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16/2/15

ADN, Herencia y Genética... descubren nuevas formas de transmisión del ADN a través de las bacterias de las madres a los hijos

El ADN de bacterias presentes en los padres pueden heredarlas los hijos: En un reciente estudio publicado en la Revista Nature del lunes 16 de febrero de 2015, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington en St. Louis (USA), has confirmado que el ADN de algunas bacterias que habitan en el cuerpo pueden traspasar información genética a la descendencia, de la misma forma que lo hace el propio ADN de los progenitores.   
Esto significa que será necesario ahora tener en cuenta un nuevo elemento que puede pasar información genética de la madre al niño, lo cual abre nuevas líneas de interpretación de fenómenos que influyen en la salud y en la enfermedad.
"Hemos mantenido a las bacterias en un lado de una línea que separa los factores que dan forma a nuestro desarrollo, en el aspecto ambiental de esa línea, no en el lado genético",
 "Sin embargo, nuestros resultados muestran que las bacterias pasan por encima de la línea.
Esto sugiere que podríamos necesitar ampliar sustancialmente nuestra forma de pensar acerca de sus contribuciones y, tal vez, las contribuciones de otros microorganismos a la genética y la herencia".

IMPORTANTE PAPEL DE LOS MICROORGANISMOS (BACTERIAS):
Si bien las bacterias son más conocidas por su vinculación con infecciones nocivas, esta investigación nos muestra que este papel lo jugarían solo una pequeña proporción de las comunidades bacterianas que viven dentro y en la superficie de nuestros cuerpos.
Si bien ya sabíamos que la mayoría de las bacterias son comensales lo cual significa que no causan daño y también sabíamos del importante papel que ocupan en la creación y mantenimiento de las floras cutáneas y digestiva, lo que no sabíamos es que además podían tener este nuevo y revolucionario papel, que es el de transmitir información genética. Nuestras "bacterias comensales" tienen importante influencia en factores como el peso y el comportamiento y se pensaba que estos efectos se adquirían durante la vida de la persona. Sin embargo este trabajo demuestra que el ADN  bacteriano puede pasar de padres a hijos de una manera que afecta a rasgos específicos como la inmunidad y la inflamación.
Los investigadores vincularon bacterias comensales en ratones a la susceptibilidad de los animales a una lesión en el intestino.

Los roedores con ciertas bacterias heredadas son susceptibles a la lesión, que es causada por la exposición a una sustancia química. Los ratones hembra pasan las bacterias a su descendencia, haciéndola vulnerable a la lesión, mientras que otros que llevan bacterias diferentes son menos susceptibles.
En el corto plazo, los hallazgos podrían ayudar a los investigadores a eliminar un "bicho" significativo en los estudios de ratones modificados genéticamente.
En varios campos de la investigación, los científicos han tenido que hacer frente de forma intermitente a la aparición repentina e inexplicable de rasgos nuevos o alterados en ratones.
Los rasgos menudo se propagan de un hábitat del ratón al siguiente, lo que sugiere que la dispersión de una infección microbiana es responsable, pero los rasgos también pasan constantemente de madre a hijo, lo que sugiere una causa genética.
El Profesor Thaddeus Stappenbeck, se encontró con este problema en sus estudios sobre las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

Estos expertos se sorprendieron al encontrar que aproximadamente la mitad de su ratones presentaban niveles bajos en el intestino de IgA, un anticuerpo ligado a estos trastornos.
La  IgA ayuda a defender el cuerpo contra invasores dañinos y está comúnmente presente en la mucosidad producida por el cuerpo en las zonas donde el mundo exterior encuentra con el interior del cuerpo, como los ojos, la nariz, la garganta y el estómago.


LA BACTERIA SUTTERELLA RESPONSABLE DE LOS NIVELES BAJOS DE IgA: Cuando los científicos pusieron a vivir ratones con niveles bajos de anticuerpo con roedores que tenían altos niveles de anticuerpos, todos los ratones terminaron con bajos niveles de anticuerpos en unas pocas semanas. Cuando los ratones se reprodujeron, la descendencia de madres con bajos niveles de anticuerpos también presentaban niveles bajos.
Con el tiempo, los científicos descubrieron que uno de los posibles culpables responsables de la propagación de los niveles bajos de anticuerpos es una bacteria llamada 'Sutterella'.
Esta bacteria y otras que se encuentran en los ratones bajos en IgA podrían explicar en ambos sentidos la expansión de la disminución en los niveles de anticuerpos: los ratones que fueron puestos juntos adquieren bajos niveles de anticuerpos por la propagación normal de la bacteria y las madres de ratón pasaron la misma herencia a sus descendientes.
La última explicación implica un cambio importante en el pensamiento, ya que sugiere que los rasgos afectados por las bacterias pueden pasar de la madre a su descendencia de la misma manera que se transmiten los rasgos afectados por el ADN del ratón.
Para demostrar que este cambio en los niveles de anticuerpos representa un cambio significativo en los roedores que podría ser considerado como un rasgo, los investigadores alimentaron a los ratones con una sustancia química que utilizan para caracterizar la respuesta del instestino a la lesión como parte de sus estudios de enfermedades inflamatorias intestinales
En los ratones con niveles bajos de anticuerpos, el compuesto provocó mucho más daño. "Las implicaciones para los experimentos con ratones son profundas y podrían ayudar a eliminar algunas fuentes persistentes de confusión --señala Stappenbeck--.
Cuando estudiamos roedores, tenemos que tener en cuenta la posibilidad de que heredaron las bacterias y sus genes podrían estar influyendo en el rasgo que estamos tratando de aprender".
A largo plazo, Virgin espera que este modelo ampliado de la herencia produzca una visión más complicada pero también mucho más perspicaz de cómo los genes humanos, de las bacterianas y virales influyen en la salud humana.



13/10/12

Así como vamos las generaciones futuras no serán mucho más saludables que las actuales - Dr.Víctor Penchaszadeh

"En el imaginario social, el ADN es una molécula mágica y todopoderosa" -

El doctor Víctor Penchaszadeh, (Ex Profesor de genética y salud pública de la Universidad de Columbia)  y actual Profesor en el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de La Matanza, criticó la gran cantidad de artículos periodísticos sobre ciencia que otorgan a los genes un rol decisivo en conductas humanas que tienen sobre todo raíces sociales, culturales o históricas.
A menudo se escuchan comentarios o se leen notas que argumentan que la ideología, la criminalidad o la orientación sexual –entre otros rasgos– dependen de manera decisiva de los genes, excluyendo de este modo las causas históricas y los procesos sociales, culturales y económicos, entre otros, que dan lugar a esas características.
“Se ha sacralizado al ADN como una molécula mágica, todopoderosa”, afirmó el especialista quién además es miembro del Panel de Expertos en Genética Humana de la Organización Mundial de la Salud.
¿Por qué aparecen tantas notas en los medios sobre características comportamentales y sociales como producto de los genes?
Actualmente existe una tendencia a “explicar” la diversidad humana como producto de los genes. Esto incluye los procesos de salud-enfermedad (por ejemplo, susceptibilidad a enfermedades tales como cáncer, arteriosclerosis coronaria, diabetes, obesidad y afecciones mentales) y características de la conducta (agresividad, timidez, “tendencia a correr riesgos”, orientación sexual, entre otras).
Estas explicaciones reduccionistas ocurren en terreno abonado por la “sacralización” del ADN como molécula mágica todopoderosa, cosa que se ha asentado en el imaginario social. Esta asociación es una verdad a medias, lo que indica que es una falacia, y las razones de su popularidad son muy complejas: tienen que ver principalmente con el desconocimiento de estas cuestiones por parte de la población, y también con los factores económicos que se benefician con estas pseudo-explicaciones.
¿A qué tipo de factores económicos se refiere?
1) Por un lado, la industria farmacéutica, que piensa que por la vía de la genómica podrá producir y poner en el mercado nuevos fármacos para “controlar” esas enfermedades y “conductas anómalas”. 2) Otra es la industria de las pruebas genéticas “predictivas”, que busca convertir a la población sana en “enfermos que todavía no saben que están (o estarán) enfermos”, y convertirlos en consumidores de estilos de vida y fármacos que supuestamente reducirán su riesgo de enfermarse, sin base científica alguna.
3) En tercer lugar, la industria de los seguros médicos, que imagina encontrar en las pruebas genéticas maneras de “probar” que las enfermedades de sus asegurados (y que no quieren cubrir) son “preexistentes” por su condición genética.
4) También juegan los factores de poder político-económico, para quienes resulta más atractivo atribuir problemas sociales como los de la salud mental o la criminalidad a factores biológicos “genéticos”, a pesar que está absolutamente comprobado que están causados por determinantes sociales.
5) Y por último, los grandes medios de comunicación que son funcionales a las estructuras de poder político y económico.
Todos estos factores confluyen en responsabilizar a los individuos por su salud o sus “desviaciones” de conducta, y no a los modos disfuncionales de organización social y económica.
¿Quiénes se perjudican con el determinismo genético?
Toda la población, que está siendo engañada en cuanto a las causas de sus males, ya sean cáncer, obesidad, demencia o problemas de conducta.
Se le hace creer que su salud y enfermedad son producto de su biología individual y no de un sistema social, cultural y económico muy enfermante.
Se le niega o se le aumenta las primas de seguros médicos por enfermedades “preexistentes”.
Se la transforma en consumidora de tecnologías de dudosa o ninguna validez, eficacia y seguridad para “controlar” o “prevenir” males potenciales que pueden no ocurrirles nunca.
Estos enfoques reduccionistas, además, contribuyen a acrecentar la brecha de desigualdad e inequidad al aumentar los costos de la atención médica y al promover usos fútiles (inútiles) de la misma.
¿Por qué en muchos textos se dice que el ADN da órdenes o instrucciones?
Esto es parte de las metáforas que suelen acompañar al discurso científico en todas las disciplinas. Quizá la “madre” de las metáforas, sobre la cual se asienta toda la doctrina de la ciencia moderna, sea “el mundo como máquina” introducida por Descartes, y que tantos sesgos ha causado a nuestro conocimiento de la naturaleza.
Si bien no es fácil prescindir de las metáforas en el discurso y la práctica científica, el problema ocurre cuando se confunde la metáfora con el fenómeno real de interés.
La metáfora del ADN como una molécula que da “órdenes” o “instrucciones” a células y organismos perdura a pesar de que explica poco de la realidad, dado que es funcional a una concepción mecanicista de la vida centrada en la biología individual (mal entendida, por cierto).
Esa perspectiva soslaya la inclusión de factores medioambientales y sociales, que si bien son mucho más poderosos en su influencia sobre la salud y el bienestar de las personas, no son populares entre científicos, políticos y empresarios, pues exigen cuestionar el orden social y económico imperante y hacer algo para cambiarlo.
¿Qué promesas del Proyecto Genoma Humano (PGH) se han cumplido y cuáles no?
El objetivo del PGH fue secuenciar la totalidad del genoma del ser humano, y eso se cumplió en su casi totalidad.
Las “promesas” fueron parte de las campañas de relaciones públicas destinadas a convencer a los políticos y economistas de los países industrializados para que financiaran el proyecto (centenares de millones de dólares).
Entre esas promesas, se dijo, sin evidencias que lo sustentaran, que el conocimiento del genoma era fundamental para prevenir y curar enfermedades. Y que esas curas estaban a la vuelta de la esquina. La realidad es que a más de 10 años de finalizado el PGH, la salud de la gente no ha cambiado mucho con respecto a la situación previa.
¿La situación puede cambiar en el futuro?
La investigación genómica recién comienza y es imposible hacer predicciones con respecto a su efecto potencial sobre la salud y el bienestar de las personas. Lo que no cabe duda es que, a menos que se tomen en cuenta seriamente los determinantes sociales y ambientales de salud-enfermedad, las próximas generaciones no serán mucho más saludables que la actual.