La campaña de vacunación contra la COVID 19 comenzó en Uruguay hace hoy justo un mes. Desde entonces todos hemos estado escuchando elogios y más elogios de quienes han ido a vacunarse. La organización en el Antel ARena, la actitud de la gente que ordena, que cuida o que vacuna, la amabilidad y las instalaciones en el Hospital de Clínica, etc, etc, etc. Estaba entonces desde hace unos días hacer un reconocimiento público a todo el personal sanitario del Uruguay, a los míos, a esos que cuando los veo dejar el alma en la cancha, me hacen sentir orgulloso de esta profesión, orgulloso de ser uruguayo. A mis colegas de los CTI los veo semana a semana, están dejando todo y ahora que se viene lo peor, mucho más aún. Pero están los de las emergencias, los de las ambulancias, las policlínicas, salas, laboratorio, BQ, auxiliares, y más y más.
Pero en estos días, además de quienes la están peleando con los enfermos, han pasado también ser héroes aquellos que la están peleando junto a los que no se quieren enfermar y están concurriendo masivamente a los vacunatorios.
Mi más profundo reconocimiento a los equipos de vacunación, a quienes planificaron la logística y a quienes la ejecutaron, y la ejecutan.
Al personal de salud y de todos quienes participan en la Cadena de distribución de las vacunas y también con los guardias civiles que están poniendo orden y luchando a veces con la incomprensión de algunos que están desesperados por acceder a la vacuna como quien se aferra a la vida... (y es entendible).
Nuestro Presidente una vez más atento a esos detalles visita a las vacunadoras del Hospital Maciel y les expresa un justo reconocimiento.
Sus palabras representan las mismas que estamos escuchando todos estos días de labios de quienes concurren a vacunarse cada día.
Un amigo de La Floresta, Abel Perez me comentó asombrado lo bien que funcionó todo cuando tuvo que ir al ANTEL Arena, “parecía de primer mundo, y es Uruguay, un Uruguay que es necesario verlo y reconocerlo y valorarlo”. Me decía que sentía orgullo por ver ese Uruguay democrático y plural donde hacían la fila personas de distintas culturas y clase social, como decía Manríquez: “y al llegados son iguales, los que viven por sus manos, y los ricos.
Otros también me decían de lo bien que funciona todo en el Hospital de Clinicas, en el Dispensario del Cerro, en CUDAM Colon, en el Polideportivo de Las Piedras, en el Campus de Maldonado, etc.
Y el pasado viernes 26 de marzo de 2021 la Dra. Silvina Gurgitano me cuenta muy emocionada de lo que les tocó vivir en la Ciudad de Durazno con su abuela se 92 años cuando se fue a vacunar. Era un día de lluvia como se ve en la foto y cuando la vacunadora se enteró que llegaba una señora de tantos años, ella misma salió del vacunatorio para vacunarla bajo viento y lluvia en el propio auto. Esa vacunadora (cuyo nombre no tenemos) nos representa a todos aquellos que amamos nuestra profesión, y que sentimos que detrás de cada paciente hay un ser humano que siente, que sufre, que tiene sueños, que tiene miedos, que se sacrifica y especialmente que confía en nosotros y que tenemos y debemos cuidarlos. Porque el cuidar es mucho más que curar; lo abarca, lo incluye, pero no es sólo eso. El cuidar incluye defender y promocionar lo que es mejor y ayudarlos a tomar las mejores decisiones, (como en este caso sería el vacunarse). Y si cuidamos .... curamos, prevenimos, rehabilitamos, acompañamos, consolamos.
Y aunque muchas veces no podremos curar (y en momentos como estos que estamos viviendo de una pandemia) mucho más aún, cumplimos nuestra función haciendo todo lo que cuidar y ayudar implica. Nos convertimos entonces en personas que ayudan a cuidar a otras personas y en ayudarlas a que no enfermen, porque enfermar es, desde un punto de vista antropológico, perder la capacidad de elaborar proyectos.
Una de nuestras funciones es ayudar a esa persona a conservar sus proyectos, y evitar que una "enfermedad" no le enferme, que una enfermedad no se convierta en el centro de su vida, y que no le impida (en lo posible) hacer lo que quiere hacer y ser lo que quiere ser.
Una de nuestras funciones es ayudar a esa persona a conservar sus proyectos, y evitar que una "enfermedad" no le enferme, que una enfermedad no se convierta en el centro de su vida, y que no le impida (en lo posible) hacer lo que quiere hacer y ser lo que quiere ser.
Esa vacunadora de Durazno nos representa a todos los que decidimos ser sanitarios (médicos, enfermeros, auxiliares, paramédicos, técnicos, licenciados, etc), y que en nuestra trinchera hacemos todo lo que debemos hacer, de la mejor manera posible, y si es necesario un poquito más también, con nuestra mejor disposición y profesionalismo, como lo hizo esta vacunadora de Centro Regional de Durazno hace pocos días.
Por algo estamos hoy al frente en la lista de los países que más vacunan por día x cantidad de habitantes, y no es para festejarlo, porque esto es una guerra contra un enemigo mortal, pero si da para alegrarse de la gente y de las reservas tenemos en Uruguay.
Hoy el Presidente también captó la titánica tarea de los vacunadores y fue a felicitarlos personalmente y reconocerles que en sus brazos estará el pasar a otros brazos la vacuna que podrá derrotar a este mortal virus, que nos ha robado tantas vidas, tantos encuentros, tanta salud, tranquilidad, libertad y también muchos ... muchos abrazos...
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