29/3/15

La forma como vemos el mundo teñirán todas nuestras emociones y estados de ánimo. Quién solo piensa en sí, lleva una vida miserable - Matthieu Ricard


Matthieu Ricard: Su Santidad esta mañana, nuestro amigo Lord Layard mencionó que  la subestimada importancia de las enfermedades mentales queda reflejada en que el 40% de la discapacidad, eso significa el número de días, meses y años que no podemos trabajar, que no podemos funcionar en la vida.
No significa el número de muertes, sino el número de días que uno es incapaz de funcionar correctamente en su vida, y el 40% de todos los días de nuestra vida en la que no somos capaces de funcionar está relacionado con las enfermedades mentales. Y por enfermedades mentales nos estamos refiriendo a trastornos como la depresión, que toma cuenta del 8% de las incapacidades. 
Nos estamos refiriendo también a las fobias, la ansiedad, los trastornos post-traumáticos e incluso a casos más graves como la esquizofrenia, y todo junto aporta como un 12% más. 
También tenemos diferentes tipos de adicciones, donde el alcoholismo toma cuenta del 8% de las discapacidades y otro 2% por el uso de drogas. 
Ahora comparado con eso, si analizamos que el cáncer representa solo el 2% de las incapacidades, es muy significativa la repercusión de los desórdenes cerebrales. 
Por supuesto que el número de muertes por cáncer es mucho mayor de las que suceden por las enfermedades mentales, pero sea que uno se cure, o uno se muera, en general, el cáncer no es una enfermedad que incapacite por muchos, muchos años.
Las enfermedades el corazón representan un 5% de las incapacidades. Eso significa que gran parte de la influencia negativa en la calidad de vida, se debe a la enfermedad mental. Claro que algunos de ellos se deben a defectos básicos en nuestro cerebro como el Alzheimer cuando envejecemos, que es como un deterioro del cerebro, o ciertas formas de esquizofrenia, etc., pero mucho tiene que ver con las funciones de la mente. 
Mentes en estado no saludable como en el estado de depresión, por supuesto que son un fenómeno complejo.
Algunas enfermedades mentales tienen que ver también con los químicos del cerebro, pero mucho tiene que ver con la manera en que tratamos con el mundo, con la manera con la que nos relacionamos con los demás. Rumiamos todo el tiempo, el pasado lleno de esperanzas y expectativas y miedos y con un enfoque muy centrado en nosotros mismos.
Me pregunto que va a pasar y perdemos el sentido de la vida, perdemos la capacidad de expresar y sentir amor, todos esos son problemas mentales. El ansia (deseo), lo que lleva a diferentes tipos de adicciones y cuando se hace más grave.. comienza con una mente que ha perdido su equilibrio.
Comenzamos sintiendo que algo es placentero, y luego lo deseamos una y otra vez y otra vez, y los neurocientíficos dirán que se ha comenzado a construir algo en el cerebro que se trata solo de “desear”. Es diferente de lo que da placer. Al final uno  no lo disfruta más, pero uno lo desea, y así uno se convierte en un adicto a ese deseo. Eso es construido por la mente. Así como es construido por la mente, una mente sana también puede encontrar “remedios”. 
Sabemos que la atención basada en terapia cognitiva, el mindfulness, la mezcla de los métodos de Aaron Beck con la meditación son algunas de las maneras más eficaces para reducir y prevenir la recurrencia de la depresión en un 30-40%. 
Para las personas que han tenido 3 o 4 o de 2 a 3 episodios, estas técnicas pueden ser tan eficaces como los medicamentos.
Una vez más es necesario estar trabajando con una mente sana, pero lo claro es que subestimamos ampliamente el poder de la transformación de la mente. 
“Esto está mal”.. 
“Yo soy así”..y dedicamos la mayoría de nuestras expectativas y temores en arreglar las condiciones externas. 
“Si hago eso voy a ser feliz”. 
"Si no hago eso no puedo ser feliz”. Cosas así. Por supuesto que necesitamos mejorar las condiciones externas de este mundo, en especial donde estas condiciones externas son terribles, donde no hay paz, no hay comida, no hay salud. 
Pero aún así, eso no quiere decir que no tengamos que tener cuidado con la mente sana. Y esto es lo que nosotros y muchos otros estamos haciendo.
Entonces una mente sana es obviamente necesaria, porque es con nuestra mente con la que trabajamos desde la mañana hasta la noche. Puede ser nuestro mejor amigo, pero también puede ser nuestro peor enemigo, nos guste o no nos guste.
La manera en que funcione nuestra mente, le dará color a todo nuestro y según el color que le de será lo que experimentemos. 
Luego están todos estos enfoques que han sido desarrollados por las ciencias budistas, las ciencias contemplativas, por muchas de las tradiciones, sobre cómo desarrollar una mente que sea más libre de estas emociones destructivas, del deseo obsesivo, del odio, del resentimiento, de los celos, del orgullos y de la confusión mental. 
Y cómo mejorar las habilidades y los factores que conducen a una mente sana y a un mayor bienestar. Amor bondadoso, compasión, liberarse interiormente de pensamientos errantes. 
Aprender a sentir confianza interna, fuerza interior y sobre todo sentir y experimentar el amor altruista, la compasión, la empatía, la misericordia y la bondad. Atributos todos estos que es sabido que dan la mayor plenitud, no solamente para uno mismo sin que obviamente para los demás.
Entonces la mente sana está íntimamente relacionada con este tipo de cuidado, benevolencia, altruismo, amor, compasión.
Porque si solamente estamos con el “yo”, “yo”, “yo”, desde la mañana hasta la noche, es esa una condición muy miserable para uno y además quién así funciona le hace miserable la vida a los demás. Es una situación perdedora, perdedora, perdedora, una situación en la que todos pierden.

La compasión por supuesto es el mayor logro de los estados mentales, y por supuesto, obviamente vamos a hacer felices a los demás y es esa una condición ganadora, ganadora.

Magistral entrevista a Ricardo Darín: La ambición desmedida, nos puede llevar por caminos muy oscuros ... a lugares desoladores


Alejandro Fantino: Que te sucede con Hollywood?
Ricardo Darin: Nada en especial, no me quita el sueño. No me vuelvo loco por ir a Hollywood, puede ser que tenga que ver la edad. Yo vengo de una generación donde acá lo máximo que te podía pasar en un momento determinado de tu carrera era tener que hacer telenovelas, porque eso era el mercado internacional. Era como “vox populi” eso … “Noo si vos querés tener trascendencia internacional y demás… tenés que hacer novelas.
Pero todo eso de Hollywood … me suena muy cholulo.
Fantino: Pero no te vuelve loco eso. No te vuelve loco por ejemplo..
Darin: Nooo.. ni me vengas con esos escenarios, porque me resultan en una atmósfera muy hostil.
Fantino: Pero permíteme fantasear con estos escenarios… casa en Los Angeles, te vas con tu familia.. tienes un gran automóvil en Los Angeles, vives cerca de los Estudios, filmas dos películas por año, vienes a la Argentina a pasear, allá en Hollywood te vas a comer con Jack Nickolson, tienes casa en Santa Mónica, fines de semana de sol con moto de agua, lancha, sky acuático en Santa Mónica. Juegas al tenis con André Agassi, te haces amigo de él y te vas a jugar a Las Vegas con Agazzi, etc… en definitiva no te llena la cabeza eso, en definitiva entonces no te irías a vivir a Hollywood?.
Darín: sabes que es lo que pasa, que hay momentos y momentos en la vida.
Fantino: Pero tú eres muy joven como actor aún?.
Darín: Noo, pero no me estoy refiriendo a vejez, sino a los , momentos de la vida, de las etapas de la vida. Hay etapas donde tú estás muy de ida, en donde de golpe y haciendo un paralelismo con el fútbol te dicen: Te vienes a jugar a Italia?.. y salís corriendo para allá, dejás un dibujo así en la pared de tu casa y te vas. Pero la verdad es que yo no siento para nada esa pulsión en este momento de mi vida, para nada.
Por otra parte, mi negativa a ir a Hollywood a actuar tiene que ver con otra parte que puede estar directamente relacionada con los mecanismos y los resortes del oficio de actor, porque yo pienso que una de las cosas más importantes que hay para un actor es poder pensar, y pensar en otro idioma, como en este caso el inglés para mí, es muy difícil. Logramos pensar en otro idioma (y solo algunos lo consiguen)… despues de muchos años de vivir en ese lugar, donde estás obligado no solo a hablar en ese idioma sino también tienes que aprender a resolver todas las cuestiones de tu vida en ese idioma.
Fantino: Porque una cosa es decir una frase en inglés y otra cosa en pensar en inglés.
Darín: Exactamente es así… y es muy difícil pensar en otro idioma y a mí sé que me costaría muchísimo lograrlo, y considero entonces que estaría entregando una herramienta muy valiosa como actor. A lo mejor es una cuestión un cuidado extremo sobre mi profesión. Pero todo ello me lleva a que no me quite el sueño… Hollywood … como tampoco me quita el sueño el Oscar. A mí me criticaron muchísimo porque no fui al Oscar .
Fantino: siiii te criticaron porque no fuiste.
Darín: Siii y no fui y que me van a decir, pero más que porque no fui, me criticaron porque dije que “no tenía ganas de ir al Oscar”, como diciendo: “como va a decir que no tiene ganas de ir al Oscar?.. me estás jodiendo.. y yo les digo: Siii, así es… no tengo ganas de ir al Oscar y que me va a pasar… no tengo ganas. Porqué tengo que tener ganas de ir. ¿Porqué tengo que ir al Oscar?... ¿porqué?
Fantino: Y por que es el Oscar..
Darin: Pero que creen que es el Oscar?... que creen que sucede allí?... Piensan que ocurre algo que va a cambiar el mundo?... Yo ya fui una vez… ya lo ví… Ya está…ya ví.. no me puso muy contengo y estoy acá tranquilo.
“La Fantasía que se tiene desde afuera de lo qué es un ambiente es exactamente lo mismo que toda esa parafernalia de Hollywood, de vivir en Los Angeles, de casa en Santa Mónica, etc.. por eso yo digo que es muy Cholulo eso. No es serio. Tiene más que ver con la parafernalia que rodea una cosa, que con la cosa en sí misma.
Es dificilísmo pensar en otro idioma, actuar en otro idioma, hay personas que lo pueden hacer y los hacen muy bien, Javier es uno de ellos, pero le costó muchísimo.
Fantino: NO te movilizó nada ir a los Estudios de Hollywood.
Darín: A mí me ofrecieron solo una vez en forma seria, para hacer una película y esa sí fue una propuesta contundente y seria, a la que le dije que no, y que después me empezó a jorobar un poco que no aceptaran mi negativa, porque el Director no aceptaba un no como respuesta.
Fantino: Quién era el Director?
Darín: Era una película que después se llamó… “hombre en llamas” con Denzel Washington. Era la del custodio de una chica en México. Lo que pasó que en ese momento yo hacía mucho tiempo estaba trabajando en teatro en España, y lo único que quería era poder terminar la obra para venirme a Argentina a estar con mi familia y mis mujer en mi casa.
Fantino: Quién era el Director de “hombre en llamas”
Darín: Tommy Scott..
Fantino: ¡!!Hay que decirle que no a Tommy Scott y a trabajar con Denzel Washington en Holliwood!!! No podés….
Darín: Pero pará un poco… antes de poner esa cara escúchame a mí, déjame argumentar…, me ofrecían hacer el papel de un narcotraficante mejicano. Y porqué tengo que hacer el papel de un narcotraficante mexicano, para ellos todos los narcotraficantes son latinoamericanos. El País que tiene el mayor consumo de drogas de la faz de la tierra, eso ya no me gustó.
Y segundo… yo me quería venir a mi casa…. Hacía seis meses que estaba haciendo teatro en Madrid y me quería venir a mi casa a ver y estar con mi mujer y con mis hijos.
Y en tercer lugar, me molestó mucho la insistencia y la argumentación de la emisaria que enviaron a Madrid, que dijera: El Director no acepta un no como respuesta.
Y se iba todas las semanas al teatro a insistir y después de una semana pasaron a una segunda faceta que era: “Es una cuestión de dinero… por eso no va a haber ningún problema”…
Y ahí mi respuesta fue aún más contundente… “No … no me interesa vuestra propuesta”.
Fantino: ¿Pero tú tienes una idea de la guita que podrías haber ganado con esa película?.
Darín: Y… para que sirve más?... para qué?
Fantino: Y… para vivir mejor..
Darín: Mejor de lo que yo vivo… yo me pego dos duchas calientes por día… tengo un plato de comida en la mesa al mediodía y a la cena… me estaba yendo bien. El teatro estaba repleto. La gente nos paraba y nos abrazaba y besaba por la calle. Para qué más?.. La ambición sin límites… nos puede llevar por caminos muy oscuros, a lugares desoladores. Y no es que no me guste ganar dinero, y de estar en una situación de estabilidad económica, nooo. No estoy hablando de eso.  Pero como me van a poner por delante la carta de “si es una cuestión de dinero”… si yo ni llegué a hablar de eso. Yo no quería hacerlo, me quería ir a mi casa y no me interesaba. Es tan difícil de comprender eso. Se ve que para mucha gente sí… es muy difícil de comprenderlo.
Fantino: Se ve que tú disfrutas mucho de esta vida que tienes. Te das tus gustos. Juegas al tenis. Disfrutas de Buenos Aires. Te vas a hacer teatro y la estás rompiendo con Escenas de la vida conyugal.  O sea que sos un tipo de estos gustos.
Darín: Soy todo lo más feliz que puede ser una persona que vive en un mundo y en una sociedad como la que nos ha tocado vivir hoy. Soy todo lo feliz que puedo ser, sin mirar para otro lado. Tengo destellos de felicidad, vivo una situación privilegiada, tengo una familia increíble, me va bárbaro, la gente me quiere, me besa en la calle, me abraza. Que más quiero. Para qué más…
Fantino: claro… no necesitás más!!. No quieres tener un Jet Privado.
Darín: Un Jet Privado, pero ni pensarlo, ni pensarlo. No se me cruza por la cabeza. Tengo un auto de alta gamma y por momentos me da calor. Me siento mejor cuando le manoteo el auto a mi hijo, porque hay desproporciones que son complicadas.
Yo soy una persona muy privilegiada, he tenido mucha suerte en la vida. Se me abrieron las puertas y me han invitado a trabajar en lugares que ni pensaba, desde hace más de 30 años. En todos lados siempre hubo gente importante que confió en mí, que me defendió. Directores famosos como Diana Alvarez que me invitó y me defendió para que yo pudiera entrar en un círculo de intocables en aquel momento, donde al principio me querían fumigar porque decían algunos que yo era una galancito y ella me defendió, o sea siempre encontré una mano extendida que confió en mí y me defendió. Entonces sí tú pretendes más que eso, es que en realidad estás viendo otra película … entonces yo soy todo lo feliz que se puede ser.





27/3/15

Como enfrentar "El final de la vida o el tránsito hacia las insondables alturas" - Dr.Oliver Sacks

COMO ENFRENTARA EL NEUROLOGO Y ESCRITOR OLIVER SACKS SUS ULTIMAS SEMANAS DE VIDA: 
 Ahora debo elegir cómo vivir los meses que me quedan. 
Debo vivir en la forma más rica, productiva y profunda que pueda...
“Me siento intensamente vivo y quiero y deseo que en el tiempo que me quede pueda profundizar mis amistades, decirle adiós a quienes amo, escribir más, viajar si me dan las fuerzas y alcanzar un nuevo nivel de introspección y entendimiento de lo que me rodea”.
En su escrito Sacks reconoce que durante la última década ha sido cada vez más consciente de que su generación está en el “camino de salida”.
No habrá nadie igual a nosotros cuando nos vayamos, como tampoco no hay nadie igual a nadie, nunca. 

Cuando la gente muere no puede ser reemplazada. Dejan agujeros que no pueden ser llenados, porque es el destino -el destino genético y neurológico de cada ser humano- el de ser un individuo único, para encontrar su propio camino, para vivir su propia vida, para morir su propia muerte”.
Al final reconoce que tiene miedo, pero que su sentimiento predominante es la gratitud....
“He amado y me amaron...he dado mucho y me dieron siempre algo; he leído y viajado y pensado y escrito. 
Sobre todo, he sido un ser sensible, un animal pensante en este hermoso planeta y eso, en sí mismo, ha sido un inmenso privilegio y una aventura”.

23/3/15

Claves para sentirse feliz: crear vínculos que nos ayuden a vernos de cerca y poder caminar juntos

 
 "Yo siempre me siento feliz.... ¿sabes porqué? ...
Porque no espero las cosas de los demás.
Esperar siempre duele.
La vida es corta... por eso ama la vida.
Se feliz y siempre sonríe.
Solo vive para ti y recuerda:
Antes de hablar... escucha;
Antes de escribir ... piensa;
Antes de herir ... siente;
Antes de odiar ... ama;
Antes de rendirte ... intenta;
Antes de morir ... VIVEEE


Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber
Ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento Todo lo cambia al momento cual mago condescendiente
Nos aleja dulcemente de rencores y violencias
Solo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes. ....

 
El amor es torbellino de pureza original
Hasta el feroz animal susurra su dulce trino
Detiene a los peregrinos, libera a los prisioneros..
El amor con sus esmeros al viejo lo vuelve niño
Y al malo sólo el cariño lo vuelve puro y sincero.
 


6/3/15

Un camino para mejorar los vínculos humanos en la pareja, con los hijos, con la sociedad - Sergio Sinay

Sergio Sinay Nació en Buenos Aires el 10 de agosto de 1947. Vive su infancia y adolescencia en La Banda (Santiago del Estero). Regresa a Buenos Aires al finalizar el colegio secundario. Sus padres son, Moisés (fallecido en 1999) y Miriam ambos son farmacéuticos. Está casado en segundas nupcias con Marilen Stengel, a quien conoció en el año 1992. Ella es licenciada en Letras, especialista en comunicación, escritora, ella es según las propias palabras de su esposo: "una mujer bella, sensible, inteligente, con notable creatividad, humor, empatía e intuición". 
Tienes un hijo, Iván, nacido en 1976, fruto de su primer matrimonio. Iván es músico, es un varón de profunda, sólida y espiritual masculinidad, que ha elegido una vida propia y la vive con responsabilidad. 
"Amo a mi mujer, amo a mi hijo, siento un profundo cariño y agradecimiento hacia mis padres y mi hermano"... nos cuenta Sergio Sinay en su biografía  http://www.sergiosinay.com/Biografia.aspx
     La lectura, la escritura y el fútbol fueron pasiones tempranas en en él y no las ha abandonada. También jugó al básquet y al ajedrez. Estudió sociología, y se formó en psicología gestáltica, en psicología transpersonal y enautoasistencia psicológica. 
Estudia astrología y sigue formándose en todo lo que le apasiona y le permite entender y entenderse y lo hará mientras viva. 
Está convencido de que "en esta vida somos eternos aprendices y que nunca nos graduamos "(afortunadamente). 
Debo mucho a mis maestros: a Norberto Levy, a Kita Cá, a Adriana Schnacke, a Mónica Nigro, a Jorge Genzone, a Pepe Presti, a Mimy Sirocco. Y a maestros que no conocí en persona pero me enseñaron y enseñan desde sus libros, ideas y palabras: Víktor Frankl, Carl Jung, Elisabeth Lukas, Fritz Perls, Ram Dass, Sam Keen, Erich Fromm, Martin Buber, Emmanuel Kant, John Cheever, Philip Roth, Raymond Chandler, los filósofos griegos, los existencialistas.
     Cuando escribo me siento feliz. Nunca sufro al escribir. Me habitan tantos textos, que no me alcanzará una vida para parirlos. 
Disfruto, trasciendo, descubro el sentido de mi vida al escribir.  
Amo la palabra y procuro honrarla cuando la uso. Escribir es reflexionar, hacerme preguntas, compartir la exploración, compartir los descubrimientos, comunicarme llegar al otro. 
El otro. Porque creo (es de veras un credo) que el otro es necesario e imprescindible en nuestra vida, que en él trascendemos, que él confirma nuestra existencia y que no hay yo sin tú, y es por eso que se dedica a explorar los vínculos humanos, a investigar en él mismo y en los demás, y el reflexionar y trabajar en estos campos constituyen el motivo más esencial de nuestra vida. 
     Porque ama la palabras se hice periodista a los 18 años, y lo ha seguido siendo aun cuando incursionaba en otras áreas. Escribió crítica de cine (ama el cine) y de libros, ha hecho entrevistas, crónicas, investigaciones. Fué jefe de redacción de las ediciones iberoamericanas de Selecciones del Reader´s Digest. En muchas de esas publicaciones colocó semillas que se hicieron árboles en sus propios, a veces sabiéndolo, a veces no.
     También se siente pleno cuando puede hablar con otros y ante otros, cuando puede construir un puente de palabras y cuando puede cruzar por él hacia un público con el que se  encuentra y con el cual, juntos, puedan construir esos puentes de comunicación humana. Cree en la pregunta como una herramienta fundamental de la conciencia.
Le gusta viajar, conocer culturas, ama a la Naturaleza y la respeta, ama a los animales, a los perros, los gatos, los patos y las gallinas y a los animales que habitan campos y selvas.
     Le enojan, y mucho, las arbitrariedades de los poderosos, las incitaciones obscenas de quienes crean falsos deseos para incitar al consumo salvaje, el materialismo desalmado, el egoísmo de quienes creen que vivir es tener y los que usan al otro como herramienta o como peldaño. 
Rechaza a los que invocan ideologías y consignas supuestamente progresistas para enmascarar su propia miseria moral. Y son muchos. Y los sufrimos. Con los contaminadores, con los depredadores, con los transgresores de normas y leyes (escritas o no escritas), con los corruptos y con los autoritarios tiene un rechazo visceral. 
     Admira a quienes sostienen sus valores y declaraciones con acciones y actitudes, a los que perseveran detrás de un propósito, a los que reniegan del facilismo, a los que hacen del amor un verbo. 
     Todo esto es solo la punta de su iceberg.

¿Donde están los hombres?: Carta abierta de un varón a otro varón - Sergio Sinay (autor del Libro "La Masculinidad Tóxica")

Un día, hace 20 años, René Zanetti oraba en su casa, en Córdoba, como lo hacía diariamente, junto a su mujer y a sus seis hijos.... de pronto sintió en su interior un rumor y una fuerza como los de un río que se deshiela y desciende impetuoso desde la montaña. Cerró los puños, sintió que su pecho se tensaba a punto de estallar y su voz tronó: “Señor.... ¿dónde están los hombres?
¿Dónde están?”.
No se refería al género humano. Clamaba por los hombres, los varones. No podían ser esos que golpeaban a las mujeres, que se ausentaban de la vida de sus propios hijos, que desatan las guerras, que maltratan al planeta y a otras especies, que compiten salvajemente entre sí por el poder, por el dinero, por absurdos “aguantes” en materia de alcohol , de violencia o de sexo.
No podía ser que tantos de sus congéneres actuaran así.
¿Dónde estaban los hombres con capacidad de amar, de cuidar, de honrar la paz, de establecer acuerdos, de multiplicar fuerzas para mejorar el mundo, de cuidar el planeta en que vivimos y la vida que hay en él?
¿Dónde los hombres fecundadores, no los depredadores?
¿Dónde la testosterona y el coraje espiritual para decir que no al mandato de una masculinidad utilitaria, obediente a los preceptos de la productividad a destajo, de la desconfianza en el otro, de la lucha ciega, de la fuerza sin corazón?
Esa masculinidad tóxica, que aún prevalece en la política, en los negocios, en el deporte, en la sexualidad, en los vínculos con el otro, en la relación con los hijos, en la mirada hacia la mujer, esa compañera distinta, necesaria y complementaria?
René Zanetti es un pastor cristiano. Es un hombre de 63 años, calvo, barbudo, robusto, bien plantado. Si fuera un perfume se diría que de él emana esencia de roble, de tierra, olores ahumados, agrestes.
Hace veinte años René salió a la búsqueda de los hombres cuya ausencia le dolía.
Los ha convocado en cientos de lugares, en cientos de encuentros. Los ha ido encontrando, de a poco, pero sin pausa.
A donde va deja la inquietud y algo empieza, algunos hombres se miran a sí mismos, luego al de al lado y despiertan y vuelven las miradas hacia sus hijos, hacia sus mujeres, hacia la comunidad en la que viven, y se sacuden la capa de hábitos patriarcales empobrecedores y se empiezan a rencontrar con su hombría antes que con su machismo. Y de a poco otros se suman. “Creo que alguna huellita está quedando”, me dice René.
Le respondo que es más que una huella.
Está mejorándonos a los hombres y mejorando el mundo.
Cuando le digo eso, sus ojos se llenan de lágrimas.
Lo abrazo y, efectivamente, es como abrazar a un árbol de tronco fuerte y enraizado.
René es un emergente. El emergente de una búsqueda y una necesidad. Una necesidad de los propios hombres, de las mujeres, de los hijos. Para darnos cuenta, miremos a los hombres que están en la política y veamos cómo la hacen.
A los que hacen negocios y cómo los hacen. A los deportistas (en las tribunas y en las canchas).
Miremos cómo sigue vigente  y cómo predomina un paradigma masculino tóxico.
La pregunta de René sigue abierta.
La respuesta sigue siendo necesaria. Y sólo podemos darla los hombres. Para que no la den los machos.
René responde desde su ministerio. Cada varón tiene su propio lugar desde donde hacerlo.
Los invito a reflexionar un rato, tanto Hombres como Mujeres, y pensar un poquito mas en lo que estamos haciendo y en lo que estamos dejando de hacer.

Querido congénere:
Esta carta no podía tener otro destinatario que no fueras vos. Nadie podría entender mejor de qué hablo, qué quiero decir. Querido congénere, vos y yo,varones ambos, estamos en peligro de extinción. Así como nos mandaron a vivir nuestras vidas de hombres, así como nos mandaron relacionarnos con las mujeres,con nuestros hijos, con las cosas, con los seres, con el mundo, así no va más.
Te quiero contar cosas que escucho, que siento, que pienso, que vivo y que veo,cosas que nos involucran y que, quizás, no ignoras y te preocupan tanto como a mí. Veo mujeres tristes, desalentadas, resignadas a no encontrarse emocionalmente con nosotros, a no contarnos como compañeros de vida, digo como verdaderos compañeros de vida, como hombres dispuestos a explorar con ellas  desconocidos del afecto, a confiar en que nuestras diferencias nos enriquecerán, dispuestos a mirarlas con cariño, con ternura, con humor, además de con deseo. 
Veo mujeres que no nos entienden ni se sienten entendidas por nosotros, mujeres que han hecho hasta lo imposible por comunicarse (y debo decirte querido congénere, que a menudo hacen de más, se ponen demasiado ansiosas, sofocan, se adelantan a nuestros tiempos). 
Han hecho hasta lo imposible guiadas por la mejor, la más amorosa de las intenciones. Y hoy a muchas las veo y escucho resignadas a convivir con hombres que siempre serán extraños y lejanos o, directamente, a prescindir de ellos. Muchas mujeres prefieren compartir su tiempo con otra u otras mujeres: reciben más afecto, más comprensión, más compañía (aunque le falte el tipo de compañía, comprensión y afecto masculinos que tienen otra energía, otra vibración, no opuesta sino complementaria). 
Hay mujeres a las cuales empezamos (sólo empezamos) a resultarles prescindibles. 
Y si prescinden de nosotros, ellas estarán sin hombres, pero los que estaremos verdaderamente solos seremos nosotros, te lo aseguro. Nosotros, los varones sabemos muy poco, o nada, de estar solos, salvo en las trincheras o arriba de un ring. Y aún así, nos damos el dudoso lujo de aislarnos.
Por las dudas, te lo aclaro: cuando digo que las mujeres acabarán prefiriendo estar con mujeres, no hablo de sexo. Lo aclaro porque sé que los varones sabemos poco de intimidad, simplificamos y nos confundimos. Estarán juntas de un modo que nosotros no sabemos estar entre nosotros. Espero que entiendas. Y si no, hermano, espero que empieces a aprender a entender.
Veo y oigo, también, a muchos hijos desalentados. Ya no hacen más esfuerzo por acercarse a sus padres, ya no esperan que sus padres se acer quen a ellos,quiten el candado de la distancia emocional, compartan sentimientos,sensaciones. 
Ya no esperan que sus padres se interesen de verdad por lo que  o ellas (hijo, hija) les pasa, ya no aspiran a ser revalidados por la amorosa y firme mirada paterna. No sé si te ocurre, no sé si te ha tocado, pero he sido testigo u oyente de muchas palabras de hijos desalentados. Dicen cosas como “A mi viejo no vale la pena pedirle nada, nunca tiene tiempo, siempre está ocupado”. 
O dicen: “Me hubiera gustado verlo en la entrega de diplomas, me hubiese gustado que estuviera allí (y no en una reunión o jugando al futbol o al tenis, o llevando el coche al taller) el día que traje a mi novia por primera vez a casa”. 
O dicen: “Me gustaría no sentir este silencio incómodo cuando nos quedamos solos. 
Me gustaría que me mire a los ojos cuando me habla. 
Me gustaría que no opine sobre todo lo que digo. 
Me gustaría que me escuche sin juzgarme.
Me gustaría que alguna vez me prohíba algo y me lo explique, así puedo aprender. 
Me gustaría que no me trate como a un amigo, que no se haga el chico que no me robe mi manera de hablar; necesito sentir que es mayor que yo, que tiene otra experiencia, que sabe cosas que no sé, que podré confiar en él si me pierdo. 
Y así, con un padre haciéndose el chico, no puedo. Y paso vergüenza ante mis amigos, porque encima no funciona como chico”.
No sé si te pasa, no sé si lo sientes, observo cada vez más hombres que desconfían de otros hombres, que los ven como enemigos, como obstáculos, o a lo sumo los ven como instrumentos, como medios. 
“Este tipo me sirve o no me sirve, lo tengo que cuidar o lo tengo que cagar”. 
Escucho eso, lo escucho con una frecuencia que me alarma. 
Pasa en las empresas, en la política, en la vida social, en los clubes, en las agrupaciones profesionales. 
Veo cada vez  enceguecidos por la ambición, a los que no les importa qué precio (moral, en salud, en dinero, o reputación) hay que pagar para tener. 
Tener...  ésa es la palabra, hermano varón. 
Tener poder, mujeres, plata, casa, cosas (no importa qué cosas: cosas). 
Cuando hay tan poca solidaridad, tan poca empatía, poca camaradería entre los varones estamos mal, hermano varón. 
Nos quedaremos solos, solos entre nosotros, solos y en guardia, solos y enfermos.
Cada vez veo más hombres deprimidos, hombres que no duermen, hombres que parecen pastilleros ambulantes (viagra, alopidol, alplax, clorazepán, , sedantes, antiácidos, antiinflamatorios, analgésicos, farmacias que caminan), hombres que desoyen todos los síntomas con que sus cuerpos les hablan, hombres con dolores, con malestares físicos o emocionales a los que prefieren no atender. 
Morimos antes de tiempo o llegamos estropeados a nuestra vejez. 
Necesitamos, para nosotros y para otros, llegar vivos a la hora de nuestro final, con capacidad para convertir nuestras experiencias en sabiduría y para hacer de nuestra sabiduría una herramienta al servicio de nuestro safectos y nuestro mundo. 
Pero la gran mayoría de nosotros estamos llegando vacíos, sin nada para transmitir, habiendo acumulado vivencias como quien junta fotos, pero sin haberlas transformado en algo trascendente.
Así no va más, hermano varón, querido congénere. Con nuestra violencia, con nuestra ausencia de perdón, de comprensión, de flexibilidad, estamos destruyendo el mundo. 
Digo nosotros, digo los varones, no es un “nosotros”abstracto. 
Digo los hombres (no digo “la humanidad”), los que tenemos pito y voces gruesas y pelos en todas las partes (a veces no en la cabeza). 
¿Se entiende, muchacho?... Digo que los varones, con nuestro maldito mandato machista, ya hemos mucho daño y ya nos hemos hecho mucho daño a nosotros. Así, no va más.
SEREMOS PRESCINDIBLES PARA LAS MUJERES: ¿Quien nos hizo creer que estarán siempre a nuestros pies?. Seremos prescindibles para nuestros hijos. 
La paternidad biológica es solo un dato, un accidente, hay que darle sentido, llenarla de contenido. Prescindimos entre nosotros el uno del otro, apenas nos usamos. 
Así no se construyen vínculos fraternales y fecundos. 
Ya hay mujeres (narcisistas si querés, egoístas si te parece, estoy de acuerdo) que nos usan de padrillos, a veces sin que los sepamos, para tener hijos y librarse de tener maridos. 
Ya hay fecundación in vitro. Y si la clonación avanza (Dios no permita que esos locos omnipotentes lleguen a cumplir, invocando a la ciencia, sus sueños demenciales) bastará con una célula materna para crear un hijo. Y noseremos necesarios ni como sementales. 
Será el ominoso final de un modelo que nos hizo creer invulnerables, poderosos y ganadores.  ¿Qué ganábamos, querido congénere?. 
¿De veras no estás un poco harto de tener que demostrar todo el tiempo que tenés huevos? ¿Qué quiere decir tener huevos? 
No es algo que elegiste, no es algo que se logra con esfuerzo, con aplicación, con creatividad. Terminémosla con los huevos. 
La mayoría de nosotros (la penosa inmensa mayoría) ni siquiera sabe qué función cumplen los testículos en nuestro organismo.
¿De veras no estás harto de demostrar tu fuerza, y de aguantartela solo?. También los burros tienen mucho aguante. Y los bueyes. ¿Hay algo más por lo que destaques? 
¿Algo propio, generado desde tu corazón?
¿De veras no estás harto de tener que demostrar a las mujeres el largo y el grosor de tu pene, de tratar de batir récords cuando estás con ellas? 
¿No estás harto de ir a la cama con pavor de que tu arma tenga la pólvora mojada? 
¿No estás harto de negarlo, lo vas a negar ahora una vez más? 
Yo soy como vos, de manera que aquí podés ahorrártelo. 
Y, de paso, ¿no te gustaría saber un poco más acerca de cómo sienten sexualmente las mujeres, de qué les gusta, de qué esperan de vos antes de que empieces con tu exhibición y las dejes afuera? 
¿No crees que podés llevarte alguna grata sorpresa al averiguarlo? 
¿O para vos no hay nada que aprender? 
¿Dónde aprendiste tanto? 
¿Te lo enseñó tu papá, o alguien en quien podías confiar completamente para hacerle preguntas a todas tus dudas? 
Te lo explicaron?  ¿O lo aprendiste de oídas?
¿O pagando a una mujer de la cual no recordás el rostro? ¿De veras no estás harto?
¿De veras no estás harto de mirar de reojo el auto del tipo del al lado, y si es más nuevo o potente que el tuyo, salir corriendo a cambiar tu coche para que no crean que sos pobre o que tenés menos poder, o que la tenés más corta?
¿De veras no estás harto de hablar sólo de lo bien que te va, de callarte los dolores, las dudas, las vergüenzas, las dudas? 
Digo, ¿no estás harto de aparentar, de competir aún de palabra, de tapar, de disimular?
¿De veras no estás harto de tanto chiste machista, de tanto infantilismo acumulado, de tanta simpleza intelectual, de tanto desprecio por las mujeres, por los homosexuales, por los que apuestan a otra vida y a otros vínculos sin que pierdan por eso ni una gota de testosterona? 
¿No estás harto de tener sólo cuatro o cinco temas de conversación (mujeres, política, fútbol, economía, tecnología) temas seguros, donde nunca arriesgarás nada personal, temas protegidos, temas que, a fuerza de ser los único, te alejan de otros temas, de otra gente, del corazón de otra gente (mujeres, hijos, amigos, nuevos seres a conocer) y de tu propio corazón?
¿No estás harto de ser un eterno adolescente, alguien que se niega a entrar en las etapas evolutivas de la vida, alguien que se convierte, mientras pasan los años, en la patética caricatura de un púber y que, por muy macho que se diga, no tiene coraje (o huevos, como te gusta decir) para emprender la aventura espiritual, emocional y cósmica de convertirse en un hombre de verdad, un hombre de los que el mundo, y las mujeres, y nuestros hijos, y los otros amigos, necesitan?
Si no estás harto, acaso cuando lo estés ya sea tarde, ya estarás definitivamente solo, ya serás absoluta e irreversiblemente prescindible. 
Si no estás harto, formás parte de una especie en extinción. También los dinosaurios lo eran, aunque no lo supieran, cuando parecían enormes y poderosos. 
Formás parte de una especie en extinción y no habrá una ONG que esté dispuesta a rescatarte. Otras especies serán prioritarias. Especies que no depredan, que no discriminan, que no se asesinan masivamente entre sí, que equilibran el universo.
Si estás harto, el momento de cambiar es ahora. No hay excusas, no hay peros.
Así no va más. Me dirás que sí va, mira quienes gobiernan los países, quienes están al frente de las empresas, quienes rigen el deporte, quienes manejan las finanzas,  quienes inventan cada día una guerra para seguir vendiendo armas y robando petróleo mientras invocan causa inexistentes, quienes mandan a morir a los hijos de los otros, quienes intoxican a nuestros hijos con la comida chatarra, televisión chatarra, juguetes chatarra, ideas chatarra, quienes nos hacen creer que somo menos si no tenemos un auto, un plasma, una computadora de ultimísima generación, que seremos poca cosa sin una zapatilla que hasta marca nuestras pulsaciones, quienes manipulan nuestra salud desde las corporaciones farmacéuticas. 
Miro y los veo. Son hombres insalubres, inoculados e inoculadores de un paradigma tóxico. Y son mayoría. Es cierto. Pero te repito. También los dinosaurios parecían invulnerables, cuando, aunque ellos no lo supieran, ya estaban en extinción. 
Y, de paso, pido perdón a los dinosaurios por la comparación. Estos hombres no son inocentes como eran ellos. Son imputables. A esta altura de la historia, de las comunicaciones, de la sociología, de la psicología, de la información y del conocimiento, son imputables. No podrán decir que no sabían. En todo caso que digan que les gustaba y les creeremos. No podrán decir que cumplían mandatos. La civilización ha vivido cosas que impiden aceptar esa excusa.
Por eso digo, hermano varón, que si estás harto sólo te queda el camino de empezar a cambiar tus conductas. No tus palabras, no basta con que cambies de discurso. Hay que transformar las acciones, las actitudes, los hechos.  Y también las palabras. Quedarte en el discurso te hará imputable. El tiempo es ahora. El lugar es tu casa, tu trabajo, el espacio que compartes con tu mujer(o con las mujeres), con tus hijos, con otros hombres. Es aquí y ahora, cada día en cada lugar. Ya. No te dejes engañar por esa mayoría de hombres que ves. Los varones somos, con el paradigma masculino hegemónico hoy vigente, una especie en peligro de extinción. Y esos tipos son los responsables. ¿Querés ser como ellos? Yo no.
Me preguntarás desde dónde hablo, qué derechos me arrogo. Cuál es mi púlpito. Me identifico. Soy un varón de este mundo, de este tiempo. Un marido, un padre,u n profesional. Un hombre que ha vivido ya más de la mitad de su vida y  todos los mandatos del paradigma. Que hace tiempo ya no quiere más de eso.
Soy un hombre harto de estos hombres. Un hombre que tiene con ellos una cuestión personal, porque degradan mi sexo. Soy un hombre al que le duelen  que vive. Un hombre que tiene la visión de un mundo compasivo y fraternal, inclusivo, enriquecido por la diversidad, fecundo. Un hombre harto que sospecha no ser el único hombre harto.
Si también estás harto, nos encontraremos en el camino.
Hasta entonces, un abrazo fraterno.
Sergio Sinay
1) La pregunta de René: http://www.sergiosinay.com/Reflexion.aspx?id=353