22/9/19
¿Que cosas nos hacen realmente felices? - En qué cosas debemos invertir nuestro tiempo y nuestra energía: Robert Waldinger
Si tuvieran que invertir ahora en lo mejor para su futuro... ¿dónde pondrían su tiempo y su energía?.
Se nos dice constantemente que trabajemos más, que nos esforcemos para lograr más.
Nos da la impresión de que debemos perseguir estas cosas para tener una buena vida.
El panorama de una vida, de las decisiones que toma la gente y el resultado de esas decisiones, es casi imposible de obtener.
Gran parte de lo que sabemos de la vida lo sabemos pidiendo a la gente que recuerde el pasado. Y, como sabemos, la retrospectiva es todo menos agudeza.
Olvidamos grandes fragmentos de lo que nos sucede en la vida, y a veces la memoria es francamente creativa.
Pero ¿y si pudiéramos ver vidas enteras conforme se desarrollan en el tiempo?.
¿Y si pudiéramos estudiar a las personas desde la adolescencia hasta la adultez para ver qué hace a la gente feliz y saludable?
Lo hicimos. El Estudio de Desarrollo de Adultos de Harvard puede que sea el estudio más largo de la vida adulta en la historia. Durante 75 años, rastreamos la vida de 724 hombres, año tras año, preguntándoles sobre su trabajo, su vida hogareña, su salud, y, claro, preguntando todo ese tiempo sin saber cómo resultarían sus historias de vida.
COMO SE CONSTRUYE UNA BUENA VIDA?.
Qué hemos aprendido?
¿Qué lecciones surgen de las decenas de miles de páginas de información que generamos sobre estas vidas?
Bueno, las lecciones no tienen que ver con riqueza, fama, ni con trabajar mucho. El mensaje más claro de estos 75 años de estudio es este:
Las buenas relaciones nos hacen más felices y más saludables.
Hemos aprendido tres cosas sobre las relaciones.
1) La primera es que las conexiones sociales nos hacen bien, y que la soledad mata. Resulta que las personas con más vínculos sociales con la familia, los amigos, la comunidad, son más felices, más sanos y viven más que las personas que tienen menos vínculos. Y experimentar soledad resulta ser tóxico. Las personas que están más aisladas de lo que quisieran de otras personas encuentran que son menos felices, son más susceptibles a recaídas de salud en la mediana edad, sus funciones cerebrales decaen más precipitadamente y viven menos que las personas que no están solas. Y lo triste es que, en cualquier momento, más de 1 de cada 5 estadounidenses informarán estar solos. Y sabemos que podemos estar solos en la multitud y podemos estar solos en un matrimonio. y esto nos lleva a la segunda conclusión.
2) La segunda gran lección que aprendimos es que no tiene que ver con la cantidad de amigos que tenemos, tampoco tiene que ver con que estemos en una relación, lo que importa es la calidad de las relaciones más cercanas.
Resulta que vivir en medio del conflicto es muy malo para la salud.
Los matrimonios muy conflictivos, por ejemplo, sin mucho afecto, resultan ser muy malos para la salud, quizá peores que el divorcio.
Y vivir en medio de relaciones buenas y cálidas da protección. Cuando nuestros hombres llegaron a sus ochenta y tantos, quisimos analizar cómo fue su mediana edad para ver si podíamos predecir quién se convertiría en un octogenario feliz y saludable y quién no.
Y cuando recolectamos todo lo que sabíamos de ellos a sus 50 años, no fueron los niveles de colesterol de la mediana edad los que predijeron cómo envejecerían. Fue el grado de satisfacción que tenían en sus relaciones.
Las personas más satisfechas en sus relaciones a los 50 años fueron las más saludables a los 80 años. Y bueno, las relaciones cercanas parecen amortiguar algunos de los achaques de envejecer. Nuestras hombres y mujeres que están en parejas felices informaron, a sus ochenta y tantos, que cuando sentían más dolor físico, seguían de buen humor. Pero las personas que estaban en relaciones no felices, los días que informaban tener más dolor físico, este se magnificaba por el dolor emocional.
3) Y la tercera gran lección que aprendimos sobre las relaciones y la salud es que las buenas relaciones no solo protegen el cuerpo, protegen el cerebro.
Resulta que estar en una relación de apego seguro con otra persona a los 80 y tantos da protección, las personas que están en relaciones en las que sienten que pueden contar con la otra persona si lo necesitan, los recuerdos de esas personas permanecen más nítidos más tiempo.
Y las personas en relaciones en que sienten que no pueden contar con la otra persona, son personas que pierden antes la memoria.
Pero las buenas relaciones pueden no ser armoniosas todo el tiempo.
Algunas de nuestras parejas octogenarias podían pelearse a veces pero en tanto sintieran que podían contar con el otro cuando la cosa se ponía difícil, esas pelean no quedaban en sus recuerdos.
Pero este mensaje, de que las relaciones buenas y estrechas son buenas para la salud y el bienestar, sabiduría es vieja como el tiempo.
¿Por qué es tan difícil de entender y tan fácil de ignorar?
Bueno, somos humanos. Nos gustaría una solución rápida, algo que nos mejore la vida y que sea permanente.
Las relaciones son un lío, son complicadas, y cuidar a la familia y a los amigos no es atractivo ni glamuroso.
Dura toda la vida. Nunca termina.
En el estudio, las personas de 75 años más felices al jubilarse fueron las que activamente reemplazaron compañeros de trabajo por nuevos compañeros de juego.
Como los encuestados de la generación del milenio, muchos de nuestros hombres cuando eran adultos jóvenes creían que la fama, la riqueza y lograr grandes cosas era lo que necesitaban para tener una vida buena.
Pero con el tiempo, en estos 75 años, nuestro estudio ha demostrado que les fue mejor a las personas que se inclinaron por las relaciones, con la familia, con los amigos, con la comunidad.
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