18/1/19

Hiperinsulinismo ... resistencia a la insulina y diabetes - Dr.Jorge de Paula

Es lo mismo hiperinsulinismo, resistencia  a la insulina y diabetes?
Existe una secuencia fisiopatológica muy bien conocida desde hace pocos años. Está muy bien explicada por el Dr. Valentín Fuster en muchos artículos, citaremos 2 de ellos, uno en el libro de "La ciencia de la salud" y el otro lugar es en la conferencia que ofreció en el XXXII Congreso Argentino de Cardiología, denominada: "DESDE EL ADIPOCITO A LOS POLÍTICOS".
El problema comienza con la acumulación de grasa a nivel abdominal (consecuencia de los malos hábitos de alimentación y de vida -sedentarismo-). Esa grasa son en realidad millones de células adiposas llamadas ADIPOCITOS. 
Estos adipocitos no son simples células de depósito, sino que pueden liberar sustancias con acciones tóxicas para el organismo, llamadas citoquinas. 
Estas citoquinas son sustancias tóxicas inflamatorias que producen efectos desvastadores sobre la salud en varios sitios. 
Estas citoquinas van al higado y producen LA RESISTENCIA A LA ACCION DE LA INSULINA, al bloquear al receptor de la insulina (la insulina está pero no puede actuar), EN ESTE MOMENTO SE PRODUCE ENTONCES LA INSULINORRESISTENCIA. 
Al producirse esta insulinorresistencia, la insulina no puede actuar y aumenta la glucemia. 
Esto trae como consecuencia que el páncreas sintetiza más insulina para tratar de bajar la glucemia, por lo tanto a expensas de una mayor concentración de insulina por hiperproducción del páncreas se consigue controlar la glucemia. 
Estamos en este momento en la etapa de HIPERINSULINISMO.
Esto constituye un largo período que se conoce con el nombre de Síndrome metabólico o etapa de Prediabetes.
Con fines prácticos una persona con una glucemia en ayunas menor de 1,00 g/L, es una persona sana.
Una persona con una glucemia en ayunas entre 1.00 g/L y 1.26 g/L, presenta una Pre-diabetes
Una persona con una glucemia en ayunas mayor de 1.26 g/L presenta una diabetes.
Existe entonces esta primera etapa donde la persona puede recuperar su metabolismo normal, corrigiendo los factores que desencadenaron la insulinorresistencia y el hiperinsulinismo. 
Podemos ir entonces viendo la importancia de la dieta y el ejercicio físico en el control y la regresión de un síndrome metabólico. 
Dependiendo de la respuesta se requerirá agregado de medicación. 
Si luego de unos años, la persona no corrige el síndrome metabólico y continúa con los malos hábitos, terminará generando una Diabetes insulinorresistente, y si no realiza el tratamiento correspondiente terminará agotando la producción de insulina por el páncreas y terminará desarrollando una diabetes que será ahora sí INSULINODEFICITARIA
Si comprendemos esto, veremos la importancia de realizar ejercicio físico y sana alimentación, y tener un adecuado control de las emociones y del estrés de la vida cotidiana, y tomar todas estas tareas como una carga, sino como una tarea muy valiosa que forma parte de una lucha diaria por un loable objetivo... ¿cual es? .. la construcción diaria de nuestra salud, o el cuidado de ella, uno de los capitales más valiosos (sino el mayor), que podemos disponer.
El enemigo por lo tanto no es el tener que hacer dieta toda la vida, así planteado como una enorme carga, sino que los enemigos son el sedentarismo, las dietas hipercalóricas, los hidratos de carbono simples, el alcohol (que tiene muchas calorías), etc. etc. 
Las consecuencias de estos malos hábitos son la acumulación de un conglomerado de millones de células abdominalmente muy visibles, que nos dará lugar a una multiplicación del riesgo cardiovascular que explican porque una vez que se dispara este proceso la enfermedad arterioesclerótica sea muy acelerada, sobre todo por el componente diabético. 
De manera que estas CITOQUINAS INFLAMATORIAS PRODUCIDAS POR LOS ADIPOCITOS DEL ABDOMEN SON GLUCOTÓXICAS Y SON ATEROTÓXICAS.
Estamos hablando de un problema muy simple de explicar,pero muy dificil de solucionar, porque el control de la obesidad se vincula a corregir aspectos de la vida diaria que están muy arraigados, que forman parte de nuestra interacción social, y también responden a necesidades fisiológicas (el apetito), que nos demandan ingerir alimentos cada determinado tiempo. La solución pasa entonces por un aprendizaje de como debemos alimentarnos, de que debemos comer y de que debemos evitar. Es necesario conocer el llamado índice glucémico de los alimentos, porque a mayor índice glucémico (más cercano a 100) menor poder de saciedad tiene el alimento, y más rápidamente nos volverá el apetito.
Tiene relación también con adquirir hábitos saludables no solamente de alimentación, sino también de vida, donde la actividad física deberá formar parte de nuestro plan de vida.
Combatiremos de esta forma esa asociación letal que lo forman la mala alimentación,  el sedentarismo, el estrés el mal manejo de nuestras emociones y todas las consecuencias que puedan acarrear en adoptar conductas adictivas muy nocivas




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