4/6/11

Estrés laboral y síndrome de Burnout - Dr.Jorge de Paula


SINDROME DE DESGASTE VOCACIONAL: El síndrome de “burnout”, también llamado síndrome de “estar quemado” o de desgaste profesional, se considera como la fase avanzada del estrés laboral y se produce cuando se desequilibran las expectativas en el ámbito profesional y la realidad del trabajo diario.
Es una afección que repercute notoriamente en la calidad de vida de las personas y en su forma de manifestarse puede incluir síntomas:
Los principales síntomas del síndrome de burnout, agrupados en categorías, son los siguientes:
Agotamiento emocional. Son comunes y significativas la disminución de disposición por ayudar y la pérdida de vitalidad emocional.
Falta de realización personal. El paciente tiende a evaluar su propio trabajo en forma negativa, expresa que sus actividades no le satisfacen y, por ende, presenta rasgos de baja autoestima.
Deshumanización. Se desarrollan actitudes negativas, de insensibilidad y de cinismo hacia quienes reciben el servicio.
Manifestaciones físicas. Suelen ser los mismos que en otros estados de estrés: cansancio, malestar general, dolores de cabeza y espalda, insomnio y alteraciones gastrointestinales y del ritmo cardiaco (taquicardias).
Mentales. Persisten los sentimientos de vacío, agotamiento, fracaso o impotencia; también son frecuentes nerviosismo, inquietud, dificultad para la concentración, sentimiento de persecución, baja tolerancia a la frustración y agresividad en su núcleo familiar.
Problemas de conducta. Pueden iniciarse conductas adictivas; aumenta el consumo de café, tabaco o alcohol, e incluso se incurre en el uso de drogas. También son notables ausentismo laboral, bajo rendimiento personal, distanciamiento afectivo y frecuentes conflictos con los compañeros de trabajo.
Asimismo, se ha observado que existen dos grupos de factores que influyen en la aparición del síndrome, y se relacionan con las características del puesto de trabajo y con las de la personalidad del trabajador.
Respecto a las primeras, es común observar el surgimiento de este síndrome en ambientes laborales tensos, con poca motivación, competencia desleal, infraestructura poco adecuada y nula probabilidad de intervenir en la toma de decisiones. Asimismo, se observa más incidencia en centros donde la atmósfera se vuelve tensa y hay mayor cercanía con hechos que no pueden modificarse, como pobreza, violencia, frustración y muerte, lo que da lugar a hostilidad entre el grupo de trabajadores.
En cuanto a los factores individuales, se sabe que las personas más afectadas son las que tienen alto grado de autoexigencia y presentan baja tolerancia a que las cosas no salgan como desean, incurriendo en estados de ansiedad y frustración. También el desempeño emocional influye, debido a que quienes presentan simultáneamente problemas laborales y en su familia o pareja son más vulnerables a estrés.
GRUPOS DE RIESGO: Existe un grupo de personas que sintomáticamente puede padecer esta enfermedad, estos son los profesionales con contacto con personas, como el personal sanitario, de la enseñanza, asistentes sociales:
MEDICOS Y ENFERMERAS
PSICOLOGOS y ASISTENTES SOCIALES
PROFESORES Y MAESTROS
POLICIAS Y BOMBEROS
TAXISTAS
GUARDIAS DE CARCEL
COMERCIANTES
ESTRÉS LABORAL CRÓNICO Y ENFERMEDAD CARDIOVASCULAR: Todo compromiso de nuestra vida social, incluidos los laborales, deben estar sostenidos en un principio de reciprocidad entre el esfuerzo invertido y la recompensa recibida, recompensa que no debería ser evaluada exclusivamente en términos económicos.
Cuando existen marcados desequilibrios (reales o percibidos) en relación con altos esfuerzos y bajas recompensas, se pueden generar fuertes emociones negativas que condicionan un estrés laboral crónico.
Distintas vías de respuesta de nuestro organismo ante situaciones estresante, son vehiculizadas a través de los ejes neurohormonales y podrán determinar la produción excesiva de coRRtisol (hormona corrosiva) y/o catecolaminas (sustancias vasoactivas y cardioactivas), que pueden volverse patógeneas en ciertas situaciones.

MODELO DER (DESEQUILIBRIO ESFUERZO-RECOMPENSA): El modelo conocido como DER - Modelo "Desequilibrio Esfuerzo-Recompensa- se utiliza para identificar condiciones de desequilibrio la entrega y el retorno, y cuando se aplica al mundo laboral sirve para predecir grados de bienestar o malestar que funcionan como protectores de la salud o generadoras de enfermedad respectivamente.
De manera que por este lado se encuentra un estrecho vínculo o relación entre el estrés, las situaciones demandantes o los conflictos de la vida con la aparición o agravación de patología en las esferas cardiovasculometabólicas, lo cual puede expresarse desde un simple sobrepeso, pasando por la hipertensión arterial, diferentes grados de ansiedad-depresión o el grado extremo conocido como Síndrome de Karoshi en los países asiáticos.
El Karoshi, o muerte por exceso de trabajo constituiría el grado extremo de afectación, y se ha descripto inicialmente en Japón, pero ya se ha instalado en China y en otros países. Literalmente se puede traducir como “Muerte por exceso de trabajo” y en su etiopatogenia se invocan como principal mecanismo de muerte los ataques cardíacos y cerebrales.
La psiconeuroinmunoendocrinología (PNIE), estudia la profunda interrelación entre el estrés, la carga alostática, los conflictos de la vida y el debilitamiento de los factores protectores de la salud.
Ver abordaje multidimensional de los procesos de salud y enfermedad
http://drgeorgeyr.blogspot.com/2009/06/medicina-y-psicoterapia-integrativa.html

1 comentario:

  1. Muy buen artículo, quisiera compartir un artículo que he publicado titulado "Psicoanálisis y enfermedades psicosomáticas
    http://juanmoisesdelaserna.es/psicologia/psicoanalisis-las-enfermedades-psicosomaticas/

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