23/4/19
Si no damos nada, no recibiremos nada - Eddie Jaku
A sus 98 años, Eddie Jaku -quien sobrevivió al Holacausto- reveló el secreto de la felicidad y su historia se volvió viral en los últimos días. No puedo y no perdonaré ni olvidaré. Pero seré feliz hasta que me muera“.
No debes odiar, simplemente dices ... "no me gusta esta persona" ..pero tú no odias, porque el odio es una enfermedad que destruye primera a tu enemigo, pero te destruye también a tí.
Te destruye el odio. Me preguntan muchas veces cuál es mi secreto para la felicidad:
Mi secreto es tener una buena esposa, y cultivar la amistad.
La amistad que no puedes comprar.
Cuando yo tenía 8 años, mi padre me dijo, "Eddie .. hay más placer en dar que en quitar"... a esa edad yo pensé que no era así, pero ahora que tengo hijos, nietos y bisnietos .. se que lo que das tiene su recompensa.
Si no damos nada, no recibimos nada.
Quiero enseñarles a todas las personas que son jóvenes: "si no aprenden de nosotros ... no habrá futuro".
También recordó el momento, hace más de 75 años, en que fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz junto a su familia.
Eddie contó que vivía con su familia en Bélgica, en el ático de una pequeña casa que habían alquilado gracias al acto de compasión de un belga, y había conseguido un trabajo nocturno en una fábrica de cigarrillos en Bruselas.
Pero su vida dio un giro completo el 17 de octubre de 1942. “Alguien nos denunció”, contó, al tiempo que recordó que regresó a su casa “a las tres y diez de la mañana y no había luces”. “Pensé que todo el mundo estaba dormido. Pero mis padres, mi hermana ya había sido tomados; me estaban esperando y esta vez era para Auschwitz”, recordó Eddie.
Jaku detalló que su padre y su madre murieron esa misma noche en una cámara de gas: “Pasaron 20 minutos antes de que se asfixiaran”.
Según contó, él pudo sobrevivir gracias a sus conocimientos en ingeniería.
Fue nombrado gerente de un taller y durante dos meses lo enviaron a trabajar directamente para Mengele, quien le encargó que hiciera una pequeña mesa de operaciones.
Eddie dice Jaku afirma su video, que a sus 98 años su objetivo en la vida es enseñarle a los niños “cómo ser felices y hacer de este mundo un lugar mejor para todos”.
A pesar del sufrimiento vivido durante el Holacauto, Jaku se define a sí mismo como “una persona feliz" y sostiene que su misión en la tierra es trasmitirles a los más jóvenes su receta para tener una buena vida.
No debes odiar, simplemente dices ... "no me gusta esta persona" ..pero tú no odias, porque el odio es una enfermedad que destruye primera a tu enemigo, pero te destruye también a tí.
Te destruye el odio. Me preguntan muchas veces cuál es mi secreto para la felicidad:
Mi secreto es tener una buena esposa, y cultivar la amistad.
La amistad que no puedes comprar.
Cuando yo tenía 8 años, mi padre me dijo, "Eddie .. hay más placer en dar que en quitar"... a esa edad yo pensé que no era así, pero ahora que tengo hijos, nietos y bisnietos .. se que lo que das tiene su recompensa.
Si no damos nada, no recibimos nada.
Quiero enseñarles a todas las personas que son jóvenes: "si no aprenden de nosotros ... no habrá futuro".
También recordó el momento, hace más de 75 años, en que fue llevado al campo de exterminio de Auschwitz junto a su familia.
Eddie contó que vivía con su familia en Bélgica, en el ático de una pequeña casa que habían alquilado gracias al acto de compasión de un belga, y había conseguido un trabajo nocturno en una fábrica de cigarrillos en Bruselas.
Pero su vida dio un giro completo el 17 de octubre de 1942. “Alguien nos denunció”, contó, al tiempo que recordó que regresó a su casa “a las tres y diez de la mañana y no había luces”. “Pensé que todo el mundo estaba dormido. Pero mis padres, mi hermana ya había sido tomados; me estaban esperando y esta vez era para Auschwitz”, recordó Eddie.
Jaku detalló que su padre y su madre murieron esa misma noche en una cámara de gas: “Pasaron 20 minutos antes de que se asfixiaran”.
Según contó, él pudo sobrevivir gracias a sus conocimientos en ingeniería.
Fue nombrado gerente de un taller y durante dos meses lo enviaron a trabajar directamente para Mengele, quien le encargó que hiciera una pequeña mesa de operaciones.
Eddie dice Jaku afirma su video, que a sus 98 años su objetivo en la vida es enseñarle a los niños “cómo ser felices y hacer de este mundo un lugar mejor para todos”.
A pesar del sufrimiento vivido durante el Holacauto, Jaku se define a sí mismo como “una persona feliz" y sostiene que su misión en la tierra es trasmitirles a los más jóvenes su receta para tener una buena vida.
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holocausto,
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