7/7/21

La intoxicación alimentaria es más probable al comprar frutas cortadas (melón, sandías), ya que puede transmitir salmonellas, listerias o Escherichia Coli - Mar Aguilar

Podríamos contraer salmonelosis, listeriosis o E.coli. Además, si los trozos no están refrigerados se favorece el crecimiento de microorganismos.

Si bien se ha hecho muy común ir a la frutería o al mercado y encontrar ya cortados los melones y las sandías y ello resultar muy práctico,  puede no ser una buena idea echar al carro una mitad o cuarto de estas frutas u otras ya cortadas y envueltas con film transparente si después no tomamos ciertos recaudos al llegar a la cocina. 

“Al cortar la fruta, estamos rompiendo la protección natural que aísla la parte comestible del ambiente. Las frutas y las verduras pueden tener en su superficie microorganismos patógenos como SalmonellaListeria o Escherichia coli (E.coli), de manera que, si no se lavan correctamente antes de cortarlas, pueden pasar al interior”, según escribie Beatriz Robles en su Come seguro comiendo de todo. Esto se traduce en que puedes sufrir una intoxicación alimentaria.

Para evitarlo es imprescindible lavar todas las frutas y las verduras, ya sea que se consuman con piel o peladas. Así que aunque te vayas a comer una manzana sin la piel, deberías lavarla antes bajo el chorro del grifo.

 “En la piel puede haber microorganismos que arrastramos con el cuchillo al interior al pelarlas. 

Así que lo primero es lavar, y sí el consumo es con piel, Robles es partidaria de pasar a mayores y desinfectar en agua con hipoclorito, y luego lavar bien con agua. 

Con respecto a la fruta que se vende cortada pero no está guardada en una nevera sino en un estante o un puesto a temperatura ambiente, Robles apunta en su libro lo siguiente: “También puede haber una contaminación procedente del operario o de los utensilios de cortado. 

Si la fruta cortada no se mantiene refrigerada, se favorece el crecimiento de los microorganismos y, como es un alimento listo para el consumo, no hay ningún tratamiento posterior que mejore sus características higiénicas”.

Así que ya lo sabes: si vas a comprar un melón o una sandía, mejor elige la pieza entera y si consideras que se te va a poner mala, no tienes sitio en la nevera para guardarla o directamente no te apetece consumir tanta cantidad, opta por una mitad, pero siempre que esté colocada en la nevera del establecimiento. Al llegar a casa, toca lavar la superficie de la fruta bajo el grifo, no lo olvides. 

Así, evitarás males mayores y podrás disfrutar sin riesgos de estas frutas veraniegas tan frescas, ricas y saludables.

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