Víctor Hugo Morales: (VHM): Me he quedado impactado con algunos de los temas de su libro “Nosotros y los límites”, y la noche anterior me pasó exactamente lo que Ud menciona con el tema de "la butaca",
Dra.Ivette Almendras: Luego de tantos años en la consulta con pacientes y observamos que la mayoría de los pacientes concurren a la consulta desbordados por los problemas cotidianos y esos problemas cotidianos muchas veces están vinculados a las relaciones interpersonales y cuando uno ahonda un poquito para ver cuales son los temas entre las personas, aparecen los problemas de los límites, donde algunas personas son muy expansivas y conquistan territorio y no les importan el derecho de los demás, otros tienen territorios muy menguados y de alguna manera se dejan conquistar los territorios propios, y de alguna forma no se sabe muy bien que es este asunto de los límites y de ahí nació la idea de escribir sobre este tema.
VHM: Ud. Ha visto la cara que ponen los que han hecho dueños de una butaca pero ponen la ropa en la otra, uno siente que los invaden y no tendría que ser así.
Dra. Ivette Almendras: Sí y justamente se sienten molestos porque uno pretende sentarse al lado, pero bueno es la butaca de al lado. Hay muchas maneras de establecer esos territorios, lo mismo sucede con los niños cuando desparraman los juguetes por toda la casa y colonizan la casa.
Es cierto eso al inicio los padres lo ven como algo gracioso, ¡qué encantador el nene! Mirá que lindo, cuánta conquista, y sin duda forma parte del juego de la vida, porque todos queremos ganar territorios, pero nosotros no marcamos los límites como lo hacen los animalitos.
VHM: Ud dice que los límites son como vallas que uno pone alrededor de la casa.
Dra.Almendras: Justamente el concepto que profundizo en el libro es el de los límites como una necesidad personal psíquica para proteger esa psiquis y esa integridad que permite luego cumplir todos los roles de la vida que nos permiten ser feliz y estar saludables.
Si de alguna manera nos olvidamos de esas vallas, de esos límites personales e individuales que protegen la vida psíquica, estos serán conquistados por otros seres que asumen que no hay dueño en esos territorios y los pasan por arriba, y ahí comienzan los problemas.
Y hablo en el libro de dos tipos de territorios. Un territorio que es el psíquico, el personal que tiene que ver con la vida psíquica y que uno no puede abandonar jamás así uno esté en el territorio de otras personas, y debemos ser extremadamente celosos de resguardar y se resumen en tres puntos de la vida psíquica: autoestima, autocuidado y autonomía y que uno debe ser sumamente celoso de resguardar ese espacio psíquico.
Pero también de alguna manera uno tiene un espacio territorial físico, como el que se menciona de la butaca en el cine o los juguetes de los niños en la casa, que van invadiendo y ganando territorios, que son territorios físicos o territorios sociales que es allí donde se realiza la interacción humana.
Esos dos tipos de territorios uno los debe tener muy claros porque a veces sin querer uno está invadiendo territorios y si del otro lado la otra persona no los marca adecuadamente, seguramente va a ser conquistado. Eso es lo que pasa en la casa habitualmente, cuando los niños empiezan a tirar los juguetes, al inicio los padres lo ven muy risueñamente, les parece fantástico que el nene gatee y tire los juguetes por todos lados, pero luego se olvidan de dejar claro que ese es el territorio de los padres, posteriormente los adolescentes siguen haciendo lo mismo, dejan tirada todas sus ropas, todos sus libros, sus medias sucias en medio del living y luego los padres se sienten como invadidos, pero sucede que a esa altura los padres ya han perdido la posesión de ese territorio y los que se sienten dueños son los adolescentes.
VHM: Sucede que a veces los padres somos un poco incoherentes porque a veces ponemos límites muy rígidos y de pronto no hacemos absolutamente nada y esa situación despareja hace que los demás no sepan como comportarse.
Dra. Almendras: La forma de marcar el territorio es poner normas, las normas son las que marcan el derecho sobre un territorio, pero lo que sucede es que si somos ambivalentes, se marca demasiado algunas veces y otras veces sobre los mismos hechos, de alguna manera se es más permisivo. Entonces ese marco de respeto que son los límites queda muy desfigurado y las personas no saben a qué atenerse. Y eso habilita a que “conquistadores de territorios” es decir cualquier persona de por allí, asuma: bueno vamos a tratar de correr un poquito los límites de esta otra persona y empezar invadir territorio.
Y es en ese contexto en el que se comienzan a manifestar diferentes formas de conducta, o sea me transformo en una persona autoritaria o soy sobreprotector, o me comporto como víctima o me tengo que relevar… todas esas formas de relacionamiento tienen lugar con esa caída o ese desdibujamiento del marco de respeto que son los límites y las normas.
SE DEBE EDUCAR SOBRE EL VALOR DE PRESERVAR Y RESPETAR NUESTRA VIDA PSÍQUICA (O MUNDO INTERNO):
Si de alguna manera todos nosotros tuviéramos bien claro cuál es la valía interna tenemos en nuestra vida psíquica, esa autoestima y esa autonomía personal que debemos resguardar, tuviéramos claro cuales son nuestros territorios habilitados por el rol o porque naturalmente los tenemos y como debemos hacer respetar esos límites con normas, la convivencia sería mucho mas saludable.
VHM: Si porque cuando hay una persona que invade, es porque hay otra persona que se deja invadir, no es así?, como que la responsabilidad es mutua.
¿Cómo marcar el territorio sin devolver con una agresión, porque esto es un aprendizaje?
Dra. Ivette Almendras: Ese aprendizaje pasa precisamente por no dejarse invadir a partir de marcar adecuadamente los límites.
Si la persona aprendió a conocer cuál es el límite del otro porque lo aprendió desde pequeño a partir de las normas o a partir de ese relacionamiento en la familia, o en la escuela, naturalmente va a aprender a respetar.
Siempre pongo la analogía con esa sociedad más tranquila en que podíamos estar con las puertas abiertas y todo el mundo sabía que no se podía tirar así nomás hacia adentro, porque respetaba el límite de la puerta, aunque estuviera abierta.
Cuando se empieza a romper ese límite, y la gente encuentra que hay personas que no saben o que no se da cuenta que está invadiendo y que ahí hay un límite, entonces comenzamos a ponernos más rígidos para reestablecer los límites, será una reja, o un alambre de púas, y cada vez en forma más fuerte porque se perdió la costumbre de encontrarse en un respeto del límite ajeno.
SE HABLA MUCHO DEL MACHISMO, PERO MUCHAS VECES ES LA PROPIA MUJER QUIÉN "LO HABILITA"
VHM: Dra. Almendras, se habla mucho del machismo, y yo creo que eso muchas veces está ambientado y amparado por las propias mujeres cuando no ponen un límite a la primeras de las actitudes o acciones.
Dra.Ivette Almendras: De alguna manera las mujeres nos quejamos del machismo de los varones, pero lo habilitamos, y luego una vez que se ha habilitado esa invasión es muy difícil sin generar situaciones de violencia o sin ayuda correr ese límite, se puede hacer pero lógicamente para poder hacerlo en forma saludable sin apelar a la violencia hay que tener todo un entrenamiento o toda una fortaleza muy específica de la autoestima para poder plantarse
Dra. Ivette AImendras: Y que es lo que hay que hacer? Asumiendo el rol de manejo del grupo, o el rol que sea, de alguna forma hay que consensuar, y para eso se deben repasar los objetivos del grupo. Se consigue volviendo a punto cero. Preguntarse cuál es el objetivo concreto que todos queremos conseguir, y analizar los puntos a cumplir para lograrlo, por lo que debemos aplicarnos a determinadas reglas que todos vamos a respetar.
Para que las normas, y el territorios y ese marco de respeto realmente funcione en forma saludable, debe haber un consenso, debe haber primero un enunciado. Las reglas se cumplen más fácilmente cuando se enuncian y también se enuncia que sucederá si esas normas no se cumplen.
Para escuchar la entrevista completa:
http://www.victorhugomorales.com.ar/2010/01/26/limites/
En “ Nosotros y los límites” analiza las relaciones entre padres e hijos, la pareja, el divorcio, las relaciones en las instituciones educativas, laborales y otras inmersas en la cotidianeidad del ser humano de hoy, con sus diversas problemáticas.
La ausencia de modelos saludables y el desconocimiento de la importancia de este tema lleva a muchas personas a caer en relaciones distorsionadas, que van desde la sobreprotección al autoritarismo, en todas sus gamas de manifestación.
El objetivo de “ Nosotros y los límites ” está puesto en ayudarnos a revalorar la responsabilidad personal del cuidado de la propia vida psíquica, para que las situaciones que requieran reconocer nuestro límite o el ajeno se construyan
naturalmente.
Sobre la base de una reconocida idoneidad profesional en el tema, la autora aporta, en forma ágil y accesible, conceptos sobre el ejercicio de la autoridad, la autoestima, el autocuidado y la autonomía.