24/2/13

El poder del altruísmo: una clave para la felicidad - Luis Rojas Marcos y Valentín Fuster

Cada día se acumulan más datos científicos que demuestran que las tendencias altruístas están programadas en nuestro equipaje genético y alimentan el motor imparable de la evolución y la mejora de la especie.
Incluso ya los pequeños de dos años de edad, se turban ante el sufrimiento de personas cercanas y hacen intentos para consolarlas.
Es un hecho comprobado además,  que las comunidades unidas por fuertes lazos de solidaridad prosperan más que los colectivos fragmentados por el egocentrismo.
Somos herederos de una disposición compasiva que ha evolucionado a lo largo de milenios.
Es comprensible que sean pocos los inclinados a considerar la evolución a la hora de admirar la bondad humana. Al fin y al cabo, ocurre lo mismo cuando nos deslumbramos con una piedra preciosa que debe su belleza a millones de años de presión en la roca.
Además, a menudo no apreciamos la abundancia de benevolencia humana porque la damos por hecho, y en general ni la historia, ni los medios de comunicación la consideran digna de mención.
De hecho las noticias en general las acaparan unos pocos desalmados, por eso escribíamos en este blog que: El bien no tiene marketing ni genera rating en la mayoría de los medios de comunicación
(http://drgeorgeyr.blogspot.com/2010/02/el-bien-no-tiene-marketing-jorge-de.html)
Es cierto que los actos altruistas, sobre todo en circunstancias dramáticas, suelen causar en muchas personas una mezcla de asombro, admiración e incredulidad, en muchas otras estos gestos son ignorados o puestos en duda, sencillamente porque consideran que tienen que estar motivados por intereses secretos o neurosis extrañas.
Comprobamos una vez más que cada uno de nosotros cada día puede salir a relucir sus grandezas o sus miserias humanas...
Foto: Patricia Muñoz Turano y Alejandra Forlán (Fundación Alejandra Forlán)
http://drgeorgeyr.blogspot.com/2012/11/cuanto-mas-cultivemos-la-amabilidad-la.html
Sin embargo, es un hecho que al sacrificarnos por los demás, incluso a costa del bien propio, fomentamos la reciprocidad y la estima social y contribuimos a la supervivencia del grupo.
Y eso no es todo, pues, la generosidad y la predisposición a auxiliar a nuestros semejantes son fuentes de satisfacción y felicidad.
Esto explica el que tanta gente cumpla con esa ley natural que prescribe que la mejor manera de conseguir la dicha propia es sencillamente proporcionándosela a los demás.
(Fragmento del libro Corazón y Mente de Valentín Fuster y Luis Rojas Marcos - Páginas 178-179)
1) La compasión además de ser un poderoso antidepresivo, es la emoción que nos hace más humanos
http://drgeorgeyr.blogspot.com/2010/05/la-compasion-es-un-poderoso.html

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