Cuando en 1974 Mark Lalonde ministro de Salud Canadiense publica su histórico informe, concluyendo que después del primer año de vida, la longevidad que alcanzaremos dependera en casi un 50% de nuestro estilo de vida, quizá no imaginó que 35 años después estaríamos viviendo esta “tragedia de la educación”, en la cual, pese a que conocemos cada vez mejor los factores de riesgo que llevan a las personas a contraer más tempranamente enfermedades cardiovasculares, (hipertensión arterial, diabetes, dislipidemias, coronariopatías), enfermedades que son la causa de mortalidad número uno en el mundo occidental, la población en general continúa haciendo caso omiso al control de los mismos.
Esto constituye una verdadera tragedia, un verdadero fracaso para la educación, un fracaso para nuestra potencial capacidad de comunicación, con un costo social, económico y sanitario que se ha vuelto insostenible, en virtud de que cada vez hay más personas con hipertensión arterial y sus complicaciones, cada vez más personas con sobrepeso, cada vez más personas con obesidad y cada más personas con diabetes de tipo 2 que es el tipo de diabetes más frecuente (90% de las personas con diabetes tienen son diabetes tipo 2), etc.
El problema es más grave aún sabiendo que la diabetes 2, está vinculada su aparición en alrededor de un 80% de las veces con la obesidad y el sedentarismo, y sabemos también que esta diabetes de tipo 2, es la que mejor responde a la realización de actividad física, de ejercicio físico.
Es una tragedia que compromete también a los médicos en virtud de que en general al graduarnos somos especialistas en enfermedades, pero no especialistas en salud, y en un mundo donde el 70% de la población está sana o piensa que lo está, esto también constituye otra tragedia.
La población espera sentir síntomas para recién asumir que está enferma, mientras tanto puede tener 30 kilos de más y poco le preocupa “yo me siento bien” contestan.
¿Porqué estamos fracasando en la prevención?
Son varias las razones por las cuales estamos fracasando en esta asignatura que es la prevención, y la promoción de la salud:
1) Nuestra Facultad de Medicina nos prepara principalemente para DIAGNOSTICAR, DESCARTAR Y TRATAR ENFERMEDADES.
2) • Las instituciones no destinan recursos ni capital humano para clínicas de prevención. El médico que quiera fortalecer en la consulta el aspecto de la prevención, no dispone en los 10’ promedio que le ofrece la mutualista para ver a su paciente, del tiempo mínimo necesario para ello.
3) • Por otro lado la misma población vuelca sus mayores expectativas en los medicamentos y en los estudios ultraespecializados.
El Dr.Valentín Fuster, actual Presidente de la Federación Mundial del Corazón, es un abanderado en la lucha mundial contra las enfermedades cardiovasculares (primer asesino de occidente) y ha publicado libros de divulgación general sobre estos temas de prevención y promoción de la salud: (La ciencia de la salud, La ciencia y la vida, Corazón y mente) y al concluir el curso que organiza anualmente en Nueva York en diciembre de 2008, ha vuelto a reiterar que seguimos perdiendo esta batalla, y ha definido la situación como una "verdadera tragedia de la educación".
Debemos pasar de la enfermedad a la salud:
Uno de los objetivos para la salud en este siglo XXI es pasar de la enfermedad a la salud. O sea debemos llegar al paciente antes que la enfermedad se manifieste.
La salud debe ser contagiosa, como lo son muchas enfermedades infecciosas y por otra parte debemos desarrollar un marketing social, que nos lleve a vender salud como una mercancía muy deseada.
Un concepto moderno es que somos coautores de nuestra salud y de nuestra enfermedad y no víctimas de nuestros genes.
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