9/6/09

El daño emocional habitualmente no viene de terceros, se fragua y desarrolla en nosotros mismos - Ing. Carlos Slim Helú

Carta a los jóvenes estudiantes:
Les escribo esta carta con el fin de transmitirles un poco de mi experiencia en la vida, aspirando a que ella contribuya a vuestra formación, a vuestra manera de pensar, a vuestra manera de vivir, a vuestro equilibrio emocional, a vuestro sentido de responsabilidad para con ustedes y para con los demás, a vuestra madurez y, sobre todo, a vuestra felicidad, que deberá ser producto de vuestro ser y quehacer cotidiano.
El éxito no los constituye el hacer bien o muy bien las cosas y el obtener el reconocimiento de los demás, debido a que no depende de una opinión exterior, sino que es un estado interior. Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita del amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad.
El ser tan destacados como ustedes lo son, significa por un lado un privilegio, pero por otra parte entraña también muchos riesgos que pueden afectar valores muy superiores al “éxito” sea profesional, económico, social o político.

La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma, tales como la envidia, los celos, la soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, la avaricia, la pereza... todos estos son venenos que se ingieren poco a poco, sin que muchas veces nos demos cuenta de ello.
Cuando den, no esperen recibir. “Queda aroma en la mano del que da rosas”, dice un proverbio chino.
No permitan que sentimientos y emociones negativas dominen vuestro ánimo. El daño emocional habitualmente no viene de terceros, sino que se gesta y se desarrolla en nosotros mismos. No confundan los valores ni menosprecien vuestros principios.
El camino de la vida es muy largo, pero se transita muy rapidamente.
Vivan el presente intensa y plenamente, que el pasado no sea un lastre, y que el futuro sea un estímulo.
Cada quien forja su destino y puede influir sobre la realidad.
Vivan con sentimientos y emociones positivas como el amor, la amistad, la lealtad, el valor, la alegría, el buen humor, el entusiasmo, la paz, la serenidad, la paciencia, la confianza, la tolerancia, la prudencia y la responsabilidad.
Los opuestos que no invadan vuestra alma,y que si lo hacen que duren lo menos posible en vuestro ánimo, no los dejen alojarse, aléjenlos.
Muchas veces cometerán errores, es usual y es humano, traten siempre que sean menores, acéptenlos, corríjanlos y olvídenlos. No se obsesionen por ellos, el cielo y el infierno están en nosotros.
Lo que más vale en la vida no cuesta y cuesta mucho: el amor, la amistad, la naturaleza y lo que sobre ella ha logrado el hombre de formas, colores, sonidos, olores que percibimos con nuestros sentidos, que solo pueden ser apreciados cuando estamos anímicamente despiertos.
Vivan sin miedos y sin culpas; los miedos son los peores sentimientos del hombre, lo debilitan, lo inhiben a la acción y lo deprimen, y las culpas son un lastre enorme en nuestro pensar, al actuar y en la vida. Hacen difícil el presente y obstruyen el futuro.
Para combatirlos, seamos sensatos y aceptémonos como somos, con nuestras realidades, nuestros méritos y nuestras penas.
La ocupación desplaza a la preocupación y los problemas, al enfrentarlos, desaparecen. Así, los problemas deben hacernos cada vez más fuertes.
De los fracasos, aprender y los éxitos deben ser estímulos callados. Actúen siempre conforme les dicte su conciencia, pues a ésta nunca se le engaña.
Los miedos y las culpas, entonces serán mínimos.
No se encierren, ni arruinen su vida, vívanla con la inteligencia, el alma y los sentidos despiertos y alertas; conozcan sus manifestaciones y edúquense para apreciarla y disfrutarla.
El trabajo bien hecho no es sólo una responsabilidad consigo mismos y con la sociedad, es también una necesidad emocional.
Al final nos vamos sin nada, sólo dejamos nuestras obras, familia, amigos y, quizá, una positiva influencia, por lo que en ellos hayamos sembrado.
Con mis mejores deseos,
Disertación del Ing. Carlos Slim Helú en una Universidad de México en 1994.

3 comentarios:

  1. simplemente maravilloso... justo lo que necesitaba... gracias infinitas y un enorme abrazo

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  2. MUCHAS GRACIAS POR EL MESAJE REALMENTE ME AYUDÓ MUCHO. SIEMPRE LO VOY A LEER

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