Liderazgo y valores nos hará a reflexionar sobre la responsabilidad de asumir la realidad de los valores. El Dr.Lopez Quintás afirma que necesitamos implantar una época verdaderamente post-moderna. Lo haremos si configuramos un humanismo que supone un cambio de ideal. Del ideal del dominio y la posesión al ideal de la unidad y la colaboración.
Para llevar adelante esta tarea se requiere de líderes auténticos. No los que guían para dominar sino los que guían para ayudar y formar una sociedad más justa y solidaria.
El buen líder es un maestro, el líder espúreo es un manipulador. El lider auténtico debe poseer 3 cualidades:
Intelectuales, morales y expresivas, para pensar con rigor, vivir en forma creativa y transmitir ese ideal a los demás en forma persuasiva.
Liderazgo y valores requieren una expresión creativa para descubrir nuevas formas de ver la vida, para ensanchar nuestra perspectiva vital, para conceder a nuestra inteligencia: Profundidad, amplitud y largo alcance.
El valor se revela solamente a quienes muestran decisión creadora.
Voluntad de conseguir los grandes fines de la vida. Porque los valores aluden a relevancia, importancia y dignidad de todo ser humano.
La persona es un ser que se constituye, desarrolla y perfecciona, fundamentando su relación o encuentro con otras personas, con instituciones y con realidades culturales. Cada ser humano es responsable de asumir su propio y personal liderazgo.
DR.ALFONZO LOPEZ QUINTAS: Doctor en Filosofía. Catedrático de filosofía de la Universidad Complutense de Madrid. Miembro de la Real Academia Española.
Agradece por la invitación de la Universidad de Monterrey en su Jubileo y
Colaborar con quienes están en forma tan sólida, tan eficiente, difundiendo cultura y poniendo bases para una buena cultura es realmente un honor y una obligación colaborar con quienes están formando nuevas generaciones.
El gran humanista y científico Albert Einstein dijo: La fuerza desencadenada del atomo lo ha cambiado todo, excepto nuestra forma únicamente de pensar, por eso vamos hacia una catástrofe sin igual.
Como es posible que Einstein haya dicho que hay que cambiar la forma de pensar. es que no estábamos pensando bien. ¿Es que cuatro siglos de edad moderno que nos han traído extraordinarios en tantos conocimientos y avances tecnológicos, ¿hay que cambiarlos?. Por qué al no cambiar nuestra forma de pensar nos encaminamos hacia una catástrofe?.
Para evitarlo necesitamos líderes, es decir personas esforzadas y bien dotadas que profundicen al máximo en lo que es la vida y la historia humana y sepan descubrir las rutas que han sido fecundas y las que no han sido fecundas y que nos han llevado a desastres.
EL MITO DEL ETERNO PROGRESO:
La quiebra del mito del eterno progreso significaba que durante 4 siglos de edad moderna, el hombre había desarrollado la ciencia y la técnica con un frenesí investigador, merced a la idea de que que un conocimiento teórico científico, produce un conocimiento técnico. Este conocimiento técnico produce un dominio de la realidad y producir artefactos y producir confort, bienestar y felicidad.
Entonces pensaron que esta progresión se podía elevar a la enésima potencia.
Que un saber téorico llevaría a una medida correlativa de felicidad.
De ahí el mito del eterno progreso. Se pensaba que el progreso era lineal y creciente. Pero ya en la Primera Guerra Mundial esta falsa creencia hizo un quiebre estrepitoso y millones de jóvenes inocentes tuvieron que pagar con sus vidas el error de sus mayores.
Donde estaba el error, en pensar que el dominio de la realidad producía felicidad.
Las personas más lúcidas clamaron que había que cambiar hacia un ideal de unidad y solidaridad. romano Guardini, Jaspers, Heideguer, coincidían en esto.
Y terminada la primera guerra mundial existía un clamor de cambio de un ideal de cambiar hacia una vida autentica. Los filósofos personalistas si cambiaron, y ciertas personas y ciertos grupos cambiaron, pero fueron muy pocos los que cambiaron, pero la sociedad y sus dirigentes no cambiaron. Y se vino la segunda guerra mundial, porque se siguió cimentando la ciencia y la técnica con un espíritu egoísta, con un ideal de dominio y de posesión.
Y luego de la Segunda Guerra volvió a haber un clamor por un giro, un cambio, y no se logró establecer ese giro. Y se vino la Guerra Fría. Romano Guardini nos decía la forma como había encontrado a la juventud alemana después de la primera guerra, una juventud que era vital y fuerte, solo querían encerrarse en las tabernas y tomar cerveza. Fumar y jugar a las cartas. Era una juventud sin ideales. Es la tragedia de no lograr imponer un ideal auténtico en la juventud y verlo ir hacia un ideal falso.
Y después de la segunda guerra las sociedades tampoco cambiaron los ideales.
Y hoy nos encontramos en la misma situación de crisis que todos los autores encontraban en las décadas de los 20 y los 30.
Y tenemos que lograr formar a ese hombre nuevo que lleve hacia el ideal de la unidad y de la generosidad que es el único que nos puede llevar a ser felices.
Recuerdo que en varios libros, (cartas de autoformación, o cartas del Lago de Cuomo), Romano Guardini nos decía: Yo estoy avisorando el horizonte, un hombre nuevo que viene, que va a cultivar la ciencia como nunca y la técnica y va a hacerlas más humanas, las va a dedicar no a su provecho, sino al provecho de una sociedad mejor.
Pero ese hombre nuevo aún no ha llegado.
Necesitamos entonces líderes, líderes que conozcan profundamente lo que es la vida humana, de lo que es el ser humano, de lo que es la realidad personal. De lo Que somos, de como debemos desarrollarnos. Que procesos debemos seguir para construirnos y no destruirnos. Y para conocer eso se necesita penetrar profundamente en los sentimientos humanos, en las actitudes humanas.
El lider debe conocer muy bien que es el amor y que es el odio.
Que es la lealtad y que es la perfidia.
Que es la fidelidad y que es la infidelidad.
Debe saber muy bien que es una actitud de egoísmo y una de generosidad y saber a que dan lugar estas actitudes.
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