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11/11/12

Valentín Fuster: Leyenda viva de la Medicina contemporánea, investigador y conferencista de relevancia mundial.

MENSAJE DEL DR. VALENTIN FUSTER A LOS ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS, TECNICATURAS, PROFESIONES U OFICIOS: 
Uds. estudiantes, independientemente de vuestra base económica, social, cultural y religiosa, e independientemente de vuestra profesión técnica, en un momento u otro estarán en contacto con las zonas más profundas del alma humana individual o colectiva, las zonas del sufrimiento, algunas veces del desespero, las zonas de la injusticia; zonas que sin ser médicos pueden transformar en luz, esperanza y optimismo basados en vuestra doble formación, por un lado la técnica-profesional y por otra lado la ética-humanizante. 
Bajo este contexto más personal o individual, me gustaría hacerles participes de algunas de mis experiencias vividas durante los últimos treinta años, ocupando varias posiciones académicas y docentes, así como las vividas como médico clínico, investigador, y previamente como estudiante tal como ustedes. Con ello, trataré de desarrollar como una receta de cinco principios fundamentales que tal vez pudieran servirles para alcanzar su éxito personal. Y me refiero a un éxito basado menos en la posición especifica profesional que logren en la sociedad que en la percepción o la sensación de una “plenitud personal” o, como decimos en ingles, “personal fulfillment,” o lo que se ha definido como un estado de “paz interior”.

En realidad, hace veintitrés siglos, Aristóteles ya decía que “el fin de todas las acciones del hombre es hacer el bien de cara a los demás y que el fin supremo del hombre es la plenitud o felicidad” 
En el contexto de la celebración de hoy, desglosemos lo que pudiéramos definir como aquellos cinco principios u obligaciones personales o individuales a perseguir como estudiantes y graduados y luego como graduados:
Primer PrincipioLa “plenitud” personal, u objetivos personales, a menudo toman mucho tiempo para desarrollarse o alcanzarse, frecuentemente marcado por periodos de frustración
Les aconsejo afrontar el futuro con una actitud de aprendizaje constante y casi vitalicio, sobre todo, con una norma de tenacidad y persistencia.
Como ejemplo personal, yo recuerdo que en 1972, tras completar mi formación como médico en la Universidad de Barcelona y como especialista en enfermedades cardiovasculares en la Universidad de Edinburgh, me propuse como objetivo exponerme a la medicina tal como se practicaba en los Estados Unidos. Para lograr este objetivo tuve que empezar de nuevo como interno en el servicio de urgencias de la Clínica Mayo, en Minnesota, y me gradué por segunda vez como Cardiólogo especialista tres años más tarde. 
Durante este tiempo, pasé periodos de frustración como consecuencia de las repeticiones. Pero tal experiencia fue finalmente muy positiva, pues me dio la oportunidad de introducirme y familiarizarme en el sistema académico del país y satisfacer así mi pasión por la medicina cardiovascular e investigación en los Estados Unidos. Debemos dar tiempo al tiempo, ya que el desarrollo lento pero tenaz conlleva madurez. Además, y en general, los primeros puestos de trabajo son generalmente experiencias difíciles.
Uno de los grandes maestros de la prosa del siglo XX, Josep Pla, es testimonio de tales comienzos. En su autobiografía “el cuaderno gris” escribía “comencé en Barcelona con pequeñas tareas periodísticas muy poco retribuidas. No solamente no sirvo para nada preciso sino que padezco todas las penas del mundo cuando tengo que escribir unas de estas cosas absurdas llamadas gacetillas”. Comienzos difíciles son habituales para todos, pero de nuevo, el tiempo cuando se aprovecha bien y con tesón, y la paciencia son aliada incondicionales de madurez personal y profesional.
Segundo Principio: Cada uno de nosotros ha nacido con ciertas cualidades o talentos; no obstante, muchas veces empleamos demasiada energía persiguiendo ambiciones por las que no tenemos el talento o carácter apropiados. Descubran sus propios talentos, aquello para lo que sirven y les gusta o entusiasma y, una vez descubiertos, persíganlos con alegría. Hagan esto independientemente de las presiones externas que se ejercen sobre ustedes y que les pueden llevar por derroteros lejanos a sus propias cualidades y carácter. El joven pintor Joan Miró, nacido en Barcelona en 1893, ya a los catorce años expresó su deseo de matricularse en la escuela de Bellas Artes. Su padre le inculcaba la necesidad de estudiar comercio, ya que veía la parte artística con recelo, poco lucrativa y excesivamente insegura. Eventualmente, la vocación artística de Miró se sobrepuso al ambiente de la pequeña burguesía de su entorno, y su práctica artística estuvo marcada por una inclinación a la lucha y ruptura de moldes a favor de la libertad y sobre todo a la plenitud personal de aquel que desarrolla su talento o vocación.Por otra parte, les daré un ejemplo de lo que puede ocurrir cuando se escoge el camino contrario al que uno pertenece, como pasa tan a menudo, cuando la ambición pasa por encima o se entremezcla con el verdadero talento personal. Hace unos dos años me vino a ver para pedir consejo un médico cardiólogo joven que se graduó de nuestro programa en el año 2001. Era un chico inteligente que en el año 2000 le aconsejamos que se dirigiera hacia una práctica medico-cardiológico general y no hacia una práctica intervencionalista-cardiológica muy cercana a lo que es cirugía cardiaca, económicamente lucrativa, pero para la cual él era mediocre. No compartió nuestro consejo original y durante la conversación reciente él fue muy crítico del sistema intervencionalista por el que trabajó dos años; en otras palabras, atribuyó su frustración al ambiente del personal que le rodeaba. La realidad es que había seguido una ambición por la que no servía ni en talento ni en carácter. Así pues, más que criticar al sistema que le rodeaba, le aconseje que se mirara críticamente a sí mismo. Por fortuna, hoy es muy feliz y personalmente se siente “lleno” en una práctica medico-cardiológica general aunque mucho menos remunerativa que su práctica anterior. De nuevo, el mensaje es descubrir o escoger el campo profesional que es más cercano al talento y carácter propios y no meramente seguir el camino de la ambición; en otras palabras, dejar que el talento defina la ambición y no lo contrario y, por cada opción escogida, eventualmente se presentaran nuevas opciones. La cuestión es como descubrir las cualidades y talentos de uno mismo. Esto nos lleva a definir el tercer principio.

Tercer Principio. Buscar un tutor, un mentor. Cada uno de nosotros lo necesita ya que nunca estamos lo suficientemente preparados para juzgar aisladamente por nosotros mismos como tomar decisiones importantes. Este tutor, sin embargo, es particularmente esencial a niveles de pregraduado y postgraduado, tal como es su caso, ya que las decisiones a sus edades son más cruciales que más tarde.
Pues bien, en 1968, poco después de haber obtenido el grado de Doctor en medicina, reconocí que pertenecía a la profesión adecuada, pero no sabia cual debería ser mi siguiente paso. ¿Cuales eran mis cualidades o talentos? Había una presión substancial en casa para que siguiera en la especialidad de Psiquiatría ya que mi padre era psiquiatra y lo mismo mi hermano mayor en UCLA, California. Tuve mucha suerte el que en aquella época había logrado tener el tutor ideal; él era considerado médicamente uno de los mejores clínicos del país y bien conocido por ser el autor del texto de medicina standard en lengua española; su nombre era Dr. Farreras Valentí. Yo le conocí porque coincidimos en un mutuo interés por el deporte y, de alguna manera, quiso ayudarme para forjar mi futuro profesional médico.
Dos necesidades absolutas de todo tutor es que él o ella este genuinamente interesado en usted y en su carrera y, además, sea participe profesionalmente y humanamente del mundo contemporáneo actual. Desgraciadamente, mientras yo debatía si debía o no seguir la especialidad de Psiquiatría, mi mentor tuvo un ataque cardiaco a la edad de 45 años. Pocas semanas mas tarde de esta terrible crisis, le recuerdo diciéndome algo parecido a esto: “mi mayor preocupación como médico general clínico es que mi conocimiento de las complejidades de la enfermedad cardiaca, creo que no es lo suficientemente bueno. Creo que tendrías que ser cardiólogo ya que te gusta la fisiología y la hemodinámica, mientras que las bases de la Psiquiatría son todavía intangibles”. Naturalmente, me estoy refiriendo al año 1968. La Psiquiatría es hoy en día mucho mejor entendida, a nivel fisiológico y molecular. Pues bien, me decidí seguir su consejo y eventualmente me gradué como especialista en corazón, especialidad que me apasiona. Es verdad que mi tutor se encontraba bajo la sombra de su propia enfermedad y por lo cual percibía el mejor conocimiento de la Cardiología como una prioridad personal. Pero tuve plena confianza en su consejo porque él poseía lo que decíamos son las dos necesidades fundamentales que hacen a un gran tutor: primero, me conocía bien y estaba genuinamente interesado en mí y en mi futura carrera profesional; y segundo, él era un brillante académico contemporáneo que conocía bien el momento de la medicina y de las diversas especialidades. Tristemente, el Dr. Farreras Valentí murió 10 años mas tarde, y hoy yo reconozco que él fue el cálido y apasionado tutor clave que me guió a enderezar mi futuro profesional clínico.Tengo la certeza, de que mentores con las dos características que yo he descrito están presentes en su Universidad. Pero también podrán descubrirlos en otras comunidades o instituciones, ya que con las posibilidades logísticas de comunicación que hoy disponemos, se han disuelto la mayoría de las barreras que impiden el acceso a tales tutores o consejeros más virtuales.
Debo constatar que, contrario a lo que a menudo se dice, creo que el problema de hoy no es la falta de tutores; el problema, en mi experiencia, es que la gente joven parece que no ven necesario tal ayuda o consejo ya que están expuestos a multitud de opciones u oportunidades. La realidad es lo contrario. En un mundo tan dinámico como el presente, con tantas opciones u oportunidades, aunque no necesariamente fáciles, todos, yo incluido, necesitamos el consejo periódico del tutor o tutores, para así poder enfocar o renovar periódicamente nuestros talentos y prioridades.

Cuarto Principio. Crítico y fundamental como es el que acepten el tiempo necesario para madurar en su formación y con los consiguientes periodos de frustración, como es el que descubran sus propias cualidades o talentos, y como es el que encuentren un tutor o tutores, en sus comienzos necesitaran, por encima de todo, tabular, priorizar o limitar su campo de acción y enfocarse, enfocarse, enfocarse y enfocarse en algo muy concreto. Tal actitud de profundidad y enfoque concreto es crítico, como decíamos, sobre todo en los estadios iniciales de sus carreras, ya que les proporcionara confianza.

Quinto Principio: Una vez que se prosigue con paciencia, aceptando el tiempo necesario para la maduración personal, una vez que se descubre el talento o talentos personales y se persiguen con vigor, una vez que se tiene la fortuna de disponer de tutor o tutores, y una vez que se decide tabular o limitar las ambiciones a un enfoque muy concreto, al menos al comienzo de una carrera, estos cuatro principios contribuyen a una parte de aquella “plenitud” personal a que aludíamos al comienzo. Sin embargo, el quinto y último principio, tal vez el más importante, es el de alcanzar la máxima o total plenitud o felicidad tal como propugnó Aristóteles; esto es, el de poder transmitir el máximo bien a aquellos que nos rodean.
Me atrevería a decir que tal generosidad es y será siempre la base de la felicidad. El arquitecto universal Antonio Gaudí es un modelo fiel de este quinto principio de transmisión o proyección personal, en su caso de proyección religiosa. Él fue un hombre profundamente religioso que basó su propia existencia en el trabajo como un sacrificio lleno de devoción, de ejemplo y de proyección personal. Con su poderosa imaginación y una ingenuidad muchas veces casi infantil, con una tenacidad sin fin y con un gran espíritu franciscano pleno de espiritualidad, construyó solamente una veintena de edificios que exaltan belleza y atraen a todos, grandes y pequeños, los cuales ven la obra de Gaudí con unos ojos llenos de inocencia y de proyección hacia ellos. Se ha dicho que la arquitectura del maestro entra por los ojos y va directamente al alma, no necesita explicaciones de los críticos ni estudios históricos.Es curioso, pero mi experiencia como médico y como investigador biomédico trabajando en muchos y diversos entornos me ha enseñado la gran semejanza caracterológica entre los humanos, independientemente de su situación económica, social, racial o religiosa. Pero también me ha enseñado que cada uno de nosotros podemos y tenemos mucho a ofrecer y transmitir, que cada uno de nosotros tenemos algo de Gaudí. Creo que es este aspecto positivo, humanístico-ético y transmisible de la individualidad humana lo que se debe descubrir y promocionar desde el nacimiento hasta la vejez y pasando por la Universidad. Así pues, desearía creer más globalmente, que es potencialmente posible, que cristianos, judíos, musulmanes y gentes de otras religiones, y que las tres grandes civilizaciones del Este, Islámica y del Oeste, puedan unirse bajo un principio moral común. Éste seria el de preservar, respetar y no destruir la vida humana; considerar la vida y la existencia humana como el valor más racional, sagrado e indestructible, ello independientemente de todo contenido ideológico.
Al concluir, mencionaré que hace unos meses, alguien me dijo que la lección magistral de graduación a final de curso, tiende a ser olvidada al cabo de unos diez minutos de terminarse, pero intento animarme cuando me comentó que la lección magistral de la ceremonia de apertura tiende a ser recordada casi palabra por palabra. Por último quiero reiterarles las cinco”T's” de las cuales hemos hablado:
1) Tiempo para madurar;
2) Talento a descubrir;
3) Tutor para aconsejar;
4) Tabular y enfocar;
5)Transmitir ética, humanismo y responsabilidad.
Creo que la misión y reto de todo Universidad es el intentar complementar tal doble perspectiva técnica-profesional y ética-humanitaria, y creo fervientemente que ello es clave para cada uno de ustedes, para el progreso y para el futuro.



25/10/11

No podremos ayudar ni curar a nadie que no quiera primero ayudarse a sí mismo: Pat Risby y sus 39 lecciones de vida



“Hoy cumplo 39. He hecho una reflexión sobre lo vivido en los últimos años y algunas de las lecciones que he aprendido.
1. Nunca comprometas tu integridad, por nada ni por nadie.
2. Los plazos son la diferencia entre conseguir hacer cosas y sólo hablar de ello. Todos mis mayores éxitos han llegado con plazos unidos a ellos.
3. No hagas promesas que no puedas cumplir. Aprende a decir no.
4. Mis tiempos de negocios favoritos son nuestras Reuniones Mastermind y nuestros eventos en vivo. Me encanta estar rodeado de empresarios de fitness con ideas afines.
5. Todo lo que hay que hacer, hazlo ahora. No la próxima semana, no mañana, no más tarde – ahora.
6. Mis momentos favoritos de la familia en general son simples. Nada es mejor que vivir sin problemas el tiempo en familia.
7. Cuando te sientes abrumado, no trates de hacer todo – acaba de hacer algo.
8. A menudo se dice que eres el promedio de las cinco personas con las que te asocias. En los últimos años he visto que este precepto es válido… una y otra vez.
9. Existe una correlación muy fuerte entre tu educación práctica y el éxito profesional; que existe una relación entre la educación formal y su éxito profesional.
10. En 9 de cada 10 veces tu mayor factor limitante es tu propia mente.
11. Concéntrate en hacer lo que mejor sabe hacer, y dejar que otros hagan el resto.
12. La gente exitosa implementa las cosas con prisa. Cuanto más rápida sea la velocidad de ejecución , más grande será tu cuenta bancaria.
13. No importa lo que sabes. Lo que importa es lo que efectivamenrte aplicas o llevas a la acción. Si no e aplicas algo que sabes, es simplemente una pérdida de conocimiento.
14. Concéntrese en los comportamientos en lugar de resultados. Asegurarte de conseguir los resultados que deseas.
15. Evita las soluciones rápidas Toma el tiempo necesario para trabajar en soluciones permanentes.
16. No caigas en la trampa de esperar a que algo suceda. Debes hacer que suceda!
17. Si puedes formar una sociedad para lograr un buen negocio, es como 1 + 1 = 5. Esto puede ser así de poderoso. La mayoría de las asociaciones no funcionan de esa manera – pero las que sí lo hacen son más valiosas que el oro.
18. Concentra tus esfuerzos en los grandes desafíos. Evita quedar atrapado en las pequeñas cosas que te impiden pasar a la acción.
19. Determina lo que te gusta hacer y lo que naturalmente te sale mejor – entonces subcontrata el resto de las tareas y compra tu tiempo libre!!
20. Si quieres que tu resolver tus problemas, céntrate en las soluciones y no en los problemas
21. Vive intensamente cada momento .
22. El libre albedrío es el mayor activo que tienes a tu disposición. Tú y tu imaginación son tus límites.
23. Las primeras dos semanas de hacer algo fuera de tu zona de confort son siempre las más difíciles. mantén la disciplina y luego cada vez te costará menos mantener el nuevo rumbo.
24. Los negocios son como el gimnasio. No hay ninguna píldora mágica y los resultados no vienen mágicamente. Centrate en el proceso e intenta disfrutar del mismo.
25.Constancia, esa es la palabra mágica que te conducirá a los resultados.
26. Invertir en ti es mejor que puedes hacer. Hemos gastado más en nuestra formación en el último año que nunca antes – y duplicado nuestro negocio. Inverte en ti mismo si quieres crecer.
27. Lo más importante que puedo hacer por mi negocio es planear mi día la noche anterior.
28. La gente tendrá que pagar más dinero para que usted haga sus vidas más fácil. No desvalorices tu trabajo y experiencia. Ve a más
29. He observado a cientos de empresarios de fitness en el último año y siempre constato lo mismo: Si siempre haces lo mismo obtendrás siempre los mismos resultados. La gente que ha crecido necesariamente ha debido salir de su zona de confort para llegar allí.
30. Aprende por “hacer” – no por hablar de ello. Si quieres ser bueno en hablar en público … habla. ¿Quieres ser bueno en la escritura … escribe. ¿Deseas convertirse en un vendedor mejor … vende.
31. Nunca podrás ayudar a nadie que primero quiera ayudarse a sí mismo:
32. La hierba no es más verde en el jardín ajeno. La hierba será más verde si la regamos suficientemente.
33. Trata a los demás de la forma en que quieras ser tratado. Ese es el consejo de negocios más importante de todos.
34. La vida no siempre es justa. Aceptarlo y segue adelante para sacar el máximo partido de la vida que te toque vivir.
35. La suerte no existe … es la gente la que hace que la suerte suceda. Por lo menos, y mínimamamente, debes comprar un número de lotería si quieres aspirar a obtener un premio.
36. Nunca es demasiado tarde para comenzar a perseguir tus sueños.
37. Aprender de las personas de éxito. Los modelos pueden ser importantes.
38. Los grandes éxitos de los empresarios no se deben a que sean simplemente más inteligentes o más talentosos … puede que se decidan a hacer cosas que todos los demás sólo sueñan con hacer.
39. La suerte es cuando la preparación se encuentra con la oportunidad … y hay un montón de oportunidades. La clave es estar preparado para ello.
Espero que algunos de estos comentarios te hayan servido de inspiración. Si quieres añadir alguno de tu propia cosecha te invito a que lo hagas en los comentarios de más abajo.



"Pat Rigsby”






4/1/10

La conquista de la voluntad: "la voluntad es casi tan importante como la inteligencia" - Dr.Enrique Rojas

LA VOLUNTAD: “la voluntad es casi tan importante como la inteligencia y a diferencia de otras herramientas, la voluntad necesita educarse”

La voluntad es la piedra angular del éxito en la vida y uno de los más excelentes rasgos de la personalidad porque hace al hombre valioso y le permite lograr sus objetivos.

En este libro del año 1994 el Dr.Enrique Rojas nos aporta las claves para fortalecer la voluntad y potenciarla a través del orden, la constancia y la disciplina.

La voluntad está constituída por una serie de materiales que hoy no tienen buena prensa, que son el orden, la constancia, la motivación, la alegría y el saber esperar, lo cual hoy no es una constante sino todo lo contrario.

Vivimos la era de la inmediatez y todo lo que queremos lo queremos ya y eso conspira con el "saber esperar".

http://dc303.4shared.com/doc/R9ymgpMP/preview.html

I. definición y clases de voluntad

Definición

Elegir es anunciar y renunciar

La motivación

Clases de voluntad

II. educación de la voluntad

¿Qué es educar?

Educar a una persona es entusiasmarla con los valores

La educación de la voluntad está compuesta de pequeños vencimientos

El hombre con voluntad llega en la vida más lejos que el inteligente

El hombre con poca voluntad está siempre amenazado

El hombre que lucha está siempre contento

III. orden

Arte, orden y medida

El orden es el placer de la razón

La permisividad como código relativista

Orden en la cabeza

Orden en el tipo de vida

Orden en la forma

Orden en los objetivos

Efectos del orden en la vida personal

IV. orden y alegría

Vivir el orden disfrutándolo

Trabajo y alegría: dos piezas inseparables

Las tres caras de la tristeza

Orden y constancia: las velas de la voluntad

V. constancia

Constancia es tenacidad sin desaliento.

Hay que saber qué es lo que uno quiere

Entrega obstinada a un fin

El secreto de muchas vidas: la perseverancia en los objetivos

VI. voluntad y proyecto personal

Desear y querer

La felicidad como proyecto personal

La victoria sobre sí mismo

La felicidad es un resultado

VIL voluntad para la vida conyugal

Es fácil enamorarse y difícil mantenerse enamorado

El drama de la convivencia

La vida cotidiana está hecha e hilvanada de detalles pequeños

Los siete ingredientes del amor conyugal

El amor maduro está hecho de voluntad e inteligencia

La casuística

VIII. educación sentimental

Viaje al interior de la afectividad

Inteligencia y voluntad para pilotar los sentimientos

¿Cómo educar los sentimientos?

IX. voluntad para estudiar

Toda pedagogía es ciencia y arte a la vez

Racionalizar el estudio: aprender a planificarse

Saber estudiar

El fracaso escolar

X. ¿CÓMO SUPERAR LAS DIFICULTADES DE LA VIDA EN LA CULTURA DEL PLACER?

La cultura del placer

El sueño de la sinrazón

Frente al hombre vulnerable, el hombre con fundamento

Los traumas de la vida

La calidad de las vivencias

Amor, constancia y voluntad: las mejores armas para vencer los fracasos

XI. LA SUPERACIÓN DEL RESENTIMIENTO

Resentimiento: sentirse dolido y no olvidar

El cinismo no hace feliz al hombre

El triunfo de la voluntad perseverante

La relatividad del éxito y del fracaso

Los hombres de vuelo superior

XII. trastornos de la voluntad

Las enfermedades psíquicas y la voluntad

El síndrome apático-abúlico-asténico

La persona caprichosa

XIII. LA BELLEZA INTERIOR

Itinerario: del asombro a la contemplación

La belleza apolínea y dionisíaca

La voluntad de mejorar nuestra vida

XIV. decálogo de la voluntad

Rousseau y Freud: dos visiones confusas

Diez reglas de oro para educar la voluntad

Bibliografía

31/5/09

Si un médico no muestra compasión o aparece altivo, está perdido - Dr. Valentín Fuster

Valentín Fuster a a corazón abierto
CUESTION DE CONFIANZA:

Valentín Fuster irradia confianza en sí mismo, y aunque él añada que también conoce sus limitaciones, el interlocutor llega a dudarlo. Y es que este cardiólogo español que vive y dirige Centros Cardiológicos en Nueva York y Madrid, produce un efecto ambivalente: resulta algo distante y altivo, pero a la vez inspira tranquilidad y el deseo de tenerlo cerca el día que a uno le falle el corazón.



Su vida se la guarda para sí con celo, pero sus ideas las comparte y las baña de un idealismo gratificante en un triunfador acostumbrado a competir.
Su agenda está repleta de compromisos, conferencias y consultas demandadas de todo el mundo. Pero su mente -que todos consideran privilegiada- puede con eso y con más. En lugar de regodearse en sus éxitos y su brillante carrera, prefiere llevar la entrevista -esto de dirigir se le da muy bien hacia terrenos que ahora le interesan más: la solidaridad, la prevención.. en una palabra, la Humanidad.


P: Su padre y sus dos abuelos eran médicos. ¿Cuándo decidió que sería cardiólogo?
VF: Tenía un gran tutor y amigo, que era el Dr. Pedro Farreras Valentí, el autor del gran manual de medicina interna, quién padeció un Infarto de Miocardio a los 49 años. Creo que de alguna manera, por ser mi tutor, me transmitió la necesidad de entrar en detalle en donde él se encontraba más débil: no sólo por su enfermedad, sino porque creía que de sus conocimientos médicos era donde más flaqueaba.
P: Salió de España para completar su formación.
VF: Orientado por Farreras, me fui 3 años a Escocia y allí hice mi tesis doctoral en cardiología. Después me fui a Estados Unidos con la idea de estar uno o dos años, pero allí sigo.
P: De Barcelona me han asegurado que sus colegas temían la competencia que usted suponía, y por eso se frustró su regreso en 1992, cuando Ciril Rozman y Luis Revert fueron encomendados para disuadirle.
VF: No lo recuerdo. Rozman y Revert siempre han sido buenos amigos míos y sus consejos siempre fueron muy genuinos. En estos momentos no recuerdo exactamente cuál fue su labor en este sentido. He oído muchas cosas, pero lo cierto es que nunca he sabido la razón por la que ese intento falló. No sé si hubo un motivo político, de médicos, de investigadores... Tampoco me he preocupado, porque es una pérdida de tiempo y al fin y al cabo en Estados Unidos estaba bien. Lo que ocurre es que yo pensaba que tenía la preparación y formación en cardiología e investigación necesarias para cumplir una labor con la gente joven de España. Nadie es imprescindible, pero creo que hubiera hecho una buena labor.


P: ¿Había un factor emotivo para regresar?
VF: Seguro, pero si no cuajó quería decir que el sistema español no estaba preparado o receptivo en ese momento. Uno ha de ir donde su energía va a ser mejor empleada y creo que la mía lo ha sido en Estados Unidos, aunque claro que emocionalmente me hubiera gustado hacerlo en España.


P: Le elogian por formar grandes equipos.
VF: Yo experimenté en mis inicios la importancia de los tutores. Después he tenido la posibilidad de participar directamente en la formación de 200 personas, al margen de mi papel en los programas docentes.

P: ¿Y en la investigación?
VF: Tengo un equipo muy integrado, conocen sus limitaciones y talentos. Por allí han pasado españoles muy interesantes, como Lina Badimón y su hermano, que sigue conmigo.
P: Ahora que está de moda recuperar a los consagrados, veo que usted apuesta por los jóvenes.
VF: Hay un error en creer que traer a un individuo que ha destacado fuera va a solucionar todos los problemas. Es un absurdo. Eso no crea un sistema si la infraestructura no está preparada. En España veo un cambio en los últimos 3 años, pero lo principal sigue siendo descubrir gente joven y darle oportunidades.

P: Usted explotó profesionalmente en Estados Unidos.
VF: Si uno está despierto y alerta, Estados Unidos le da oportunidades como ningún otro país. También hay que estar dispuesto a trabajar mucho. Los que hemos salido adelante no habremos trabajado menos de 13 horas al día. Pero allí, cuando uno da, recibe.
P: ¿Ser español fue un obstáculo? VF: No recuerdo una instancia en la que yo haya tenido conciencia de haber sido marginado por ser español. Me eligieron presidente de la Sociedad Americana de Cardiología teniendo pasaporte español.
P: Después del 11 de septiembre. ¿Se han vuelto los americanos más recelosos? VF: Se han vuelto vulnerables. La mentalidad americana era de confianza, triunfo, del país capitalista de las posibilidades y ese mito de la nación única que podía vivir al margen del mundo, se ha caído.

P: Volvamos a cómo logró hacerse un hueco en el país de las oportunidades, pero también de la competencia.
VF: Es evidente que no es un país sencillo, porque debes estar siempre actualizado.
P: ¿Todavía se siente a prueba?
VF: Continuamente.
P: ¿Le estresa?
VF: Lo estresante es no tener trabajo o posibilidades. Nosotros estamos continuamente a prueba, no hay posiciones permanentes. Viéndolo en positivo, eso le da a uno vitalidad. -Yo creo que da confianza. Siempre digo a los jóvenes que es importante trabajar en lo que a uno le gusta. A la larga, si no estás involucrado en lo que haces, te desgasta más. Hace falta mucha energía, mucho entusiasmo, sobre todo en una profesión liberal.
P: ¿Y en la investigación?
VF: Tengo un equipo muy integrado, conocen sus limitaciones y talentos. Por allí han pasado españoles muy interesantes, como Lina Badimón y su hermano, que sigue conmigo.
P: Ahora que está de moda recuperar a los consagrados, veo que usted apuesta por los jóvenes.
VF: Hay un error en creer que traer a un individuo que ha destacado fuera va a solucionar todos los problemas. Es un absurdo. Eso no crea un sistema si la infraestructura no está preparada. En España veo un cambio en los últimos 3 años, pero lo principal sigue siendo descubrir gente joven y darle oportunidades.
P: No sé si allí es usted conocido, pero aquí es popular por ser un español que ha triunfado en Nueva York.
VF: Nunca he estado en la política, ni en la burocracia. Para mí lo importante han sido los objetivos claros, éticos, y no tengo nada que ocultar.

P: ¿Asume que es un referente para los jóvenes médicos españoles?
VF: Siempre es un cierto halago tener eco entre la gente joven, porque son los que más necesitan de ejemplos, de trayectorias que les resulten atractivas. Si a mí se me ha dado un talento para formar, es un plus de responsabilidad. Si puedo transmitir entusiasmo por la investigación a un grupo de jóvenes es mi obligación hacerlo.
P: Entre sus aficiones destaca el ciclismo, pero además muy en serio.¿Cómo se prepara?
VF: Le extrañará, pero ante todo es una preparación mental. Hay que confiar en que uno lo puede hacer. Cada año hago una parte de una etapa del Tour de Francia; intento que sea la más difícil.
P:Le gustan los retos.
VF: Bueno... sí, pero es el reto físico y en la naturaleza. Dos meses antes hago ejercicio sin bicicleta. Vengo a Cataluña cada año un par de semanas, cojo la bicicleta y hago entre 40 y 80 kilómetros al día en montaña. Este año tocan los Alpes, el próximo iré a Italia.
P: ¿Prefiere prevenir a intervenir?.
VF: Los recursos son limitados y sin querer parecer un mesías le recuerdo que dos terceras partes del mundo viven en la miseria. La medicina, sobre todo la cardiovascular, es muy así que sería más barato prevenir que lo que estamos haciendo. La prevención debe ser a cargo del Estado, que no puede apoyarse en las tabacaleras, y debe estar incentivada.
P: PMientras que por ahora ni siquiera se aprecia esa labor.
VF: Efectivamente. En el sistema sanitario las enfermeras son un elemento clave por todo lo que hacen y creo que deberían intervenir más en la prevención. Esto requiere una concienciación pública y política.
P: ¿Le atrae entrar en política y aplicar sus ideas?
VF: Algún día podría ser. He tenido muchas oportunidades, pero soy partidario de utilizar el talento de cada uno de la mejor manera posible y por ahora en mi caso creo que debo seguir con lo que empecé hace más de 25 años: ver pacientes y formar médicos. Lo que sí pienso es que el que tenga vocación política debería asumir esta responsabilidad de garantizar cierto nivel mínimo de salud. Pero yo hablo de algo más: de dar un salto a largo plazo.
P:Qué hace usted para propiciar ese salto?
VF: Ahora estoy muy involucrado en países en desarrollo a través de la Fundación Mundial del Corazón. Me voy a dedicar a países del Tercer Mundo y mi misión será a largo plazo.
P:¿Va a ser esa la válvula de escape de su vocación política?
VF: Sí y mi incentivo será lograr que haya personal sanitario capaz de hacer prevención.
P:Cuando deje la investigación activa, ¿se ve dedicado a ese tipo de actividad política?
VF: Es cuestión de personalidad. Yo, si no hago algo por alguien no me siento bien. Supongo que nací con confianza personal y otros dedican su vida a adquirirla. No sé si por educación, pero he vivido con confianza personal, aunque conociendo mis limitaciones. Eso me ha dado la oportunidad de subir otro peldaño: el de intentar hacer algo por la sociedad en la que vivo.Y me centro en los más vulnerables: los jóvenes en formación y los países en desarrollo. Si a los 80 años mi mente aún me funciona estoy seguro de que estaré haciendo algo, aunque no sepa qué será.
P: ¿Tiene alguna pista?
VF: Hay una situación interesante: la vida se alarga y hay que saber cómo manejar una sociedad de gente mayor. A mí me gustaría participar en ello. Pienso que hay que intentar que la gente mayor se ayude entre sí. Que el que tenga salud a los 80 años pueda hacerle la compra al que no esté bien.
P: Fomentar la vejez activa y solidaria.
VF: Claro, y el Estado debe apoyar a quienes jueguen un papel activo en favor de sus semejantes.
P:¿Le asusta la vejez?
VF:Yo creo en el destino.
P: ¿Se prepara?
VF: Eso sí; tengo muchas aficiones e intereses, así que cuando deje la medicina podré dedicarme a otras muchas actividades.
P: ¿Por ejemplo?
VF: A escribir.
P: ¿Qué género?
VF: He conocido personajes de todo tipo, de todas las clases sociales. Tengo mucha experiencia como médico en ese sentido y en el de la competencia dentro del mundo de la investigación.
P: ¿Es tan dura como parece la competencia en la investigación?
VF: El mundo es competitivo por principio. El problema es que hay mucha gente se dedica a algo para lo que no está preparado. El 80 por ciento de los investigadores actuales no sirve para investigar y van cayendo, no reciben dinero... Por eso es tan importante conocerse, para no hacer algo para lo que no se tiene talento.
P: Quizá lo hagan porque el sistema exige investigar y publicar para ser alguien en medicina.
VF: Francamente, pienso que si uno llega al punto en el que necesita publicar mucho para mantenerse, es que está en el camino equivocado. Eso no es competitividad, es selección natural. No hay que dejarse llevar. La meta es conocerse a sí mismo y lanzarse donde uno cree que es capaz, no donde le diga la sociedad.
P: ¿Qué cualidades debe tener un investigador?
VF: Intuición y creatividad; ver lo que va a pasar antes de que pase.
P: ¿Y un médico clínico?
VF: Lo mismo. Los mejores médicos intuyen rápidamente lo que pasa.
P:Además está el trato humano, que usted cultiva con sus enfermos.
VF: Es que si me quiere definir de una manera le digo algo: quiero al ser humano; eso es todo (dice la frase en inglés). A mí me gustan las personas. Me pone delante a una gitana y al presidente de Estados Unidos y son dos personas distintas, pero yo siento lo mismo por ellos, porque son iguales.
P: Después de tantos años, ¿le sigue sorprendiendo el ser humano?
VF: La genética dice que en más del 99 por ciento de los genes somos iguales. Al principio me sorprendía, pero me he dado cuenta de que el que vive en Harlem es como el que vive en Wall Street, aunque quizá sea más feliz el primero.
P:En el siglo de la genética, ¿es determinista?
VF: No, pienso que existe la individualidad, la persona y el libre albedrío; el creer que todos estamos teledirigidos es una sandez.
P:¿Cree en los milagros?
VF: Es algo complejo, porque me he visto implicado. Lo que creo es que hay situaciones que son inexplicables. De lo que estoy seguro, y es algo que se aprende haciendo ciencia, es de que somos limitados. Cuando veo las controversias entre ateos y creyentes que son radicales me hacen gracia, porque a mí me pregunta usted si creo en los milagros y no sé qué contestar.
P: Usted fue convocado para investigar en un proceso de canonización.
VF: Le dediqué 2 años y puedo decir que es un caso extraordinario médicamente, y lo puedo decir porque era un caso cardiológico. Lo que no puedo es trascender más allá.
P:¿Qué pensó cuando le pidieron su opinión?
VF: Dudé si hacerlo. Pero me interesó penetrar en algo tan raro para la gente común como es el Vaticano. Quería conocerlo más de cerca. Tenía una imagen negativa, burocrática... Pero al llevar este caso, a mí nadie me presionó y tuve libertad absoluta, sagrada. También me atrajo la parte que menos se conoce y que es la menos burocrática. Fue una buena experiencia. Me llamó la atención la cantidad de gente joven que hace labores importantes. Era un ambiente muy informal en contraste con lo que uno espera. Y luego, este Papa (se refería a Juan Pablo II), se ha rodeado de gente muy informada.
P: ¿Le removió algo por dentro ese caso?
VF: Mi labor fue estrictamente científica. Me limité a afirmar que desde mi conocimiento no podía explicar lo sucedido científicamente. Una prueba más de la ignorancia humana y de que somos limitados.
P:¿Qué le gustaría conocer antes de morir?
VF: Si me muero mañana creo que lo haría satisfecho de lo que he conocido. Lo que más me ha satisfecho ha sido conocer todas las facetas de la sociedad y trabajar con gente joven. Ha sido interesante comprobar que en el fondo todos somos iguales y que lo demás es un disfraz.
P: ¿También usted se disfraza?
VF: Todos nos disfrazamos. Ahora me ve con el traje y la corbata y es un disfraz. Es algo superficial. Todos andamos muy disfrazados, pero a la vez yo intento ser muy honesto conmigo mismo y no engañar.
P: ¿Qué exige a un colaborador?
VF: Honestidad. Y es una de las razones por las que tenemos un equipo tan cohesionado. La gente es como es, todos conocemos nuestras limitaciones y no intentamos competir entre nosotros. Es como la amistad: tú le expones a tu amigo todas tus deficiencias y estás tranquilo.
P: ¿Establece relación personal con el equipo?
VF: Guardo bastante distancia. No me llaman por mi nombre de pila, pero quizá tenga una relación más abierta que otros que se tutean. Pienso que debe existir cierta barrera, porque de otra forma la situación puede degenerar. Es importante mantener la distancia para no perder la objetividad. A mí los VIP vienen a verme porque saben que yo al pan, pan y al vino, vino. No les voy a tratar de forma distinta, y con ellos establezco las mismas barreras, porque me da libertad. No acepto que un paciente me llame por mi nombre de pila, y no es altivez, sino afán de mantener una distancia objetiva.
P: ¿Así preserva su autoridad?
VF: No es eso. Yo creo en la confianza, no en la autoridad. El médico es un amigo y ha de estar al mismo nivel. Si el médico no muestra compasión o aparece altivo, está perdido

ACLARACIÓN: La entrevista fue realizada en el año 2002. Finalmente en el año 2006, se concretó el regreso del Dr. Valentín Fuster a España, para dirigir el CNIC. Continúa a su vez dirigiendo el Centro de Mount Sinai en New York.