Tranquila mamá... es sólo marihuana...no es malo para la salud y no engancha. Todos mis amigos la fuman. Esta es la respuesta que muchos adolescentes dan a sus padres luego que éstos los encuentran con un cigarro en la mochila del colegio.
Pero no son solo los adolescentes los que se enganchan con estos cuentos que la industria del narcotráfico, los adictos, los consumidores, sectores de la intelectualidad han instalado como verdades incuestionables. Desde que el tema se ha vuelto noticia en los medios y tanta letra escrita, tantos artículos y tantas notas con y sin respaldo científico han tomado estado público, ya es un amplio sector de la población que considera a la marihuana como una sustancia inocua.
Su precio accesible, su facilidad para conseguirla, una imagen amable pese a sus desvastadores efectos sobre el comportamiento, la memoria y el aprendizaje, y la permisividad social, han convertido al cannabis en una droga de consumo popular y una especie de ritual de iniciación por el cuál hay que pasar para demostrar "coraje".. "hombría" o "valentía"o
Para estos adolescentes y jóvenes la marihuana se ha convertido en algo casi inocuo, sin embargo puede provocar adicción y aumentar el riesgo de caer en otras sustancias de abuso aún más peligrosas, y lo que es peor, puede afectar el comportamiento produciendo cambio de carácter, psicosis o esquizofrenia.
El consumo de cannabis en menores de 20 años, con un sistema nervioso central aún en desarrollo puede provocar graves alteraciones sobre la salud mental, al afectar procesos cognitivos y de desarrollo de la corteza cerebral y puede producir un efecto inmediato en la memoria, la atención y el rendimiento escolar o laboral, por lo que la edad de inicio del consumo puede condicionar los cambios estructurales que causa en el cerebro y estos cambios serán más graves cuando la edad de consumo se produce antes de los 16 años, lo cual puede derivar en problemas de conducta en la edad adulta. Al estar el cerebró aún en desarrollo, los efectos nocivos serán aún mayores.
El fumar esta sustancia produce una mayor actividad cerebral al inicio, pero esa hiperactividad tiende a degradarse rápidamente.
ADICCION: Un 12% de los consumidores de cannabis se vuelven dependientes y son los más jóvones quienes más riesgos corren de terminar enganchados. Si bien tiene porcentajes algo menores que otras drogas para producir adicción (16.5%) en los adolescentes, las cifras son muy preocupantes. Según un seguimiento realizado en Australia durante 20 años, el porcentaje adicción de la nicotina es del 32%. La heroína es de un 23% y la cocaína un 17%. El alcohol es de una 15%.
SINDROME AMOTIVACIONAL: Un porcentaje de personas que fumando a diario marihuana desarrollarán el sindrome amotivacional, es decir el típico: "pasó de todo"... que se caracteriza por la apatía, la falta de ganas y el poco interés del joven por relacionarse con amigos y con la familia.
MAYOR RIESGO AL VOLANTE: Manejar bajo los efectos del consumo de cannabis aumento los riesgos de siniestros, ya que se ha demostrado que se altera la percepción del entorno, se produce somonolencia, se aumenta el tiempo de reacción y se disminuy la capacidad de reconocer los riesgos en la carretera. Si a su vez se suma alcohol al canabis, algo bastante habitual, los efectos serán aún más peligrosos.
Cambios de carácter: El consumo frecuente provoca cambios de carácter especialmente en adolescentes, lo cual deteriora la convivencia en el hogar. Los jóvenes se aislan en su propia casa, se vuelven irritables, más ansiosos e incluso puede volverese agresivos con sus propios padres.
Psicosis: Puede ocurrir especialmente en quienes comienzan en la etapa adolescente o tienen familiares con trastornos de ese tipo. El fumar marihuna duplica el riesgo de desarrollar psicosis en personas vulnerables.
Lo que se observa actualmente es que alrededor del 60% de pacientes que ingresan a los hospitales con un cuadro psicótico son consumidores de marihuna. Una complicación caracterizada por la ANSIEDAD, LOS DELIRIOS PARANOIDES O DE PERSECUCIÓN Y LAS IDEAS DE SUICIDO que suelen estar acompañadas de pánico, paranoia, depresión y desorientación en tiempo y en espacio.
ESQUIZOFRENIA: El consumo de cannabis favorece el inicio precoz de la esquizofrenia que es la forma más grave de pérdida de contacto con la realidad. Para los especialistas es fundamental combatir el consumo de cannabis para retrasar la aparición de la enfermedad.
El consumo de adultos es una decisión individual pero en menores debe evitarse.
PROVOCA HAMBRE Y SUEÑO: El antojo por consumir dulces es habitual y la explicación es por su efecto a nivel neuronal, ya que la estimulación del apetito está conducida por las mismas neuronas que se encargarn de generar la sensación de saciedad, conocidas como proopiomenanocortinas, por lo que la impresión de estar lleno, desaparece. El consumo de cannabis produce también somnolencia y muchos consumidores la fuman por la noche par apoder dormirse, sin embargo la abstinencia en cambio origina insomnio.
AFECTA A EMBARAZADAS Y A LA CALIDAD DEL ESPERMA: Otro de los efectos indeseados de la marihuana es que reduce la calidad y la cantidad del esperma. Genera tambien un menor volumen seminal. También afecta al niños si la embarazada consume, ya que se ha demostrado un peso reducido.
COMPLICACIONES FISICAS: Su consumo prolongado afectará al sistema respiratorio provocando bronquitis obstructiva con aumento del riesgo de cáncer de pulmón. También es frecuente la tos crónica y la reducción de la capacidad pulmonar.
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31/8/15
Los desvastadores efectos de la marihuana: Psicosis... esquizofrenia y cambios de carácter - Dra.Ana Gonzalez Pinto
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PSICOSIS
28/4/15
Psicosis, esquizofrenia, cambio de carácter son los peligros que conlleva para la salud el consumo de marihuana, una droga que gana adeptos entre los jóvenes.
CORTEMOS CON TANTA DULZURA CON LA MARIHUANA: PSICOSIS, ESQUIZOFRENIA Y CAMBIOS DEL CARACTER SON LOS PELIGROS QUE CONLLEVA PARA LA SALUD EL CONSUMO DE MARIHUANA ... una droga que gana adeptos
entre los jóvenes.
“Tranquila mamá, es sólo marihuana: no es malo para la salud y no
engancha. Todos mis amigos fuman".
Es la frase que muchos adolescentes sueltan a sus madres después de que
estas les encuentren un porro en la mochila del colegio.
Pero no son los únicos que coquetean o simpatizan con los porros porque
un cada vez mayor número de personas malinformados comparten esta percepción.
Su módico precio, la facilidad para conseguirlo, una imagen amable pese
a sus nocivos efectos y la permisividad social convierten el cannabis en una
droga de consumo sencillo e iniciático.
Casi uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 34 años admite haber fumado
porros durante el último año. Y lo que es aún más grave: el 36% de las personas
que se han iniciado en el consumo de cannabis durante el último año son menores
de edad … un dato que refleja la
tendencia al alza y el tirón de esta sustancia entre los más jóvenes.
El cannabis se ha convertido para ellos en algo casi inocuo, similar a
la nicotina para las generaciones anteriores.
Sin embargo, sus efectos resultan devastadores para la salud. Puede
provocar adicción y aumenta el riesgo de caer en sustancias aún más peligrosas
o sufrir una enfermedad mental.
Estas son algunas de las consecuencias que arrastran el consumo de esta
droga…
- Trastornos o dificultades en la incorporación del conocimiento: PROLEMAS
COGNITIVOS..
El consumo de cannabis en personas menores de 18 años, con un sistema
nervioso aún en desarrollo, suele tener graves consecuencias sobre la salud
mental, porque afecta directamente a la cognición, que es la capacidad del ser
humano para conocer a través de los órganos de percepción.
"Esta droga produce un efecto inmediato en la memoria, la atención
y el rendimiento, incluido el escolar", explica Ana González Pinto,
profesora titular de la UPV/EHU y psiquiatra de Osakidetza.
Una investigación del Hospital Clínic de Barcelona sugiere que la edad
de inicio en ese hábito puede condicionar los cambios estructurales que causa
en el cerebro, que son mayores cuando se comienza antes de los 16 años y pueden
derivar en problemas de conducta en la edad adulta.
"En estos casos, el cerebro está todavía en formación y no ha
llegado a desarrollarse del todo, por lo que los efectos son mucho más
indeseables que en personas de mayor edad", apunta la experta.
Otro reciente trabajo sobre esta cuestión realizado en el Centro para la
Salud Cerebral de la Universidad de Texas concluyó -en línea con otros muchos
anteriores- que fumar esta sustancia provoca al principio una mayor actividad
cerebral, que comienza a degradarse muy rápidamente.
El deterioro va acompañado de una paulatina pérdida de materia gris, que
podría ser la explicación de la reducción del coeficiente intelectual que
padecen los consumidores habituales.
- Adicción: Otra de las
principales preocupaciones por su uso es la adicción. "Un 12% de los
consumidores de cannabis se hacen dependientes y son los jóvenes quienes más
riesgos corren de acabar enganchados", detalla la psiquiatra de
Osakidetza.
Un 16,5% de quienes empiezan a tomarlo
durante la adolescencia desarrollan una adicción, según el investigador Wayne
Hall, de la Universidad de Queensland, en Australia, que ha realizado una
recopilación de veinte años de trabajos científicos sobre el cannabis. Estos
datos indican que esta droga es, en cualquier caso, menos adictiva que otras
sustancias de uso frecuente, como la nicotina, que tiene una tasa de adicción
del 32%; la heroína, con un 23%; la cocaína, un 17%, y el alcohol un 15%.
- Síndrome amotivacional: Hay un porcentaje
de personas que, fumando a diario, desarrollan el síndrome amotivacional; es
decir, el típico 'paso de todo'. "Se caracteriza por la apatía, la falta
de ganas y el poco interés que tiene el joven en relacionarse con los amigos y
la familia". Este trastorno está relacionado con el consumo. "Se
mantiene inmediatamente después de dejar de fumar, pero no ocasiona un daño
permanente”
- Mayor riesgo al volante: Aquellos que
conducen bajo sus efectos se ha demostrado que esta substancia altera la
percepción del entorno, provoca somnolencia, aumenta el tiempo de reacción y
disminuye la capacidad de reconocer los riesgos en la carretera.
"Con el consumo combinado de
cannabis y alcohol, algo habitual, los efectos son una suma tremenda y la
conducción se vuelve mucho más peligrosa".
- Cambios de carácter: El consumo
frecuente de hachís provoca cambios de carácter, principalmente en menores, y,
por consiguiente, deteriora la convivencia en el hogar. "Los jóvenes se
aíslan en casa, se vuelven más irritables, más ansiosos e, incluso, pueden
ponerse agresivos con sus propios padres".
- Psicosis: El consumo
habitual de esta droga también favorece la aparición de fenómenos psicóticos,
sobre todo, en aquellas personas que han comenzado a fumar marihuana durante la
adolescencia o tienen familiares con trastornos de este tipo. "El cannabis
duplica en personas vulnerables el riesgo de desarrollar esta enfermedad
mental", apunta la experta, que insiste en que "entre el 55% y el 67%
de los pacientes que ingresan por primera vez en un hospital con un cuadro
psicótico son consumidores de esta substancia". Una complicación
caracterizada por la ansiedad, delirios paranoides o de persecución e ideas de
suicidio, que suele estar acompañada de pánico, paranoia, depresión y
desorientación en el tiempo y en el espacio.
- Esquizofrenia: El consumo de
cannabis favorece el inicio precoz de la esquizofrenia, que es la forma más
grave de pérdida de contacto con la realidad. "Los menores de 18 años son
quienes más posibilidades tienen de desarrollarla. Los efectos dependen de la
dosis, pero fumar habitualmente ya es un factor de riesgo incluso en pequeñas
cantidades”.
Para los especialistas es fundamental
combatir el consumo de cannabis para retrasar la aparición de la enfermedad.
"El consumo en adultos es una decisión individual, pero en los menores
debe evitarse", opina la profesora de la UPV/EHU.
- Provoca hambre y sueño: Uno de los
efectos mejor conocidos de la marihuana, es el hambre voraz que suscita poco
después de consumirla, provocando un antojo especial por los dulces. Pero, ¿por
qué abre el apetito? Un nuevo estudio realizado por científicos internacionales
ha revelado la explicación neuronal. Según esta nueva investigación realizada
en ratones, las células encargadas de reducir la sensación de hambre funcionan
de forma diferente a la habitual al activarse el receptor cannabinoide. Es
decir, la estimulación del apetito está conducida por las mismas neuronas que
se encargan de generar la sensación de saciedad, conocidas como
proopiomelanocortinas (POMC), por lo que esta impresión de "estar
lleno" desaparece.
El consumo de hachís también provoca somnolencia.
"Muchas personas fuman por la noche para poder dormirse", detalla la
experta en drogodependencias. La abstinencia, en cambio, origina insomnio.
- Afecta a embarazadas y a la calidad
del esperma: Otro de los efectos negativos del consumo prolongado de marihuana
es que reduce la cantidad y calidad del esperma. "El cannabis se asocia a
menor volumen seminal en el hombre", precisa González Pinto. Pero las
consecuencias también las sufren los futuros hijos de embarazadas consumidoras
de marihuana. Varios estudios epidemiológicos han observado una relación entre
el consumo de esta sustancia y un peso reducido de los niños en el momento del
nacimiento. "Su uso durante el embarazo puede producir algunos problemas
en el feto aunque de menor entidad que el alcohol", apunta la psiquiatra
de Osakidetza.
- Complicaciones físicas: El uso
prolongado también puede producir complicaciones crónicas que afectan al
sistema respiratorio, provocando irritación bronquial y pulmonar. "El
cannabis dilata los bronquios. La exposición prolongada se asocia con
bronquitis obstructiva y con un aumento de riesgo de cáncer de pulmón. También
son frecuentes la tos crónica y la reducción de la capacidad pulmonar si el
consumo es repetido", describe la profesora de la UPV/EHU.
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