En consonancia con el punto No.12 del Dr.Francisco Mora en su libro:
¿Se puede retrasar el envejecimiento del cerebro?, se ha insistido que "la felicidad está en las pequeñas cosas".
'Hablemos de felicidad', editado por Urano y cuyos beneficios se donarán a la Fundación Mensajeros de la Paz, cuenta con un prólogo escrito por Eduardo Punset, quien apunta la necesidad de seguir investigando para comprobar el impacto de la felicidad en ámbitos concretos como la productividad o la creatividad.
Asimismo, recoge testimonios como los del primer Ministro de Bután, Jigmi Thinley, cuyo país mide cada año la Felicidad Nacional Bruta; del cardiólogo Valentín Fuster; de la profesora de Psicología de la Universidad de California Sonja Lyubomirsky; de uno de los supervivientes del accidente aéreo de los Andes, el Dr.Gustavo Zerbino y de deportistas como Edurne Pasabán, entre otros.
El médico pediatra y catedrático Dr. Jesús Sánchez Martos ha sido uno de los expositores y nos ofrece algunas claves para ser feliz: «Muchas veces las pequeñas cosas consiguen grandes éxitos y les puedo decir como profesional sanitario que no es más feliz el que más tiene, sino el que más quiere lo poco o mucho que tiene.
Todo depende del momento y del mundo en el que estés. Acabo de estar en los campamentos saharauis de Tinduf. Allí no tienen nada y ves a la gente feliz, con una sonrisa.
Cuando vemos a personas que están pasando por un cáncer con una escasa esperanza de vida, nos maravillamos como cosas que significaban en otro momento graves problemas, se vuelven insignificantes.
La experiencia me dice que cuando una persona está mucho más feliz, está más sana, se enferma menos y ahora que hablamos de crisis acá en España, gasta menos en la sanidad pública.
Más que recortar, lo que tendrían que hacer es fomentar la felicidad de la población».
Hay dos cuestiones a tener en cuenta. De un lado, «compartir la felicidad es muy importante». «Y lo segundo es que estamos en el siglo de las comunicaciones, pero tenemos menos comunicación humana que nunca -añade-.
Falta ese tacto de las emociones. Como les digo a mis alumnos, falta esa comunicación cercana tan importante, esa sonrisa, porque cada vez hay más personas que están y se sienten solas. Y cuando una persona se siente sola no habla con la gente, no sale a la calle, no tiene ganas de preparar la comida... Todo aumenta el sedentarismo, el sobrepeso, y la obesidad».
Frente a eso, su propuesta es «mucho trato, poco plato y mucha suela de zapato».
«Si compartes tu tiempo de felicidad con la gente, comes menos y mueves el esqueleto, serás más feliz y estarás más sano».
Otro factor esencial es la actitud, la autoestima, lo que el Dr.Sanchez Martós llama «la estimulina». «La felicidad no te viene, tienes que ir a buscarla y tener la meta de ser feliz.
Y la estimulina no se compra en ninguna farmacia, la tienes que llevar dentro, es la que te hace disfrutar con tu trabajo, con tu pareja, con tus hijos.
Hace años, un médico me dijo, !mis pacientes se mueren sonriendo!. Con 58 años y más experiencia que entonces, puedo decir que es verdad».
Ahora otro problema grave es los propios médicos no están precisamente felices, y en parte es porque o no han descubierto nunca el carácter vocacional de la profesión, o el estrés más el trabajo y las penosas condiciones de trabajo a la cual se ven sometidos muchos médicos, con muy pobres salarios y extensas jornadas, les hace perder el estímulo por la vocación que una vez tuvieron.
«Me parece bien que tengamos que pedir más recursos, pero mientras no lleguen, tenemos que entregarnos el 100 % al haber elegido sea esta o cualquier otra profesión", porque el trabajo bien hecho es antes que nada: una necesidad emocional.
Fabuloso material,exquisita contribución para la superación individual y colectiva.
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