19/2/20

Artrosis ... un problema con solución. Consejos para mejorar la artrosis de manos y de pies: David Nogueiras.


La artrosis es una enfermedad producida por el desgaste del cartílago de las articulaciones. Dicho cartílago tiene diversas funciones, entre las que destaca la amortiguación para proteger los extremos de los huesos y permitir el movimiento de la articulación.
La artrosis es la enfermedad reumática más frecuente, sobre todo en personas de avanzada edad. Cuando se desgasta el cartílago, se empieza a generar una deformidad leve de la superficie articular, que normalmente genera molestias al mover y cargar la articulación.
Aunque no se sabe exactamente cuál es la causa que produce la artrosis, se clasifican distintos tipos que atribuyen la enfermedad a origen genéticoorigen hormonal y origen degenerativo por la edad.

La artrosis puede afectar a cualquier articulación del cuerpo, aunque generalmente aparecen síntomas en las zonas donde más trabajo generamos en nuestro día a día. Las articulaciones que forman el tobillo y pie, que entran dentro del grupo de articulaciones más afectadas por la artrosis, merecen especial atención. La artrosis cursa con periodos agudos dolorosos y con periodos no dolorosos, por lo que debemos tener en cuenta unas consideraciones u otras según el momento en el que nos encontremos.

He aquí recomendaciones que se realizan ayudarán a mitigar las molestias que genera esta enfermedad:

 1- Evitar el roce articular: Si la articulación está cruzada por músculos, cuánto más acortado esté el músculo, más compresión va a hacer sobre la articulación y más daño le hará. Que es lo que tenemos que hacer para evitar el roce articular, es estirar mucho los músculos que cruzan esa articulación. 
2- Corregir la biomecánica, por lo que debemos visitar al fisiatra y al podólogo. 
Cuando la artrosis ha producido alguna deformidad en los pies, es normal la aparición de durezas o callosidades en los pies que resultan tanto o más dolorosas como la propia artrosis. Es necesario un control periódico con el podólogo para tratar este tipo de lesiones de la piel, evitando así su complicación a largo plazo (helomas, heridas, úlceras…). 
Por otro lado está el componente biomecánico o la forma de moverse de nuestro pie en combinación con nuestra rodilla, nuestra cadera, nuestra espalda y resto del cuerpo. Estudiar la biomecánica es un aspecto que va a prevenir y frenar procesos de deformidad que se puedan ver agravados por sobrecargas del apoyo y la inestabilidad del pie con artrosis. 

La mayoría de pies artrósicos pueden obtener beneficio con unas plantillas personalizadas que repartan mejor la presión y mejoren los movimiento de las articulaciones proporcionando mayor control y estabilidad. 

3- Regenerar el cartílago articular. La ingesta de Dirox (colágeno tipo II no desnaturalizado), contribuye a enlentecer el proceso de degradación del cartílago, además de mejorar la inflamación. (Se aconseja 1 comp-en ayunas todos los días)

4- Hacer ejercicios de carga discontinua.

5- Movilizar las articulaciones:
Una de las características de la artrosis es la rigidez y la pérdida de amplitud de movimiento articular. Es muy recomendable realizar movilizaciones activas del tobillo y de los huesos del pie, cuando no estamos en un proceso agudo doloroso. Un ejemplo de estas movilizaciones es la flexión y extensión del tobillo, con lo que forzamos el rango máximo del movimiento. También es aconsejable realizar círculos con el pie y tobillo, así como flexionar los dedos hacia arriba.
 6- Elegir adecuadamente el calzado.
El calzado se debe adecuar al momento de artrosis en el que nos encontremos. En las épocas que no se sufren molestias es recomendable que las articulaciones tengan libertad de movimiento para evitar rigidez con el calzado. En el caso opuesto, es decir, cuando existe dolor, lo más aconsejable es utilizar un calzado que sujete bien las articulaciones y que no sea excesivamente blando para frenar el exceso de movimiento y fricción articular.
 7- Baños de contraste para los pies.
Sumergir los pies en agua tibia y agua fría para activar la circulación y ayudar a disminuir los procesos dolorosos en las fases agudas. Es un remedio casero muy útil que debe ser utilizado bajo prescripción médica, ya que es necesario asegurarnos de que no existen contraindicaciones vasculares.
 8- Control del peso corporal y de la carga.
Como hemos indicado anteriormente, la artrosis supone una pérdida de la amortiguación por parte del cartílago, por lo que el peso corporal influye directamente sobre las articulaciones que soportan el peso y están afectadas por la artrosis. Es recomendable llevar un control periódico en los casos de sobrepeso por parte de un especialista en nutrición y mantener una actividad física diaria en las fases que no hay dolor agudo. Es importante tener en cuenta que en estadios avanzados y fases agudas es preferible evitar el transporte de cargas, haciendo uso de carros con ruedas o trolleys para evitar el peso directo sobre las articulaciones.
 9- Superficies al caminar.
El terreno por el que caminamos es un factor que influye directamente en la artrosis. En las fases de no dolor agudo se recomienda el ejercicio y la actividad en terrenos blandos (tierra, césped, montaña…), evitando en medida de lo posible actividades o deportes que impliquen caminar sobre terrenos duros.
 10- Cremas y masajes.
Existen diferentes cremas podológicas con componentes naturales, como las elaboradas con extractos de gaultheria, que normalmente están formuladas con base de aceites vegetales, eucalipto, alcanfor, menta, melisa, clavo, lavándula, hiedra y aloe, cuya textura es la ideal para realizar un envolvimiento o un masaje de pies. 
El bálsamo verde de Gautheria tiene propiedades analgésicas, antirreumáticas y antiartríticas por su alto contenido en salicilato de metilo. El masaje con cremas a su vez realiza una movilización pasiva de las articulaciones del pie, lo que las mantiene en mejor estado en procesos artrósicos.




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