«Hablar de corazón y olvidar el cerebro es un gran error»
Se han ganado varias batallas, pero no la guerra a la enfermedad cardiovascular, por eso los desafíos siguen siendo: Educar, investigar y anticiparse es la receta del éxito. (Dr.Valentín Fuster)
—¿Qué relación hay entre corazón y cerebro?
—Los mismos factores que dan lugar al infarto de miocardio o a un infarto cerebral son factores de riesgo que afectan también a pequeñas arterias del cerebro. Fumar, ser hipertenso y tener colesterol pueden ser causa de degeneración cerebral e incluso contribuir al alzheimer. Por eso, los especialistas han tenido que dar un vuelco radical a su forma de abordar la enfermedad. Hablar de corazón y olvidar el cerebro es un gran error.
—¿Hay sistemas fiables para visualizar estas arterias tan minúsculas?
—Hay técnicas de diagnóstico por imagen muy avanzadas que efectivamente permiten visualizarlas. Nos dejan observar las arterias desde perspectivas hasta ahora inaccesibles.
—¿Cuál es la forma más efectiva de combatir la epidemia cardiovascular?
—Lo que está claro es que debemos frenarla entre todos. Yo puedo dar una conferencia para exponer mis conocimientos, aunque usted también tiene una responsabilidad, que es transmitirlo correctamente a la gente para que se conciencie evitando determinados hábitos. Todos tenemos mucha responsabilidad. Estamos muy pendientes de los avances moleculares, y yo siempre digo que la molécula más nueva es la educación. Hay mucho trabajo por hacer en materia de educar, teniendo en cuenta el cada vez más importante impacto de la obesidad, uno de los principales factores de riesgo, en niños en nuestro país. Casi un 20% de los niños y niñas de hasta 15 años son obesos.
—¿Se ha percibido un aumento de este tipo de patologías por la crisis?
—No podemos decir que con la crisis han aumentado, no me consta que esté pasando. Lo que sí podemos afirmar es que los factores socioeconómicos pueden generar ansiedad y depresión, y los individuos que lo padecen suelen superarlos fumando o con hábitos sendentarios que, a su vez, son factores de riesgo cardiovascular.
—¿Es la enfermedad coronaria una enfermedad genética?
—Definitivamente, no. Hasta hace poco se relacionaba directamente con una alteración de los aminoácidos. Esto ha acabado siendo un fiasco. La genética es mucho más compleja. Simplemente nos ayuda a identificar los factores de riesgo moleculares; nos dice cuáles tienen un efecto directo y cuáles un efecto indirecto. De hecho, los polimorfismos genéticos nos han enseñado a ser humildes.
Entrevista realizada por ESTHER ARMORA para ABC
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTARIOS: