El igualitarismo universalista del cual surgieron los
ideales de la libertad y de una vida colectiva solidaria, la conducta autónoma
de la vida y la emancipación, la moral individual de la conciencia, los
Derechos Humanos y la democracia, es el
legado directo de la ética judaica de la justicia, y la ética cristiana del
amor.
Este legado sustancialmente sin cambios ha sido objeto de
continua apropiación y hasta el día de hoy no hay alternativas.
Y a la luz de
los desafíos actuales seguimos recurriendo a la esencia de ese modelo, y todo
lo demás es palabrerío postmoderno inútil.
Los postmodernos que apuntaron a la
destrucción de este sistema, sin proponer un modelo alternativo viable al orden cristiano
occidental, en buena medida han sido unos charlatanes, pero han sido muy
exitosos en prácticamente infectar a la gente con esta cultura del victimismo y
del revisionismo que justifica una ética casi revolucionaria que está
destruyendo los fundamentos de la sociedad occidental.
Es uno de los autores fundamentales de la epoca actual, quizá el máximo exponente de la 2da escuela de Francfort.
Discurso-diálogo y consenso
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