de Fernando Vicente, y donde defiende la importancia de la memoria y la necesidad de no olvidar lo que fueron aquellos tres años de barbarie.»
Antonio Lucas, El Mundo
«Un repaso equidistante por los tres años de contienda, con ilustraciones de Fernando Vicente, y donde defiende la importancia de la memoria y la necesidad de no olvidar lo que fueron aquellos tres años de barbarie.»
Antonio Lucas, El Mundo
«La extraordinaria belleza de las ilustraciones, además de dialogar con el texto en perfecta armonía, trasciende edades y lapsos temporales convirtiéndolo en una pequeña obra de arte, un objeto precioso, un ejercicio de memoria para que no vuelva a suceder.»
Anna M. Serrano, ABC
Anna M. Serrano, ABC
«La capacidad de síntesis y la ecuanimidad crítica del autor abonan un trabajo de lectura obligatoria.»
Sergio Vila-SanJuán, La Vanguardia
Sergio Vila-SanJuán, La Vanguardia
Hoy os traigo la reseña del libro de Arturo Pérez-Reverte La Guerra Civil contada a los jóvenes en el que, a modo de breves apuntes, se nos narra los principales hito del último conflicto civil patrio.
El libro La Guerra Civil contada a los jóvenes es publicado por Alfaguara en noviembre de 2015. Lógicamente, la edición que poseo es la primera. Cuenta con 144 páginas y tapa dura con sobrecubierta. Por la naturaleza del volumen y el público al que está dirigido su apartado gráfico es sensacional ya que desde la portada a la contraportada cuenta con gran número de ilustraciones, realizadas por Fernando Vicente, de gran calidad que sirven para sembrar en un vistazo una imagen fidedigna de lo narrado en la mente del lector. Su peso es moderado (565 gramos), la tapa dura y su acabado hace que se sienta un volumen muy sólido y agradable en la mano, representando un placer para la vista y para el tacto. Se aprecia que el trabajo de documentación histórica para las ilustraciones ha debido de ser enorme, en algunas se reproducen parte de fotografías, carteles de propaganda y obras de arte que el lector reconocerá a primera vista. Sorprende un bloque escueto de sólido papel bien ilustrado y mejor escrito en nuestros tiempos binarios en el que la tiranía de lo digital amenaza con acabar con todo lo anterior. Su precio es de 17,95€.
Su autor es Arturo Pérez-Reverte Gutiérrez el cual estudió en los Maristas de Cartagena llegando a ser íntimo del hermano Poteras, durante 21 años fue reportero de guerra. Ejerció de periodista en prensa, radio y televisión hasta que, por fortuna para las letras hispánicas, decidió vivir de la literatura en exclusiva. De entre su producción destaco, entre otras, la saga de novelas de aquel capitán por un día de una tropa sentenciada a muerte (Alatriste), El club Dumas, El asedio, Territorio comanche y El francotirador paciente. Ocupa el sillón T en la Real Academia Española. No es la primera vez que intenta enmendar el desastre educativo español con obras enfocadas a las nuevas generaciones a las que les han hurtado el conocimiento de su propio pasado, de este afán surgen las ya citadas aventuras del capitán Alatriste y la edición escolar en un solo volumen de Don Quijote de la Mancha. Fernando Vicente es el ilustrador encargado de los numerosos dibujos que acompañan al ejemplar. De formación autodidacta, ha trabajado en revistas como Madriz y La luna de Madrid, hoy día centra su actividad en el diario El País y sus suplementos. Ha sido galardonado con tres premios Award of Excellence de la Society for News Design y ha expuesto su obra en ARCO, Círculo de Bellas Artes de Madrid y en el Museo de ABC.
Lo primero que llama la atención de La Guerra Civil contada a los jóvenes es que no es un libro de historia al uso pues no estamos ante una monografía ni ante un ensayo. Los hechos son narrados de forma casi telegráfica y por el orden en el que cronológicamente tuvieron lugar, siempre con un matiz objetivo como si de un narrador equidistante e imparcial se tratara. No encontrará el lector juicios de valor sobre tal o cual acto sino, tan sólo, una lista con los sucesos que tiñeron de negro tan vergonzante página de nuestra historia. La estructura del ejemplar, específicamente dirigido a las nuevas generaciones, es la de unos apuntes de clase que trataran en concreto de los hechos acaecidos entre la marcha al exilio de Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República y el retorno a la democracia en 1975 con el jefe de gobierno Adolfo Suárez y el rey Juan Carlos I. Se articula el libro en treinta capítulos en los que desfila una España atrasada, inculta y pobre que avanza con dificultad por la sangrienta senda de la primera mitad del siglo XX. Narra Arturo Pérez-Reverte cómo la sociedad española, incapaz de encontrar soluciones a los numerosos males que la afligen, se fija en las diferentes formas de gobierno de los países europeos; lo cual nos lleva a que unos se miren en el espejo ruso anhelantes de una sociedad comunista sin clases sociales y otros contemplen con admiración el modelo fascista de Italia y Alemania. Da que pensar que casi nadie se fijara en el modelo demócrata inglés, francés o norteamericano pero es sabido que, cuando las cosas se tuercen, los humanos tendemos a radicalizarnos y, en aquella época, en España llevaban las cosas torcidas demasiado tiempo.
Capítulo a capítulo Arturo Pérez-Reverte nos presenta los hechos del conflicto desde el 18 de julio de 1936 en el que los sublevados se levantan en armas contra la República, hasta el uno de abril de 1939 en el que acaba la guerra con la victoria del general Franco. Vamos asistiendo a lo que, al principio del alzamiento, no es sino un golpe de Estado que, por la resistencia férrea que encuentra allí donde no ha triunfado, degenera en guerra civil. O lucha intestina que decían los romanos, mucho más prácticos y gráficos a la hora de narrar estas cosas. Llámese como quiera, lo cierto es que desde los primeros meses del conflicto los españoles de ambos bandos se dan mucha maña en ajustar cuentas con vecinos y saldar viejas deudas de manera expedita y permanente. Vemos, así, como España se divide en un bando nacional o fascista que se ha unificado en torno al general Franco y un bando republicano o rojo que mantiene su cohesión a duras penas. Conscientes ambos contendientes de no tener fuerzas suficientes para aplastar al enemigo, tanto nacionales como republicanos no dudan en llamar a lo mejor de cada casa que había en Europa: fascistas italianos, nazis alemanes, comunistas rusos e izquierdista, espontáneos y libre-oyentes de medio mundo. De esta manera, le ponemos en bandeja a los estados mayores de media Europa poder probar las armas de la previsible próxima gran guerra a coste cero (que hoy conocemos como Segunda Guerra Mundial y que empezó apenas unos meses después de la caída de Madrid) y, así, los nazis pudieron experimentar con el embrión de la Luftwaffe (Legión Cóndor la llamaron en España), los soviéticos comprobaron la bondad de sus tanques y los italianos la nulidad de su ejercito. Asiste el lector a un desfile de horrores, matanzas, violaciones, sangrientos sitios, feroces batallas, asesinatos de intelectuales del otro bando (Lorca ¡en su Granada! y Muñoz Seca en Paracuellos del Jarama), etc; aunque también, en justa réplica, a actos de valentía, humanidad, y piedad hacia el vencido. Y, de esta manera, La Guerra Civil contada a los jóvenes representa la narración de un sangriento partido en el que unas veces parecía que ganaban unos y, otras veces, parecía que ganaban otros, siempre con la República perdiendo terreno y yéndose irremediablemente al traste ante la pasividad de Reino Unido y Francia que, merced a su neutralidad, contribuyeron no poco a asfixiar al gobierno de Madrid. Mención especial merecen todos aquellos españoles que siguieron en armas largos años después de que acabase nuestra guerra: republicanos de la Resistencia francesa, el cuerpo expedicionario de la División Azul, el maquis, etc; y el trato miserable y, en ocasiones, inhumano que recibieron de aquellos (en especial de Francia) que deberían haberlos acogido como aliados y no como simple carne de cañón.
En La Guerra Civil contada a los jóvenes Arturo Pérez-Reverte narra de forma objetiva, imparcial y breve los hechos acaecidos durante la última gran tragedia de nuestra historia para que, a través de su lectura, las generaciones más jóvenes, hijas de planes de estudios no muy letrados y sí muy politizados, cuenten con los recursos mínimos que les hagan comprender tan crucial periodo de su/nuestra historia. Lógicamente, este ejemplar es sólo una exposición de los hechos a modo de unos apuntes de clase con un acabado gráfico portentoso, su misión es informar de lo que pasó y estimular que el lector (al que se le presume joven pese a que su lectura sea perfectamente compatible con generaciones más mayores) ahonde en el conocimiento de este período en otros libros. El volumen cuenta con un portentoso apartado gráfico, estando cada capítulo acompañado de una ilustración de excepcional calidad que plasma a la perfección lo narrado sucintamente en la página anterior. Con este sistema se da una peculiar conjunción de la palabra y la imagen que crea un formato idóneo para el fin que se pretende: que los lectores en poco tiempo se hagan una idea muy gráfica de lo acontecido. Si tuviera que definirlo brevemente diría que estamos ante un libro muy visual que consigue plasmar imágenes concretas en la mente del lector. Su lenguaje es muy escueto y sucinto, sin apenas adjetivos que describan los hechos narrados, por lo que se lee con gran facilidad y rapidez lo que posibilita que en apenas una hora el lector se haga una idea muy aproximada de la tragedia que fue nuestra última guerra civil. El esfuerzo de documentación y, muy especialmente, de elección de los hechos mas relevantes; así como su sobria plasmación en la narración han debido de representar un esfuerzo enorme del que Arturo Pérez-Reverte ha salido vencedor. Recomiendo su lectura no sólo por el simple placer de sostener una edición tan bella y cuidada sino que, además, en sus breves páginas el lector encontrará la relación de hechos objetiva de un periodo clave en nuestra historia que configuró como pocos la España en la que vivimos.
Permítame el lector que acabe con las palabras con las que comienza el propio autor la narración: “Todas las guerra son malas, pero la guerra civil es la peor de todas, pues enfrenta al amigo con el amigo, al vecino con el vecino, al hermano contra el hermano”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTARIOS: