30/11/19

Los antidepresivos naturales: 5 formas de liberar las hormonas de la felicidad

Nuestro organismo puede liberar en forma natural sustancias antidepresivas y ansiolíticas. De hecho existen muchas formas (científicamente comprobadas), para que nuestro cuerpo libere "bioquímicos endógenos" como  OXITOCINA, SEROTONINA, DOPAMINA y ENDORFINAS. En este vídeo se analizan 5 estrategias muy sencillas que nos ayudarán a liberar estas sustancias.
1. Practicar MINDFULNESS o atención plena: Al practicar Mindfulness además de enfocar nuestra atención en nuestra experiencia presente, con una actitud de apertura y no juzgamiento, básicamente respiramos en forma pausada y profundad, usando nuestro diafragma, y este movimiento del diafragma favorece la producción natural de Serotonina en el sistema nervioso entérico (nuestro segundo cerebro), también la liberación de endorfinas (las llamadas hormonas de la felicidad), y benzodiacepinas endógenas, sustancias ansioliticas, relajantes y descontracturantes. 
Además esta respiración abdominal estimula el nervio vago, lo cual baña nuestro cuerpo de acetilcolina y favorece la reparación del tejido cerebral y la regeneración celular en todo nuestro cuerpo. 

2. Generosidad y amabilidad: La llamada neurociencia afectiva ha vinculado el descenso de estados depresivos, con actitudes y emociones positivas y han comprobado que la generosidad y la amabilidad aumentan nuestros niveles de oxitocina, y no me refiero exclusivamente a conductas referidas hacia los demás, sino también a gestos de amabilidad y generosidad con nosotros mismos. Las palabras negativas envían una señal de alarma  que activan una respuesta de protección a nuestro organismo, por lo que las hormonas del estrés y los agentes inflamatorios inundan nuestro sistema, detienen el crecimiento biológico, interrumpen algunos procesos cognitivos, y bloquean la producción de ciertos neuroquímicos que nos ayudan a manejar el estrés. 
Cuando usamos palabras amables y optimistas ya sea hablando o pensando, liberamos nuestros antidepresivos naturales y aumentamos nuestros razonamienteo cognitivo. Si queremos profundizar en este tema, podemos consultar el libro: Words can alter your brain” (Las palabras pueden cambiar tu cerebro), de Andrew Newberg y Robert Waldman. Una sóla palabra negativa puede incrementar la actividad de la zona de la amigdala, que es la encargada de controlar el miedo, pudiendo por tanto soltar grandes cantidades de hormonas de estrés y alarma. 
 “Las palabras con connotaciones negativas envían mensajes de alarma a nuestro cerebro y cierran parcialmente el área del razonamiento de los lóbulos centrales

3. Práctica de la gratitud: la gratitud es una emoción que puede cambiar por completo nuestra biología. La gratitud un estado de apreciación y agradecimiento por lo recibido, ya sea esto tangible o intangible, provoca una respuesta hormonal que bloquea el daño causado por las hormonas del estrés. 

4. Camina en la naturaleza: 

5. Risa y humor: además del ejercicio físico, la risa es una de las formas más eficaces de inducir la liberación de endorfinas. 

El arte de valorarse a sí mismo: Dr.Mario Alonso Puig

Hipocrates: El arte es largo, la vida breve

Hipócrates de Cos: 

(Llamado el Grande; Isla de Cos, actual Grecia, 460 a.C. - Larisa, id., 370 a.C.) Médico griego. Según la tradición, Hipócrates descendía de una estirpe de magos de la isla de Cos y estaba directamente emparentado con Esculapio, el dios griego de la medicina. Contemporáneo de Sócrates y Platón, éste lo cita en diversas ocasiones en sus obras. 
Al parecer, durante su juventud Hipócrates visitó Egipto, donde se familiarizó con los trabajos médicos que la tradición atribuye a Imhotep.

Aunque sin base cierta, se considera a Hipócrates autor de una especie de enciclopedia médica de la Antigüedad constituida por varias decenas de libros (entre 60 y 70). 
En sus textos, que en general se aceptan como pertenecientes a su escuela, se defiende la concepción de la enfermedad como la consecuencia de un desequilibrio entre los llamados humores líquidos del cuerpo, es decir, la sangre, la flema y la bilis amarilla o cólera y la bilis negra o melancolía, teoría que desarrollaría más tarde Galeno y que dominaría la medicina hasta la Ilustración.
Para luchar contra estas afecciones, el corpus hipocrático recurre al cauterio o bisturí, propone el empleo de plantas medicinales y recomienda aire puro y una alimentación sana y equilibrada. Entre las aportaciones de la medicina hipocrática destacan la consideración del cuerpo como un todo, el énfasis puesto en la realización de observaciones minuciosas de los síntomas y la toma en consideración del historial clínico de los enfermos.
En el campo de la ética de la profesión médica se le atribuye el célebre juramento que lleva su nombre, que se convertirá más adelante en una declaración deontológica tradicional en la práctica médica, que obliga a quien lo pronuncia, entre otras cosas, a «entrar en las casas con el único fin de cuidar y curar a los enfermos», «evitar toda sospecha de haber abusado de la confianza de los pacientes, en especial de las mujeres» y «mantener el secreto de lo que crea que debe mantenerse reservado».
Aunque inicialmente atribuida en su totalidad a Hipócrates, la llamada colección hipocrática es en realidad un conjunto de escritos de temática médica que exponen tendencias diversas, que en ciertos casos pueden incluso oponerse entre sí. 
Estos escritos datan, por regla general, del período comprendido entre los años 450 y 350 a.C., y constituyen la principal fuente a través de la cual es posible hoy hacerse una idea de las prácticas y concepciones médicas anteriores a la época alejandrina.
En esta colección, la llamada «Antigua medicina» es uno de los tratados más antiguos y más célebres y en él sugiere el autor, entre otras propuestas, investigar el origen del arte que practica, origen que halla en el deseo de ofrecer al ser humano un régimen de vida y, en especial, una forma de alimentación que se adapte de una manera completamente racional a la satisfacción de sus necesidades más inmediatas. Por este motivo, considera por ejemplo el aprendizaje de la correcta cocción de los alimentos como una primera manifestación de la búsqueda de una existencia mejor.

Por otro lado, los textos de la colección hipocrática demuestran sin lugar a dudas que la práctica de la observación precisa no era en el conjunto de la medicina griega una conquista de la época clásica, sino que más bien constituía una tradición sólidamente afianzada en el pasado y que a mediados del siglo V había alcanzado ya un notable nivel de desarrollo.

24/11/19

Como aprende un niño a amar, a socializarse, a tener seguridad. El dolor es inevitable .... el sufrimiento es opcional: Dr.Boris Cirulnyk


El Dr.Boris Cyrulnik es neurólogo y psiquiatra, y docente en la Universidad, es también especialista en la "teoría del apego", en conocer ¿cómo aprende un niño a amar?,es decir como aprende a socializarse. 
La teoría del apego, es la teoría más aceptada en las facultades de psicología y psiquiatría.
He escrito 18 libros para el publico general y 18 libros profesionales. Su ultimo libro se titula "psicoterapia de Dios" y reflexiona sobre la necesidad de creeer, los beneficios de la creencia y también sus maleficios.

Periodista: En primer lugar Ud. es un referente a nivel mundial sobre resiliencia, y comenzaríamos por preguntarle ¿que significa?
BC: La definición de resiliencia no puede ser más sencilla, lo complicado es descubrir que condiciones la permiten, es iniciar un nuevo proyecto o desarrollo, después de un trauma. Lo importante es descubrir que condiciones la permiten, la segurización, la recuperación, las relaciones y  la cultura, hay que unir todo esto para responder a su pregunta.
Cuales serían las características de una persona resiliente?:
Depende las características en que se ha construído la personalidad.
Si alguien desde el nacimiento,e incluso antes,  ha recibido improntas biológicas que lo fortalezcan, se desarrollará, y si le ocurre una desgracia, se enfrentará mejor a ella, ahí hablamos de resistencia. 
si alguien está traumatizado y es capaz de iniciar un nuevo desarrollo, ahí hablamos de resiliencia.
o sea depende mucho de la persona, y de su entorno.
Como podemos ayudar a un niño para que sea más resiliente, tanto en casa, como en el colegio:
Para que el niños pueda adquirir los factores que le permitan ser resiliente,
De entrada hay que transmitirle seguridad. Primero entonces hay que transmitirle seguridad a su madre, porque en general son las mujeres quienes se encargan de los niños.
También un entorno seguro, estructurado por su madre, y por alguien más, que puede ser el padre, la abuela, la guardería, el hogar familiar, si el entorno seguro protege al bebé, al niño, cuando llegue al colegio ya habrá adquirido el placer de aprender, y el colegio será para él una aventura, un estrés, un pequeño miedo que será capaz de superar.
Volverá a su casa en la tarde, y estará orgulloso de sí mismo, le contará a su madre lo valiente que ha sido, y lo que ha acontecido en el cole.
Si ha estado vulnerabilizado porque su madre ha recibido agresiones, porque ha sido abandonada o porque ha estado enferma, o porque la vida ha sido dificil.
Pero los dos grandes factores que vulnerabilizan al bebé son: 
LA VIOLENCIA CONYUGAL ...
Y LA PRECARIEDAD SOCIAL.
Entonces si alrededor del niño hay violencia conyugal, el que sufre es el bebé, aunque nadie lo toque. Y si los padres viven en la precariedad social, (algo cada vez más frecuente), son padres que no están disponibles, están tristes, no tienen ganas de jugar con el niño, y el entorno que envuelve al niño no le aporta seguridad. Y por eso vemos a grupos de niños que no se sienten seguros, llegan al colegio y le tienen miedo, no les gusta nada.
Esto niños lo tienen difícil para ser buenos estudiantes, no es porque tengan un cerebro peor, sino que no han sentido seguridad, desde que se empezó a formarse su personalidad.
Periodista: Hemos hablado varias veces de seguridad a los niños.
Podía decirnos a que se refiere cuando nos habla de seguridad de los niños?
La definicion de segurizacion es crear un apego familiar, y el apego, el amor es algo flamante, es fiebre, es ardor, está separado de la realidad.
Mientras que el apego por el contrario,  se teje en el día a día, con la forma de hablar, compartir el desayuno, la forma de sonreir, la forma de enfadarse también, está en la vida cotidiana, pero se va tejiendo en el día a día, por lo que apego no es amor.
Pero el apego cuando se crea, se convierte en un vínculo muy fuerte, y los niños se sienten muy seguros, por ese fuerte vínculo, porque es un sentimiento de familiaridad. Se como hablarle a mi padre, sé como hablarle a mi madre, sé que cuando mi padre hace esto ... no me debo fiar. Estoy tranquilo, estoy en casa, no tengo miedo.
Se los comportamientos, sé lo que hay que hacer. Yo niño, he aprendido a hacer esto, estoy tranquilo, no angustiado y cuando haya una adversidad, que siempre las hay en el día a día, sabré como gestionarla, no me angustia. 
Lo que crea esa seguridad en un niño es ese vínculo, que se va tejiendo a diarios, palabra a palabra, desayuno a desayuno. Las cosas cotidianas crean un vínculo que dan mucha seguridad al niño.




Cada palabra construye o destruye ... hiere o cura .. maldice o bendice

Y es que, las palabras son el vehículo de contacto de nuestra alma con la realidad. 
En su libro MEDICINA PRACTICA, el escritor Victor Gómez Rodriguez se refería de esta forma al poder de la palabra en la salud de las personas:
Una voz amable, serena  y sincera puede resultar más terapéutica que cualquier medicamento. 
"Un gesto tierno o agradable  y una voz adecuada pueden cambiarnos el ánimo en un instante"
Las palabras nos llevan a la risa, a la alegría, a la ternura y al humor como algo inesperado. Las palabras sorprenden, emocionan, enternecen y  conmueven.

Pero el  mayor milagro que nos puede suceder con las palabras, es que lleguen a  curar. 
Con la palabra podemos hacer nuestra alquimia interior y particular: aliviar dolores, lidiar con nuestras dudas, rabias, superar o concluir duelos, sanar viejas heridas, trascender miedos, aligerar pesadas mochilas de nuestra conciencia y terminar así con esclavitudes del alma. En definitiva liberar y liberarnos.
Las palabras del médico son vida o son muerte para el enfermo y en esto estriba gran parte de la responsabilidad de los médicos, sea que empleen el verbo con fines constructores o destructores. 
A ningún enfermo se le deberá jamás desconsolar o desahuciar. Es por eso que jamás debemos decir .... "no hay nada para hacer" .... porque siempre podemos y debemos, acompañar, consolar, comprender el sufrimiento de quién está partiendo hacia otras alturas, o a sus familiares. 
Por grave que esté o parezca un paciente, jamás se le debe decir que su estado de salud es irreversible, o que no tiene curación, etc., porque son estas palabras negativas y destructoras que aceleran  la enfermedad o la muerte de quien las está recibiendo. 
 Y lo mismo sucede con nosotros mismos, ya que cada uno de nosotros puede elegir los pensamientos y las palabras que nos construyen, o los pensamientos o las palabras que nos destruyen .... es esa nuestra gran opción, nuestra gran prerrogativa, nuestra elección. 

De la misma manera, el psicólogo clínico Jose Luis Canales, en su libro "Padres Tóxicos" profundiza en la importancia de las semillas que los padres dejan en nosotros desde la infancia con el poder de la palabra:
(...) Los juicios que emitimos, a veces de manera inconsciente, (otras veces no tanto) ... pueden marcar la vida de un ser humano.
Cuando eres niño, eres libre, puro, sano; hasta que las palabras de un adulto que fue herido cuando niño inicia esta cadena interminable.
Antes que una palabra salga de tu boca, fíltrala primero por tu corazón.
LA IMPORTANCIA DE “LO QUE DIGO” Y “CÓMO LO DIGO”… (INCLUYENDO "BROMAS" HIRIENTES)...
"No te van a querer ni los perros", era la frase que ella siempre usaba para retar a sus hijos cuando se portaban mal. 
Seguramente, si le preguntan, ella siempre dirá y está convencida que los educó con amor. Pero la realidad puede ser otra, ya que "en nombre del amor".... se dicen cosas como estas:
"¿Quién quiere otra torta de jamón?", preguntó Carlos en el cumple de su hija, "Tu no, mi amor, estás muy gorda", fue la frase que disparó delante de todos sus amigos. 
Ella se puso roja de vergüenza, un nudo enorme le cerró la garganta y no comió más. 
Se levantó despacio y la soledad de su cuarto fue el mejor refugio hasta la madrugada del día siguiente y la anorexia la consecuencia de esa "inocente frase" dicha con una intención de prevención, pero con cero conocimiento de la psicología y del funcionamiento de la mente humana. El padre murió preguntándose qué hizo mal esa noche.

"Vamos, no seas mariquita", le dijo su profesor de natación cuando él –que en ese momento tenía 6 años– pidió una toalla al salir de la pileta porque tenía frío. 
Y todos sus amigos empezaron a reírse. "Mariquita, mariquita", le gritaron. 
Y el profesor, lejos de hacerlos callar, los alentó. 
Nunca más volvió a nadar. (Y nunca, en 34 años de vida, apoyó sus labios en los labios de una mujer). 
Estas son solo un par de ejemplos de la importancia de la palabra, porque con cada palabra se construye o se destruye ... se cura o se hiere ... se maldice o se maldice