31/5/21

Dos armas poderosas contra la Pandemia de COVID-19: la gratitud y la esperanza - Gustavo Zerbino y Jorge de Paula

 La cifra que nos traerá la tranquilidad de que esta verdadera catástrofe quede bajo control serán los 2.000.000 de vacunados.

Estamos hoy en la mitad de esa cifra.
Estamos en un momento critico.
Los ingresos a CTI que habían empezado a bajar desde principios de mayo, no han consolidado ese descenso y en estos 3 últimos días nuevamente subieron a 52-48 y hoy 58 pacientes ingresaron a CTI.
Veníamos de 3 días con 42-39 y 41 y estábamos ilusionados en que se cristalizara esa caída en los ingresos.
En realidad es el número de ingresos diarios a CTI el que tenemos que seguir muy de cerca, más que la cantidad de contagios diarios, ya que debido a que esta variante P1 que es la que ahora predomina es casi 3 veces más contagiosa que la anterior, y que debido a que la vacuna no protege tanto contra contagio sino que protege de que la enfermedad sea grave, y debido a que la sugerencia del uso de doble tapabocas no ha prendido como debería, no esperemos entonces que los contagios diarios vayan a disminuir pronto.
Lo que tenemos que esperar y lo que nos merecemos es que bajen los ingresos diarios a CTI, y que bajen los ingresos a sala y que unas semanas después también bajen la cantidad de fallecidos por día.
Estamos pagando el precio de:
1) Estar en el planeta Tierra que está sufriendo una pandemia Mundial;
2) De estar entre Argentina y Brasil y haber sido invadidos ahora por una variante P1, que es mucho más contagiosa;
3) Quizá también de no haber implantado la cuarentena como lo hicieron Israel, Reino Unido o Chile y solo nos jugamos a un agresivo plan de vacunación y a la libertad responsable, y eso quizá no haya sido suficiente.
La Libertad Responsable hizo agua el año pasado en forma inconsciente pero también en forma conciente, y también hoy hace agua por varios frentes.
Tenemos muchas contras, entre otras la de mucha gente que perfora los cuidados en forma displicente y otros que la perforan en forma inconsciente y otros en forma irresponsable.
Y como analizábamos hace unos días, casi todos nosotros en algún momento del día cometemos algún error, que no necesariamente nos cueste caro o le cueste caro a alguien, pero muchas otras veces si.
Pero en estos momentos críticos nunca perdamos la FE ni la Esperanza.
No perdamos de vista que Estamos viviendo una catástrofe mundial y todos la sufrimos en alguna medida, y no hay catástrofes sin pérdidas, y cuando la situación se vuelve prolongada como está sucediendo ahora, llega un momento en que hay que tomar decisiones y llega un momento en que arriesgarse y salir a pelearla para traer el pan a la mesa. Así lo han hecho nuestros antepasados de generación en generación, luchando contra los peligros que fueron variando de época en época.
Pero en ninguna época de la historia de la humanidad los hombres se quedaron en la caverna porque estaba el tigre diente de sable afuera y no se animaban a salir.
Y a nadie se le ocurría pedir desde la caverna que le trajeran la comida. Que tenían Derecho a recibir el sustento. No señor, tuvieron nuestros antepasados que salir a pelearla corriendo todos los riesgos, y se ganó y se perdió y así se fue escribiendo la historia de la humanidad, con victorias y con tragedias, desde épocas ancestrales hasta épocas más recientes.
Los enemigos o las adversidades fueron cambiando, pero la lucha siempre estuvo en los diarios desafíos. Solo recordar que las 5 principales causas de mortalidad en el año 1900 eran todas infecciosas.
Y en esta nueva catástrofe mundial deberíamos ya saber que podemos pasar épocas de bonanza y de tranquilidad pero siempre han venido épocas de plagas, de inclemencias, de conflictos o de incertidumbres y siempre tuvimos que sufrir consecuencias de esas tragedias y siempre corriendo riesgos
Este jueves 26 de mayo de 2021 tuve nuevamente la suerte y el privilegio de compartir un buen rato con mi querido amigo Gustavo Zerbino, y me dejó algunas reflexiones, una de ellas ha sido esta:
Cada uno de nosotros tenemos la opcion o quizá la obligación de poder vivir en gratitud y con esperanza, y si nosotros no queremos ... eso nadie nos lo puede quitar.
Un gran desafío que existe hoy, es que tenemos ideologías muy fuertes y muy difundidas que promueven y contagian la Ingratitud y la desesperanza. (Entre otros males).
Y si caemos en esas perversas, maquiavélicas e inhumanas redes estamos perdidos ... perdidos como personas, como sociedad y perdidos como nación.
COMO SIENTO HOY ESA GRATITUD EN MEDIO DE ESTA PANDEMIA QUE NOS HA ROBADO TANTO:
La gratitud hoy la siento hacia la ciencia que nos ha provisto de vacunas en un tiempo impensado.
Solo recordar la indefensión que sentíamos todo el año pasado luchando en los hospitales contra este virus y contando solo con los equipos de protección especial.
En menos de un año la ciencia ha creado vacunas muy eficientes que nos han permitido hoy 29 de mayo acá en Uruguay, que 1.000.000 de personas ya tengan las 2 dosis.
¿Y Qué quedan más de 1 millón que aún no las tienen?...si es verdad.
Yo mismo estoy en esa lista, y también tengo una hija que aún no le ha llegado. Y sufrimos por ello, pero con esperanza de que cada día nos falta menos.
Y desde hoy ya sabemos que hay un millón de uruguayos que se han vacunado por ellos, por nosotros que aún no lo estamos, y por quienes no se pueden vacunar por distintas razones.
Pues ese millón de uruguayos nos están protegiendo, como nosotros también lo haremos cuando completemos las dos dosis y pasen esos 15-20 días más.
También Siento Gratitud hacia todo el personal sanitario (médicos, enfermeros, técnicos, auxiliares, radiólogos, fisioterapeutas, nutricionistas, camilleros, choferes, vigilantes, etc, que nos está dando día a día un ejemplo de entrega, sacrificio y lucha ante la diaria adversidad en escenarios que ... muchas veces reproducen literalmente los infiernos del Dante;
Siento una enorme gratitud hacia los integrantes del GACH liderados por el Dr. Rafael Radi, Henry Cohen y Fernando Paganini y todo ese equipo que ha llevado durante estos 15 meses de pandemia una conducción que es ejemplo en el mundo, ellos son parte de nuestro Dream Team;
Siento gratitud hacia nuestro Gobierno que nos ha llevado con muchos aciertos en contextos muy desfavorables y complejos. Y han acertado en difíciles decisiones donde la mayoría de los gobiernos han fallado, y les agradezco y los admiro porque se que están dejando “el alma en la cancha”, contra todo tipo de adversidades: adversidades biológicas, materiales, económicas y lamentablemente también de humanos, de ese de ese sector de la población que ha estado poniéndole palos en la rueda desde los primeros días, cuando se vio rápidamente que no digerían nada bien el éxito del Presidente en la conducción inicial de la crisis.
Y Siento gratitud hacia nuestro Uruguay, porque de solo ver cual ha sido el impacto de la pandemia en países vecinos, cual han sido las decisiones de sus gobernantes con nefastas consecuencias y peor aún viendo las imágenes de países como la India que nos llegan, no dejo de agradecer vivir en Uruguay.
Por otro lado trato siempre de vivir y de transmitir mensajes esperanzadores, de hacer lecturas reales y positivas de la realidad, y lo hago porque quizá he nacido con confianza o me la supieron transmitir muy tempranamente y llevo el optimismo y la confianza a flor de piel, pero también porque he aprendido “la lección de la esperanza”, y en mis 64 años de vida y en mis 35 años de médico de CTI he visto, veo y sufro tragedias y veo también los estragos que producen las malas vibras, las malas ondas, la mala energía o las malas noticias transmitidas como un puñal.
Y ahora con las malas noticias de la pandemia hay gente que no oculta su satisfacción por las mismas. Otros las transmiten sin digerir la paja del trigo y lo harán por falta de tacto, pero otros no dejan de expresar su regocijo al transmitir, exagerar o inventar malas noticias y lo hacen como parte de un plan fratricida y de siembra de la desesperanza, del desaliento y de un pesimismo que nos lleve al descontento, la desconfianza, la insatisfacción y el malestar, todos ellos muy malos compañeros de viaje de la vida.
Así que luchemos cada día para que nada ni nadie nos robe ni la gratitud, ni la esperanza .... porque la ingratitud es una sordera espiritual y una muy desagradable condición humana, y la desesperanza es muy desagradable y nos llena también de insatisfacccion.
Nunca permitamos que nada ni nadie nos robe la gratitud, ni la Esperanza, ni la alegría de vivir.

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