El lenguaje positivo es cómo recogemos el poder de las palabras, diciendo que las palabras nos enseñan a ver ya encontrar el lado favorable de las cosas. Nos ayuda, de alguna manera, a protegernos de la vida que vamos a poder tener en un futuro con el propio lenguaje, que nos va a acompañar hasta el último día de nuestra vida. Nos ayuda también a entender nuestra propia historia, nuestra propia narración, porque las palabras construyen todos los días nuestros relatos. Forjan nuestra personalidad, forjan nuestra memoria, forjan nuestra capacidad de ver el mundo. Las palabras positivas lo que hacen es enseñarnos a ver el lado favorable de ese mundo.
¿Qué aporta el lenguaje positivo para el aprendizaje?
Primero, ayuda muchísimo a construir la personalidad. Es decir, nosotros construimos la personalidad palabra a palabra. Construimos nuestra memoria palabra a palabra. Construimos nuestros sueños palabra a palabra. Por tanto, lo que está aportando es que nuestra personalidad, aquello que nosotros vamos a ser en un presente y en un futuro, va a construirse con unas palabras que nos pueden ayudar. Aporta además otras herramientas más importantes todavía. Aporta la capacidad del cerebro de ser más rápido, de estar más atento, de estar más concentrado. Aporta energía, aporta creatividad. Eso es lo que hace. Lo más importante del lenguaje, y del lenguaje positivo y de las palabras positivas, es que te están dando una energía que antes no sabíamos que venía del lenguaje. Ahora sí sabemos que viene del lenguaje. Eso es muy importante para los chavales.
¿Qué efectos pueden tener tanto las palabras positivas como las palabras negativas sobre nuestro cerebro?
Las negativas compensan. Digamos, de alguna manera, lo que hacen es reducir tu campo de visión del mundo. Las palabras negativas lo que hacen es que se extienden de alguna manera… Atrapan tu memoria, atrapan tu tiempo y hacen que todo eso te dure más. Una duración mayor. El lenguaje negativo nosotros lo tenemos porque las emociones son principalmente negativas. Es decir, si vamos a nuestras emociones básicas, si tomamos cinco: la ira, el miedo, el enfado, el asco, la alegría… Al final te das cuenta de que hay una que es positiva y que el resto son negativas. ¿Qué hace lo positivo? Lo contrario. Es un tiempo de reacción del cerebro mucho más rápido. Te hace estar mucho más atento, te hace estar mucho más concentrado. Es decir, en definitiva, te hace tener, lo que decíamos antes, más energía, te hace ser más inteligente, te hace buscar recursos creativos en la vida. Te abre la vida. Te da energía para abrir un mundo, para buscar soluciones, para encontrarlas… Es decir, te hace mucho más inteligente. La inteligencia es nuestra capacidad de encontrar el futuro. En definitiva, el lenguaje positivo es la capacidad de encontrar un futuro diferente al que hoy en día tenemos
Gracias a Daniel Goleman ya la inteligencia emocional ha ocurrido un pequeño giro a nivel educativo. Las emociones son importantes. Daniel Goleman ha establecido cinco pasos a los cuales nosotros también nos hemos adaptado. Primero, tenemos que tomar conciencia de nuestro lenguaje o tomar conciencia de nuestras emociones. Tomar conciencia del lenguaje es saber qué es una palabra positiva, qué es una palabra negativa, qué efectos tiene… El segundo paso es regular la emoción. El segundo paso sería regular las palabras. Si yo no puedo regular las palabras, es decir, si yo no puedo elegir las palabras, ¿cómo voy a cambiar? Entonces, si no tomo conciencia de las palabras, no podré regular. Los profesores pueden tomar conciencia de las palabras. ¿Regular las palabras para qué? Para ser autónomo, para tener autonomía emocional o autonomía lingüística.
Por tanto, yo creo que el primer paso que hemos dicho de tomar conciencia es fundamental. Segundo, regular el lenguaje. Tercero, tener autonomía en el lenguaje. Poder decir, elegir las palabras, no pararme automáticamente en lo que me viene. El cuarto paso sería tener las habilidades lingüísticas, esas habilidades que nos permiten relacionarnos con los demás, que me permiten relacionarme conmigo mismo, que me permiten abrirme al mundo… Ese lenguaje positivo que me hace ver el lado favorable de las cosas es una habilidad. Y eso me da unas competencias, que sería el quinto paso. Competencias emocionales o competencias lingüísticas. Es decir, soy una persona competente para crear y establecer una relación social favorable, para relacionarme, no solamente con mis alumnos como profesor, sino con mi pareja, como padre, como madre, o para relacionarme también con mis compañeros, para relacionarme con la gente con la que me encuentro por la calle… Al final, esas competencias abarcan el universo en el cual nosotros nos movemos y hacen que, además, ese universo todavía sea todavía más universalizable. Me doy cuenta de que formamos parte de algo más grande que nosotros mismos, del universo de 7.500 millones de personas.
Yo siempre digo que a mí me echaron de dos colegios. Y a veces te das cuenta de que lo que te están quitando es la capacidad de lo mismo que te quieren enseñar. Nos quitan lo más esencial que queremos. ¿Qué queremos de nosotros mismos? Kahneman dice… Daniel Kahneman, que es Premio Nobel de Economía y psicólogo, el primer psicólogo al que, en el año 2002, le dieron un Premio Nobel de Economía… En una frase dice que lo que más nos importa a todos los seres humanos es la historia de nuestra vida. Y lo que más deseamos es que la historia de nuestra vida sea una buena historia con un protagonista decoroso. Eso es lo que queremos. Tener una buena historia con un protagonista decoroso. Entonces, claro, si al final nos quitan la capacidad de hacer una buena historia… ¿Qué es el lenguaje positivo? La capacidad de construir buenas historias. ¿Cuán alegre he estado hoy? ¿Cómo me ha ido hoy? ¿Cómo me ha ido el…? ¿Cómo te ha ido, hijo mío, hoy el día? Cuéntame. ¿Has estado alegre? Son historias, son narraciones.
El lenguaje positivo lo que va a hacer es que nos demos cuenta antes de que hemos dicho algo que no es adecuado y que tomemos las medidas. Es decir, que pidamos perdón antes. Eso es lo que hace el lenguaje positivo. No es buenismo, no. Simplemente es una relación de tiempo. Nosotros somos tiempo y atención. Nacemos, crecemos y morimos y prestamos atención en la vida a ciertas cosas. Lo que estamos diciendo es que hay que reconceptualizar las palabras o el lenguaje. Lenguaje oral, gestual y escrito. Porque significan, en nuestra vida, la construcción de nuestra historia, como decía Kahneman. Y como queremos tener una buena historia de vida, el lenguaje es quien construye esa buena historia de vida.
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