Louis Pasteur, Edward Jenner, Rudolph Virchow, Semmelweiss y Robert Koch y todos los pioneros que nos demostraron que las infecciones se producían por microorganismos microscópicos (bacterias, virus, hongos,etc), nos fueron enseñado que la severidad de una infección dependía del resultado de una batalla entre la noxa agresora (gérmen) y el huésped (persona infectada), eso ha sido así durante todo el siglo XIX y comienzos del siglo XX.
Hace unos 100 años, con el descubrimiento de los primeros antimicrobianos, ahí entraron a lidiar en esta batalla, los antibióticos, los antivirales, los antimicóticos, los antiparasitarios, etc., desde entonces la batalla tiene 3 factores (germen, huésped, fármacos).
Ahora con el COVID-19, ante la ausencia aún de un tratamiento específico o de una vacuna contra este coronavirus que refuerce la inmunidad del huésped las variables sobre las que podemos actuar han vuelto a ser 1) el germen y 2) el huesped; GERMEN: SARS COV-2: es el responsable de la COVID-19, hasta ahora sabemos que tiene alta contagiosidad aunque por suerte una baja letalidad. Pero la virulencia aumentara con una masiva exposición de millones de virus y más aún si es por un tiempo mantenido de minutos u horas.
De manera que el contagio puede ser ínfimo, leve, moderado, masivo o supermasivo. HUESPED: Sabemos que con el aumento de los años de vida, y especialmente luego de los 60-70 años, padecemos ciertas enfermedades que nos disminuyen la inmunidad.
También tenemos personas que tienen enfermedades que directamente afectan la inmunidad y también tenemos patologías que requieren tratamientos con inminosupresores que debilitan el sistema inmunitario. También tenemos situaciones transitorias que exponen a nuestro sistema inmunológico a una indefensión y podemos citar entre otras: falta de sueño, estrés por un examen, una mudanza, un duelo, falta de ejercicio físico, la mala alimentación, estados de ansiedad.
Vivir con estados emocionales de frustración, victimismo, insatisfacción, ansiedad, tremendismo, etc, nos coloca en un estado de indefensión inmunológica que debemos estar muy atentos para corregir, porque nos coloca en desventaja ante cualquier contagio.
En este sentido el Dr.Mario Alonso Puig (psicoinmunólogo de España), tiene una conferencia muy interesante titulada: "cada uno de nosotros podemos elegir los pensamientos que nos construyen, o los pensamientos que nos destruyen". De manera que aquellas personas con comorbilidades o con la inmunidad comprometida, tendrán un riesgo mayor de no integrar la lista de infectados asintomáticos y más aún si no adquieren el modo coronavirus de vivir. Por otro lado las personas con la inmunidad intacta son las que en su gran mayoría integrarán la lista de los "contagiados asintomáticos o con muy leves síntomas", salvoooo .... ¿salvo qué?, salvo que quedemos expuestos a una carga de contagio masiva y duradera en minutos, como es el caso del personal de salud, que debe atender a contagiados graves y grandes contagiadores, sin tener el material de protección suficiente y funcionarios policiales, que tienen que actuar también en accidentes o incidentes o manifestaciones con personas potencialmente infectadas. Esa es la causa por la cual enferman y mueren tanto personal médico por COVID-19, porque si bien pueden estar con un sistema inmunitario bueno, se ven expuestos a inóculos masivos, con lo cual estarán sometiendo a su organismo a una agresión muy peligrosa. De ahí la importancia de disponer de los equipos de protección que en su mayoría han estado escaseando en los lugares donde han enfermado y muerto tantos médicos. Dado que una exposición masiva la podemos tener también en lugares cerrados ya sean públicos o privados, es que debemos seguir muy firmes con el uso de barbijo, el distanciamiento físico, lavado de manos frecuente y riguroso, evitar saludos innecesarios así como guardar reposo ante cualquier síntoma de COVID comunicando a la autoridad sanitaria. Por contrapartida, quienes andan circulando por ambientes cerrados, poco ventilados, sin tomar las precauciones del uso de barbijo, distanciamiento físico mantenido, falta de higiene, estará arriesgándose a aumentar la carga del inóculo de un eventual contagio.
¿Donde se produjeron los brotes masivos en ciudades de Asia que llevaron a países que las llevaron a tener que volver hacia atrás con las fases de desconfinamiento?
- En ciudades dormitorios (serían el equivalente a los asentamientos irregulares para nuestra región)
- En locales de música en vivo.
- En hogares de ancianos.
- En plantas empacadoras.
- En Iglesias.
- En Restaurantes.
- En Prisiones.
- En Hospitales
Que esto nos sirva para convencernos de que no podemos bajar la guardia.
Estamos frente a un virus que “llegó para quedarse”... y no olvidemos :
QUE MIENTRAS EL VIRUS TIENE MEMORIA MUCHAS PERSONAS SE OLVIDAN.
QUE MIENTRAS EL VIRUS TIENE PACIENCIA MUCHAS PERSONAS COMETEN ERRORES.
QUE UN SOLO HUMANO IRRESPONSABLE PUEDE GENERAR UN SUPERCONTAGIO.
Ahora que estamos más confiados porque la carga de circulación viral está baja no podemos bajar la guardia porque este virus (y perdónenme el término que puede resultar nada académico) ... le “ha pintado la cara” a los más encumbrados Paises, a los más poderosos económicamente y a los famosos sistemas de salud.
Estamos frente a un virus que “no se casa con nadie” y que no tiene preferencias de raza, ni país ni condición social alguna.
Solo la responsabilidad colectiva y el aplicar las medidas de prevención que hoy conocemos y que sabemos de su efectividad nos podrá asegurar un mejor resultado final.
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