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20/2/14
Toda sociedad tiene un conjunto de reglas que respeta y sus modelos de vida que guían sus proyectos y planes de vida - Dr. Osvaldo Guariglia
Lejos de ser un estudio reservado a los filósofos, la reflexión ética es una práctica que todas las personas podemos desarrollar.
Implica pensar las normas que operan en la forma de relacionarnos con los otros y con la sociedad en su conjunto.
La reflexión ética cuenta con una larga historia. Muchos pensadores han trabajado sobre las normas sociales o sobre el límite entre lo justo y lo injusto, entre otros temas.
En esta entrevista, el Dr. Osvaldo Guariglia recorre esta tradición y explica de manera sugerente el sentido de este pensamiento y sus vínculos con la democracia, en una sociedad fundada en el derecho y la tolerancia como base de las relaciones entre las personas.
Una larga tradición: los orígenes del pensamiento ético
-Periodista: Para comenzar, ¿cuáles fueron los motivos por los cuales usted decidió estudiar y dedicarse a la filosofía?
- Dr. Osvaldo Guariglia: Yo me recibí muy joven de bachiller e ingresé de inmediato en la Facultad de Medicina, porque mi padre era médico. Luego de hacer el primer año descubrí que lo que más me gustaba, en realidad, era la biología; pero luego me di cuenta, cuando ya estaba estudiando esa carrera, de que lo que me interesaba era la especulación: el origen de la vida, etc.
Cuando finalmente entré en Filosofía, bueno, esa carrera sí satisfacía mis expectativas originales, era un espacio de reflexión sobre el mundo y la vida. Inicialmente me dediqué a la filosofía antigua: la filosofía griega, los filósofos presocráticos y Aristóteles .
Cuando fui a Alemania a hacer el doctorado continué trabajando sobre esa misma temática, hice mi tesis doctoral sobre la filosofía de la lógica y la dialéctica en Aristóteles. Pero fue entonces, en Alemania, cuando descubrí que lo que más me interesaba era la ética y la filosofía política.
-Básicamente, ¿qué es la ética?
-Dr. Osvaldo Guariglia: La ética es la disciplina filosófica en la cual, desde los griegos hasta la actualidad, se reflexiona sobre las conductas morales. Toda sociedad tiene un conjunto de reglas que respeta en su forma de convivencia y tiene también modelos de vida que, de alguna manera, guían los proyectos y planes de vida de sus integrantes.
Los primeros que se preguntaron qué tipo de fundamentos pueden tener esas reglas de conducta y esos planes de vida fueron los filósofos griegos, dentro del movimiento de la sofística y la escuela socrática, que comprende tanto al mismo Sócrates como a Platón, a Aristóteles y a los estoicos. En la Antigüedad hubo otras tradiciones de pensamiento diversas e independientes de ésta, por ejemplo la iniciada por Demócrito y continuada por Epicuro. Luego, mucho tiempo después, a partir del siglo I después de Cristo, la tradición de la filosofía griega comienza paulatinamente a combinarse con la reflexión teológica cristiana.
En la historia de la ética occidental confluyen las dos tradiciones, la tradición griega, en su línea socrática, y la tradición teológica del cristianismo.
Por ejemplo, el neoplatonismo de San Agustín , o la recuperación de Aristóteles por parte de Santo Tomás de Aquino.
En gran medida, las teorías éticas de los filósofos modernos, en el siglo XVII, fueron herederas de esa confluencia de las tradiciones griega y cristiana.
Durante el período moderno, las tradiciones kantiana y utilitarista ocuparon un lugar central y quizá dominante.
La reflexión actual: ética y democracia
-Los historiadores, los sociólogos o los antropólogos pueden ocuparse de reflexionar acerca de las creencias morales de las personas, acerca de cómo piensan que deben vivir, acerca de las reglas de convivencia que reconocen distintas sociedades.
Periodista: ¿Qué diferencias hay entre estos enfoques y el característico de la ética normativa?
- Dr.Osvaldo Guariglia: Se puede decir que entre 1920 y 1960 hubo una especie de desaparición de la ética normativa. Diversas corrientes filosóficas confluyeron en la idea de que dicha disciplina no podía desarrollarse autónomamente, o incluso que no tenía razón de ser.
Muchos pensaron, en definitiva, que el estudio de la moral positiva o de las distintas morales positivas debía ser dejado exclusivamente en manos de la sociología de las costumbres o de la antropología. Así como los antropólogos describen las creencias de los pueblos primitivos y, como parte de esa tarea, describen también cuáles son sus normas morales, sus normas de convivencia, de la misma manera sociólogos y antropólogos podían describir cuáles eran las normas morales y las reglas de convivencia de las sociedades contemporáneas.
Esto era así porque se consideraba que estas normas morales eran absolutamente convencionales y no había ninguna posibilidad de fundamentarlas.
Esto cambió drásticamente a partir de fines de los años sesenta y principios de los setenta con la publicación de obras como Teoría de la justicia, del filósofo norteamericano John Rawls , y de trabajos de filósofos, como Jürgen Habermas.
A partir de ahí tenemos el renacimiento pleno de la ética normativa. La idea central de la ética normativa estriba en que es posible ofrecer una justificación racional de nuestras creencias morales y que también se puede hacer una crítica racional de dichas creencias. La filosofía normativa retoma la vieja tradición: presupone la idea de que las normas morales tienen un fundamento racional que debe ser puesto al descubierto. Supone que las normas morales constituyen un aspecto de la realidad tan identificable y tangible como lo es la realidad social en otros aspectos, como lo son los sistemas sociales, el sistema económico, etc.
Esta realidad se expresa en última instancia en las estructuras del derecho y también en las normas morales que, finalmente, están implícitas en las estructuras fundamentales del derecho.
Podemos decir, en este mismo sentido, que actualmente, a cincuenta años de la Declaración Universal de Derechos Humanos, hoy todo el mundo se da cuenta de que esa declaración (que en gran medida repite simplemente la Declaración de los Derechos del Ciudadano de la Revolución Francesa o el Bill of rights de la revolución norteamericana o los derechos fundamentales contenidos en el artículo 14 de la Constitución de la República Argentina) es, en última instancia, el conjunto de derechos básicos morales que permiten que una sociedad se desarrolle como una sociedad democrática. Se trata del anverso y el reverso de una misma situación.
No hay democracia si no hay en su base un conjunto de principios éticos fundamentales, que no solamente garantizan sus derechos a cada ciudadano sino que son también los que de alguna manera imponen a las personas un conjunto de deberes para con los otros ciudadanos.
De igual modo, la democracia es una de las condiciones indispensables para la vigencia de esos derechos.
El trabajo del filósofo, hoy
- Periodista: ¿Qué hacen los filósofos? O más precisamente, ¿cuál cree usted que debería ser su tarea, fundamentalmente en el caso de los filósofos que se especializan en ética y filosofía política?
- Dr.Osvaldo Guariglia: En la actualidad, el filósofo no debe tener expectativas desmesuradas respecto de su papel o de su función, cosa que ha ocurrido en algunas tradiciones de la filosofía política. No puede creerse un personaje privilegiado que ha descubierto la verdad y solamente debe revelarla, para que los demás la sigan o justificar que se les imponga a los otros coercitivamente.
El filósofo actual debe separar lo que es propiamente su quehacer filosófico de su responsabilidad como ciudadano.
Su tarea filosófica es una tarea de esclarecimiento y reconstrucción. Por ejemplo, el filósofo que se dedica a la ética debe analizar las normas básicas que están implícitas o supuestas en las reglas de convivencia.
Debe evaluar hasta qué punto forman un sistema consistente y reflexionar acerca del modo en que este sistema de normas puede ser enriquecido por la reflexión filosófica.
El filósofo puede aspirar a presentar, como resultado de ese trabajo de esclarecimiento y reconstrucción, un modelo en contraste con el cual los desvíos de una sociedad real puedan ser criticados.
Esta actividad no da al filósofo ninguna autoridad especial, en el caso de que considere pertinente hacer críticas al modo en que está organizada una sociedad real y crea que debe contribuir activamente a producir un cambio.
Su única herramienta deben ser los argumentos, es decir, debe convencer a los otros ciudadanos de que esas críticas son correctas, como debería hacerlo cualquier otra persona.
La filosofía no da una autoridad especial; conocer teorías éticas no otorga a las opiniones de ninguna persona prioridad sobre los puntos de vista de los demás.
Por otra parte, los dilemas y controversias morales que tienen lugar en la vida cotidiana se trasladan al terreno del debate filosófico.
Así como diferentes personas pueden tener ideas diversas acerca de qué es una buena vida o de cómo resolver un conflicto moral, distintas teorías filosóficas pueden permitir justificar acciones o normas.
relación con esto, si la filosofía no ofrece recetas indiscutibles para resolver los problemas:
- Periodista: ¿cuáles son las ventajas que nos puede reportar el ocuparnos de estudiar ética?. O más concretamente, ¿por qué es importante que los estudiantes, por ejemplo, en materias como Formación ética y ciudadana, tengan contacto con la filosofía?
- Dr.Guariglia: Yo creo que hay un aspecto en el que la filosofía, y en especial la ética, pueden ofrecer una contribución importante a la formación de los estudiantes, que es única.
Se trata de enseñar a sostener posiciones basadas en argumentos. Eso quiere decir que tienen que estar fundamentadas en el conocimiento más preciso al que se pueda llegar de la situación y en posiciones claras con respecto a las normas que uno acepta.
Para eso aparece inevitablemente la necesidad de comprender la posición del otro, de no imponerle ciegamente la propia.
En última instancia se trata de reconocer que hay un ámbito de problemas en el cual se puede llegar a la solución de los conflictos, en el que es posible alcanzar, tras la discusión argumentada, libre y abierta, grados importantes de consenso, y otro ámbito de problemas y conflictos que se apoyan en posiciones irreconciliables.
En este punto, la ética tiene mucho que decir, justificando, ofreciendo argumentos a favor de la idea de que, en tanto ciudadanos de un Estado democrático, vivimos y debemos vivir en un marco de tolerancia hacia todas aquellas posiciones -religiosas, morales, etc.- que sean compatibles con el respeto de iguales libertades para los demás.
El estudio de la ética puede contribuir a pensar con claridad cuáles son las reglas morales y los ideales de vida a los que adherimos y poder revisar esos elementos críticamente.
Además, a distinguir los ámbitos en los que es posible llegar a un consenso basado en razones y argumentos de aquellos en los que los desacuerdos no pueden ser superados, y a reflexionar acerca de las obligaciones que tenemos para con todas las personas, más allá de sus creencias morales.
Este estudio no debe consistir meramente en un conocimiento enciclopédico de las posiciones de distintos autores.
Lo importante es desarrollar la capacidad para argumentar, centrarse en las justificaciones que ofrece un autor para sus posiciones, en cómo una posición generó o genera debate, qué objeciones se formulan, cómo se defiende una posición, etcétera.
Enlaces a sitios de interés:
1) Discurso de Fernando Savater en la Universidad Simón Bolívar que encara el tema de la importancia de la ética para los jóvenes.
2) Síntesis sobre la obra de John Rawls tomada y traducida al español de: Falikowski, Anthony, Moral Philosophy Theories. Skills and Aplications, Prentice Hall, Inc, 1990.
3) Enciclopedia Standford de Filosofía (Stanford Encyclopedia of Philosophy): los artículos -en inglés- vinculados a ética son muy claros y están escritos por importantes especialistas.
Osvaldo Guariglia Osvaldo Guariglia es doctor en Filosofía y licenciado en Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA, Argentina).
Se desempeña como profesor titular de Ética en la carrera de Filosofía de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA) y es director del Instituto de Filosofía de dicha facultad.
Es Investigador Principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
Escribió numerosos libros y artículos que han sido publicados tanto en la Argentina como en el extranjero.
Entre sus libros más importantes podemos mencionar Ideología, verdad y legitimación (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1993.) y
Moralidad: Ética universalista y sujeto moral (Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1996).
Presocráticos:
Se denomina de este modo a los filósofos griegos anteriores a Sócrates, por ejemplo Tales de Mileto y Pitágoras.
La preocupación dominante de estos filósofos parece haber sido la comprensión del mundo natural, aunque la reflexión moral también aparece en algunos de ellos.
Aristóteles: (384/3 a 322 antes de J.C.) Nació en Estagira, Macedonia. Fue discípulo de Platón y fundador del Liceo, una de las instituciones filosóficas más importantes de la Antigüedad. Durante su estancia en la corte del rey Filipo de Macedonia, fue preceptor de Alejandro Magno. La influencia de la filosofía aristotélica se extiende hasta el presente.
Escribió el primer tratado en el que la ética adquiere autonomía respecto de otras ramas de la filosofía: Ética a Nicómaco.
Sócrates:
(470/69 a 399 antes de J.C.) Nació en Atenas, ciudad en la que vivió toda su vida y de la cual sólo se alejó para rendir servicios como soldado. Fue maestro de Platón y de muchos otros filósofos. Prefirió no escribir. Su discípulo Platón recopiló sus ideas en forma de diálogos.
Platón: (428/7 a 347 antes de J.C.)
Nació en Atenas, descendiente de una familia aristocrática. Fue discípulo de Sócrates. Fundó la Academia. Junto con Aristóteles, su discípulo, ha sido uno de los filósofos más influyentes de la historia. Su interés por la política y la ética quedó plasmado en obras como República y Las Leyes.
Estoicos:
El estoicismo fue una escuela filosófica griega y grecorromana, originalmente fundada en el siglo III antes de J.C. por el filósofo griego Zenón de Citio. El estoicismo romano -muy posterior (siglo I después de J.C.)- contó entre sus adeptos con personas tan distintas como Epicteto (que era un esclavo) o el emperador Marco Aurelio.
Demócrito (aprox. 460 antes de J.C.)
Filósofo presocrático, fue uno de los creadores del "atomismo", tesis que sostiene que el universo está formado exclusivamente por diminutos corpúsculos llamados átomos, separados por el vacío.
Epicuro (341 a 270 antes de J.C.)
Nació en Samos. Fundó en Atenas una escuela filosófica llamada Jardín. La preocupación central de la filosofía de Epicuro fue la ética.
Defendió una concepción "hedonista" de la felicidad.
Una vida feliz era para Epicuro una vida de placer. "Placer" era definido, fundamentalmente, como el resultado de la eliminación de los dolores físicos y espirituales.
San Agustín (354-430) Nació en Tagaste (provincia romana de Numidia, África del Norte), de padre pagano y madre cristiana. Tras convertirse al cristianismo, fue ordenado sacerdote en Hipona (posteriormente fue nombrado obispo de dicha ciudad).
Su obra filosófica y teológica estuvo profundamente influida por la filosofía de Platón y de los neoplatónicos.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274) Nació en las cercanías de Aquino, al norte de Nápoles. Estudió teología en la Universidad de Nápoles. Ingresó en la orden dominica.
Produjo una inmensa obra filosófica y teológica, fuertemente influida por la filosofía de Aristóteles.
Tradición kantiana
Junto con la ética utilitarista, la ética kantiana ha sido una de las concepciones más influyentes dentro del pensamiento filosófico de la modernidad.
Ambas éticas han tenido además importante influencia sobre el pensamiento político, especialmente sobre el liberalismo.
Immanuel Kant (1724-1804)
denomina "imperativo categórico" al criterio de corrección moral que propone.
Las dos formulaciones más importantes del imperativo categórico son las siguientes:
1. "Obra de modo tal que puedas querer que la máxima de tu acción se convierta en ley universal." El imperativo categórico ordena actuar según reglas que sean universalizables, es decir, reglas que cada una de las personas pueda querer aplicar no sólo a la regulación de su propia conducta, sino a la de todos los demás.
2. "Obra de tal modo que uses la humanidad, tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro, siempre, al mismo tiempo, como un fin y nunca como un medio".
Las personas tienen un valor absoluto: nunca debemos tratar a los seres humanos exclusivamente como instrumentos, como medios para nuestros propósitos, sino como fines en sí mismos.
Decir que las personas son fines en sí mismos significa que todas las personas tienen igual dignidad moral, de lo que se deduce, como afirmó L. Nelson (filósofo neokantiano, fines del s. XIX, principios del XX), que lo que constituye un deber para un individuo en determinadas circunstancias, constituye un deber para cualquier otro individuo en las mismas circunstancias.
La influencia de Kant llega hasta nuestros días: las teorías de J. Habermas y de J. Rawls pueden ser consideradas diferentes reelaboraciones de la perspectiva kantiana. Tradición utilitarista Puede considerarse a Jeremy Benthan (1747-1833) y a John Stuart Mill (1806-1873) como los más destacados iniciadores de esta corriente de pensamiento ético, que continúa teniendo significativa influencia en la actualidad. Desde la perspectiva utilitarista, la corrección moral de una acción o de una norma depende del hecho de que maximice la cantidad de felicidad. Al pensar cuál de las acciones que está en nuestro poder realizar es la moralmente correcta, debemos poner en la balanza tanto nuestra felicidad o nuestros intereses como los de todos los demás individuos que serán afectados por la acción (y darles a los intereses de cada uno exactamente el mismo peso). Que una acción o una norma resulten moralmente correctas depende de que sean, entre todas las alternativas realizables, las que probablemente generen mayor incremento de felicidad, o las que supriman más sufrimiento. En consecuencia, la acción o la norma moralmente correctas son las que maximizan la utilidad, es decir, las que producen la mayor cantidad de felicidad.
John Rawls (1921) Nació en Baltimore, Maryland (EE.UU.). Su libro Teoría de la justicia, publicado en 1971, constituye una de las bases fundamentales del renacimiento de la ética normativa.
Jürgen Habermas (1929) Nació en Gummersbach, Alemania. Su propuesta ética, denominada "ética del discurso", constituye, junto con la teoría rawlsiana, una de las más influyentes de nuestros días.
Textos: Mariano Garreta Leclercq
Ilustración: Jimena Tello
Edición: Cecilia Sagol y Marcelo Gargiulo
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Tomas de Aquino
20/6/13
¿Qué está pasando en Brasil? - El fenómeno y el poder de las redes sociales - James Fowler en Redes para la ciencia
¿Cuál sería nuestro error más habitual?
- Daniel Kahneman: Nuestra capacidad de ignorar nuestra ignorancia.
- Daniel Kahneman: Nuestra capacidad de ignorar nuestra ignorancia.
¿Por qué lo cometemos?
- Daniel Kahneman: Porque somos incapaces de desentrañar la complejidad del mundo, así que nos contamos un cuento simplificador para poder decidir y reducir la ansiedad que nos crea que sea incomprensible e imprevisible.
- Daniel Kahneman: Porque somos incapaces de desentrañar la complejidad del mundo, así que nos contamos un cuento simplificador para poder decidir y reducir la ansiedad que nos crea que sea incomprensible e imprevisible.
- De manera que simplificar también es una habilidad.
- Daniel Kahneman: Maravillosa: podemos contarnos historias fantásticas con muy pocos datos reales.
- Daniel Kahneman: Maravillosa: podemos contarnos historias fantásticas con muy pocos datos reales.
—¿Por eso nos equivocamos tanto?
- Daniel Kahneman: Preferimos ese cuento, incluso sin base real, a asumir que el azar determina más nuestra vida de lo que queremos aceptar.
- Daniel Kahneman: Preferimos ese cuento, incluso sin base real, a asumir que el azar determina más nuestra vida de lo que queremos aceptar.
— Algo así como: El acierto es mío; el fallo mala suerte o es culpa de los demás .
- Daniel Kahneman: Nos cuesta admitir errores, porque eso significa renunciar a la seguridad que esos supuestos simplificadores nos proporcionan.
- Daniel Kahneman: Nos cuesta admitir errores, porque eso significa renunciar a la seguridad que esos supuestos simplificadores nos proporcionan.
—¿Cuanto más te crees tu cuento, más seguro te sientes?
- Daniel Kahneman: Y, por tanto, es más fácil equivocarte. Los líderes, además, suelen ver su cuento reforzado por un efecto halo retrospectivo: como han llegado a mandar, parece que acertarán.
- Daniel Kahneman: Y, por tanto, es más fácil equivocarte. Los líderes, además, suelen ver su cuento reforzado por un efecto halo retrospectivo: como han llegado a mandar, parece que acertarán.
— Tú logra que te nombren jefe, que después ya te encontrarán las virtudes.
http://drgeorgeyr.blogspot.com.br/2013/06/repetimos-y-olvidamos-nuestros-errores.html
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NOS EMOCIONAMOS MUCHO MAS CON AQUELLAS PERSONAS CON LAS QUE ESTAMOS CONECTADOS SOCIALMENTE:
Estamos en la Universidad de California, en San Diego, y hemos venido para hablar de redes sociales con el Prof. James Fowler, redes sociales.
Eduard Punset: James, creo que empecé a creer en las redes sociales cuando leí que más del 70% de los homicidios que se cometen en Estados Unidos son obra de personas que se conocían.
James Fowler: Sí, bueno, en la televisión vemos justo lo contrario.Y me parece que, por eso, nos llevamos una impresión equivocada. Lo cierto es que nos emocionamos mucho más con aquellas personas con las que estamos conectados socialmente.
Una de las cosas que Nicholas Christakis y yo mencionamos en nuestro trabajo es que no sólo se difunden cosas buenas en las redes sociales sino que también puede haber cosas malas: puedes sentir emociones muy fuertes e influir a tus amigos hasta el punto de que lleguen a matar a alguno de sus amigos. Y en las redes sociales existe el efecto multiplicador.
EL EFECTO MULTIPLICADOR DE LA DIFUSIÓN EN LAS REDES SOCIALES:
Eduard Punset: La gente se reparte en grupos diferentes en función del trabajo que dicho grupo debe realizar. Por ejemplo, si hay un incendio, el grupo, la red, formará una única fila, quizás con un cubo de agua… Quiero decir, después de todos estos años investigando, ¿cuál es tu impresión ahora?, ¿cómo nos organizamos?
James Fowler: Es realmente interesante porque, básicamente, estudiamos dos tipos distintos de redes: estudiamos las redes que constituimos con un objetivo concreto, que diseñamos con una intención concreta, pero también estudiamos las redes que surgen de forma natural. Simplemente, surgen así, como consecuencia de nuestros actos independientes. Y lo fascinante de las redes sociales en el mundo real es que manifiestan las mismas propiedades que las redes sociales que hemos creado con un objetivo concreto. Una de esas propiedades es la del “mundo pequeño”. En el ejemplo de la difusión de información, estamos ante una situación donde puede haber un gran número de personas que se enteren de algo muy rápidamente. Resulta que si yo tengo tres o cuatro amigos y ellos, a su vez, tienen tres o cuatro amigos, la información se difunde a través de esas redes que se construyen de forma natural, sin que nosotros hayamos diseñado la red con esa intención. La propiedad del “mundo pequeño” existe de verdad.
Eduard Punset: ¿Y qué ocurre con esa famosa regla de que necesitas seis conexiones para transmitir una palabra o un mensaje? James Fowler: Bueno, esa idea de los seis niveles de separación está muy de moda ahora. Surgió en los años 60 con la investigación de Stanley Milgram, que tenía mucha curiosidad por saber cuántos grados tendríamos que superar para establecer una serie de conexiones fuertes entre el lugar donde uno se encuentra y cualquier persona en el mundo, es decir, por cuántos amigos de amigos de amigos tendríamos que pasar para que el mundo entero estuviera conectado. Lo que hizo Milgram fue coger un fajo de cartas y enviarlas a una pequeña ciudad del centro de los Estados Unidos y le dijo a un grupo de gente:
“Quiero que enviéis estas cartas a una persona que no conocéis, en Boston, Massachusetts, pero no podéis simplemente enviársela por correo, tenéis que entregársela a un amigo suyo, tenéis que enviársela por correo a un amigo, a alguien que conocéis personalmente y decirme quién es esa persona.”
Al final, recogió todas las cartas y fue apuntando el número de pasos necesarios para llegar al destinatario desde un lugar muy remoto donde nadie lo conocía.
Sumó el total, calculó la media y el resultado fue seis. Seis pasos sería la media necesaria para poder comunicarse con cualquiera en nuestro planeta, pero lo fascinante es que Duncan Watts llevó a cabo otro estudio con el correo electrónico y obtuvo la misma cifra pero, en lugar de hacerlo con distintos lugares en los Estados Unidos, lo hizo con gente de todo el mundo. Y descubrió que, de verdad, sólo se necesitan seis pasos para llegar a cualquier persona del mundo.
Eduard Punset: Y cuando hablas de los tres grados, no seis, sino tres, ¿a qué te refieres exactamente?
James Fowler: Bueno, lo que Nicholas Christakis y yo mismo hemos hecho es estudiar la influencia, no simplemente la difusión de información como en los experimentos de Milgram y en los de Watts, sino que hemos estudiado la difusión de la influencia. Y descubrimos, por ejemplo, en nuestro primer estudio sobre la obesidad, que cuando tus amigos engordan, también hay más probabilidades de que tú también engordes. Pudimos demostrar que eso era cierto no sólo para tus amigos sino también para los amigos de tus amigos, e incluso para los amigos de tus amigos de tus amigos. Hasta tres grados de separación. Repetimos el experimento con otras cosas que podrían influir en nuestros amigos, por ejemplo, el tabaco. Si dejas de fumar, tus amigos serán más propensos a dejar de fumar, y también vale para los amigos de tus amigos y para los amigos de los amigos de tus amigos.
Lo probamos con muchas cosas distintas y vimos que el número tres se repetía una y otra vez, que llegaba hasta una tercera persona pero que no iba más allá.
EL "EFECTO CONTAGIO" Y EL "EFECTO CONEXIÓN" DE LAS REDES SOCIALES:
Eduard Punset: Estaba pensando ahora en dos palabras muy famosas de tu libro Connected, ¿no? Hablas de “contagio” y de “conexión”. ¿Qué quieres decir? Porque dices que es muy importante, que es básico en cualquier red, que exista esa conexión y ese contagio.
James Fowler: Las redes realmente nos afectan de esas dos maneras que comentas. Por un lado, nos afecta la estructura: a quién conocemos y a quién conocen los que conocemos, es algo que nos afecta. Pero también nos vemos afectados por lo que se difunde en las redes. Por eso, hemos separado esas dos ideas diferentes, “conexión” y “contagio”.
Cuando se trata de “conexión”, podemos vernos afectados de dos formas distintas: tú escoges tu red, tú escoges con quien vas a pasar tu tiempo, puedes elegir compartirlo con amigos que son como tú o con amigos que son distintos de ti, por ejemplo; pero la estructura de la red también te afecta.
Estamos influidos por la estructura de nuestra red. Si, supongamos, dos amigos tuyos no son amigos entre sí, te agobiarás, vas a tener la impresión de que deberías presentarlos para que se hagan amigos. Incluso se han hecho investigaciones que demuestran que causa un impacto psicológico: las chicas adolescentes cuyos amigos no son amigos entre sí son mucho más proclives a pensar en el suicidio, por lo tanto, realmente la estructura de nuestras redes tiene un impacto importante.
COMO LA RED INFLUYE EN LA FORMA DE COMPORTARNOS:
Eduard Punset: Lo que sugieres es que la forma de la red influye en mi forma de comportarme.
James Fowler: Exactamente.
Eduard Punset: Y no sólo al revés.
James Fowler: Tú lo has dicho, pero eso sólo es una parte de la ecuación, la otra parte es que tenemos que entender que existe un efecto de contagio: tendemos a copiar el comportamiento de aquellos con los que estamos conectados y nos referimos a ello de tres formas distintas: la primera es que nos afecta la gente con la que estamos directamente conectados, es algo intuitivo, todo el mundo lo ve.
En la mayoría de las conversaciones, si alguien te sonríe, tú también le sonríes. Es algo que experimentamos cada día.
Eduard Punset: Los alumnos jóvenes aplicados, que tienen entre sus amigos alumnos aplicados, se vuelven todavía más estudiosos. James Fowler: Eso es. Y hemos visto que son muchas las cosas que se pueden transmitir de una persona a otra: por ejemplo, guiñar un ojo, fumar, beber, la alegría, la soledad, la depresión, la cooperación con otras personas, la generosidad.
Creo que a este nivel la gente entiende que las redes son poderosas, pero lo que no ven es lo que hay más allá de su horizonte social, es decir, aquellos que son amigos de sus amigos, no ves lo que ocurre entre ellos porque no formas parte de su interacción.
No sólo son tus amigos los que te afectan sino los amigos de tus amigos, e incluso los amigos de los amigos de tus amigos pueden condicionar tus propios resultados.
Eduard Punset: ¿Y qué pasa con el tabaco? Quiero decir, tú fumas y alguien más también fuma.
¿Cómo es posible que se haya producido este cambio casi fantástico donde los fumadores por antonomasia antes eran las personas de una edad determinada y de una posición social concreta y, sin embargo, hoy en día los fumadores son muy distintos entre sí, tienen distintas edades y pertenecen a diferentes clases sociales?
James Fowler: El tabaco es un ejemplo realmente fascinante porque ocurre prácticamente lo contrario de lo que decíamos en relación con la epidemia de obesidad. A principios de los setenta, en los Estados Unidos, pasamos de una incidencia de obesidad del 10% al actual 40% y estas cifras se invierten en el caso de la epidemia de fumadores.
LA CAMPAÑAS DE PRESION SOCIAL DE LOS AÑOS 80 DETERMINARON DISMINUCION DE LOS FUMADORES Y QUE AQUELLOS QUE NO PUDIERON DEJAR DE FUMAR PERDIERAN AMISTADES:
Una de las razones del éxito en la reducción del número de fumadores son las campañas de presión social de los años 80.
De hecho, en nuestras investigaciones, pudimos comprobar cómo cambiaron los fumadores en la red y cómo fumar cambió la red. Pudimos comprobar que esas campañas no sólo alentaron a la gente a dejar de fumar sino que las personas que no pudieron dejar de fumar, de hecho, perdieron amistades. Empezaron a ser expulsados de las redes sociales.
Eduard Punset: ¿Ah sí?
James Fowler: Si lo piensas desde el punto de vista de la sanidad pública, se convierte en un tema más espinoso que cuestiona la vigencia de este tipo de campañas de salud pública porque, mientras ayudamos a las personas a dejar de fumar, menoscabamos socialmente a las personas que no pueden abandonar el consumo de tabaco, de modo que resulta mucho más difícil llegar hasta ellos, resulta más difícil ejercer una influencia sobre ellos si están rodeados de otros fumadores.
Eduard Punset: Así que, realmente, tendemos a infravalorar la importancia de conocer a otras personas, ¿no? Una estadística que vi no hace mucho y que me conmocionó es que sólo el 30% de la gente está casada con personas que nadie les presentó.
LA FICCION GIRA EN TORNO A ACONTECIMIENTOS EXTRAORDINARIOS:
James Fowler: Bueno, estamos otra vez ante las ideas recibidas del cine y de la ficción. La ficción siempre gira en torno a acontecimientos extraordinarios y no en torno a lo común pero, cuando hacemos encuestas, descubrimos que lo más común es que te presenten a quien al final va a ser tu futuro marido o mujer, pues esa persona ya forma parte de tu red social y ni siquiera lo sabías. Eduard Punset: Desde que investigamos las redes sociales, ¿hemos aprendido algo útil de cara a evitar accidentes, incendios en un espacio cerrado, por ejemplo?
De tus afirmaciones se desprende que la gente tiende a comportarse de una manera preestablecida, que correrán en esa o aquella dirección, así que deberíamos saber dónde colocar las salidas de emergencia en caso de incendio, ¿o es que todavía no estamos en ese punto?
James Fowler: Hay investigadores que hacen simulacros y dichos simulacros dan lugar a algunos resultados contrarios a lo que podríamos intuir. Basándose en el hecho de que las personas que te rodean van a ejercer una poderosa influencia sobre ti, tiene sentido colocar una columna, justo delante de una salida de emergencia… En lugar de dejarla vacía. La razón es que si todo el mundo está intentando salir, lo harán todos al mismo tiempo pero, si colocas la columna en medio, reduces el número de personas a las que estás copiando y puedes crear un flujo más ordenado. Por eso pienso que algunas de estas ideas sobre cómo estamos conectados y cómo copiamos el comportamiento de otras personas, de forma casi gregaria, está empezando a influir en aspectos como el diseño y esperamos que, al final, tengan un impacto en la reducción de accidentes para que así todos vivamos en un mundo mejor.
Eduard Punset: Un fenómeno al que te refieres a menudo es lo que llamas la “emergencia”. Si lo he entendido bien, te refieres a que un colectivo o grupo desarrolla determinadas características o virtudes, lo que sea, no manifiestas en los individuos que constituyen ese colectivo, ese grupo.
James Fowler: Esta idea de “emergencia” está muy extendida en todas las ciencias naturales y el ejemplo que siempre utilizamos para describir las redes sociales procede de la química. Los átomos de carbono pueden organizarse para formar grafito o para formar un diamante. El grafito tiene muchas más propiedades diferentes que el diamante. Hemos descubierto que sucede lo mismo con las redes sociales. La manera de estructurar la red tiene un impacto en lo que ésta es capaz de hacer. Hemos descubierto que hay ciertas redes que han sido estructuradas para ayudarnos a conseguir los resultados deseados. Brian Uzzi ha investigado los equipos de los musicales de Broadway, por ejemplo, y ha descubierto que las redes que son demasiado densas, donde todo el mundo conoce a todo el mundo, no son demasiado creativas ni rentables económicamente, y que aquellos grupos donde nadie conoce a nadie tampoco funcionan. Son los grupos donde la gente tiene conexiones con otras personas que ya conocían, pero también conexiones con personas nuevas los que dan lugar a esos musicales que todo el mundo conoce y que gustan a todos.
Eduard Punset: Es fantástico, ¿no?, porque las implicaciones de todo esto en la vida diaria, en la investigación incluso, en el saber, son tremendas, ¿no? Tenemos que pasar al nuevo mundo del saber, donde el aprendizaje de idiomas, el contacto con otros universos, con otras personas, es muy bueno para la creatividad, para la innovación.
James Fowler: Totalmente. Y creo que también proponemos una nueva forma de pensar el mundo. En el pasado se enfrentaron aquellos que veían a las personas como individuos, es decir, personas que no se dejaban influir por los demás, dueñas de sus propias decisiones, esto es, el modelo Robinson Crusoe de las ciencias sociales, un modelo que ha perdurado mucho tiempo, de ahí que los economistas cuando piensan en los seres humanos, piensen en seres egoístas, que sólo actúan para sí mismos; frente a los sociólogos, cuya visión es diferente, y que en el pasado pensaron que el grupo también importa. Lo que intentamos hacer y decir es que el individuo todavía importa y que el grupo no es mágico, pero que lo que ocurre es que tenemos individuos conectados a otros individuos en esas redes y sólo si entendemos cómo se conectan esos individuos, seremos capaces de entender totalmente la relación entre el comportamiento individual y el comportamiento grupal.
Eduard Punset: ¿Y esto va a tener algún impacto en la relación entre marido y mujer y en su relación con sus hijos, o sólo va a afectar el mundo educativo o empresarial, o acaso estos conocimientos van a afectar las tres cosas?
James Fowler: Creo que todo se va a ver afectado.
Eduard Punset: ¿Todo?
James Fowler: Ha cambiado totalmente el modo en que pienso en mi propia vida. Por ejemplo, el hecho de saber que mi actitud no sólo afecta a mi mujer o a mis hijos, o a los amigos de mi mujer sino que quizás afecte a la gente que los rodea y a los que rodean a estos últimos, cambia totalmente las reglas del juego. Ahora ya no sólo influyo a diez amigos cercanos, pero potencialmente estoy influyendo a centenares incluso miles de personas con mis acciones diarias. Pienso que ser conscientes de que vivimos en esas redes va a tener un efecto muy profundo en el comportamiento humano individual, en todos los ámbitos.
Eduard Punset: Bueno, después de esta conversación con James Fowler, yo me pregunto si esta gente sabe realmente de dónde viene y adónde va, y que forma parte de una red social que está influenciando sus vidas.
¿Qué hace esta gente? O sea, fíjense, o sea, no dan la impresión de saber que forman parte de un grupo más grande, ¿o sí? ¿Lo saben?
- James Fowler: Lo están aprendiendo. Y creo que son las redes online como facebook las que nos sitúan en el centro del debate.
La razón por la que a la gente le interesan tanto estas cosas es porque por primera vez lo ven. En facebook, no sólo estás conectado con tus amigos más cercanos sino con los amigos de tus amigos y la gente está empezando a darse cuenta de que lo que hace da sus frutos en toda la red social humana.
- Eduard Punset: De que no están solos…
James Fowler: Exactamente.
"No confundir la democracia y con la violentocracia"
23/7/09
La grandeza de PERICLES: Discurso a los caídos en la guerra del Peloponeso

La Grandeza de Pericles:
"Futuras generaciones nos preguntarán de la misma forma que las actuales lo hacen ahora" - Thucydides.Se sabe que, de joven Pericles aprendió del musicólogo Damón, probablemente alguien con buena base matemática y filosófica; en su madurez, floreciente aprendio la sofística en Atenas, fue asiduo de Zenón y Anaxágoras, del que aprendió a afrontar el infortunio y a despreciar las supersticiones populares. Pericles fue reelegido año tras año como estratega, por su experiencia, capacidad y honradez personal, muy manifiesta: pospuso sus intereses personales, en todo momento, a los de Atenas.
Su autoridad y prestigio eran tales que, según Tucídides, Atenas era una democracia pero estaba dirigida por su primer iudadano.
Su autoridad y prestigio eran tales que, según Tucídides, Atenas era una democracia pero estaba dirigida por su primer iudadano.
La Asamblea, siempre recelosa de los magistrados, confió grandemente en Pericles.
En el segundo verano de la guerra del Peloponeso, contra Sparta, se desató la peste que comenzó a diezmar la ciudad de Atenas. Fue entonces cuando Pericles, pronunció entonces su inigualable discurso por los caídos en combate, recogido por Tucídides (toda persona culta debiera conocerlo):
DISCURSO SOLEMNE DE PERICLES en HOMENAJE A LOS CAÍDOS en la Guerra del Peloponeso -
"La mayoría de mis predecesores en este sitio, nos ha dicho que es honesto pronunciar algunas palabras, exigidas por la ley durante el entierro de aquéllos que han muerto en batalla.
Por lo que se refiere a mi mísmo, me inclino a pensar que el valor que se ha mostrado en hechos concretos ya ha sido saldado suficientemente mediante los honores, también mostrados en hechos concretos.
Por lo que se refiere a mi mísmo, me inclino a pensar que el valor que se ha mostrado en hechos concretos ya ha sido saldado suficientemente mediante los honores, también mostrados en hechos concretos.
Ustedes mismos pueden apreciar lo que ellos significan ya que están participando de este funeral solventado por el pueblo.
RIESGOS QUE SE PRESENTAN AL PRONUNCIAR UN DISCURSO:
Debíera tambien yo desear que las reputaciones de tantos hombres valientes no estuvieran en peligro, en boca de un orador único, de tal manera que ellas suban o bajen segun si habla bien o mal, puesto que es duro hablar adecuadamente, cuando ya de entrada se presenta la dificultad de convencer al auditorio que se está diciendo la verdad.
Por un lado, el amigo a quien le son familiares algunos hechos de la vida de estos muertos puede pensar que varios aspectos no han sido destacados con la dedicacíón que desea y que sabe que merecen.
Por otro, aquél que no los ha conocido puede sospechar por envidia, que hay exageración, cuando escucha mencionar virtudes que están por encima de su propia naturaleza. (Porque los hombres aceptan que se ensalce a otros en tanto en cuanto ellos se puedan persuadir que las mismas acciones recordadas las podrían haber vivido ellos mismos como protagonistas.
Cuando ese limite se traspasa, surge la envidia y con ella la incredulidad) Sin embargo como nuestros antecesores han establecido esta costumbre y la han aprobado, la obediencia a la ley pasa a constituir para mí un deber.
Intentaré satisfacer las opiniones y deseos de todos ustedes de la mejor manera que pueda.
RECORDEMOS PRIMERO A NUESTROS ANTEPASADOS:
Tendría que comenzar con nuestros antepasados. Es tan adecuado como prudente, que ellos reciban el honor de ser mencionados en primer lugar, en una ocasión como la de ahora.
Ellos vivieron en esta comarca sin interrupción de generación en generación; y nos la entregaron LIBRE como resultado de su bravura.
Y si nuestros antepasados más lejanos merecen alabanza, mucho más son merecedores de ella nuestros padres directos.
Ellos sumaron a nuestra herencia el imperio que hoy poseemos y no escatimaron esfuerzo alguno para transmitír esa adquisición a la generación presente.
Por último, hay muy pocas partes de nuestro dominio que no hayan sido aumentadas por aquéllos de entre nosotros que han llegado a la madurez de sus vidas. Por su esfuerzo la patria se encuentra provista con todo lo que le permite depender de sus propios recursos, tanto en guerra como en la paz.
Aquella parte de nuestra historia que muestra cómo nuestras hazañas bélicas trajeron como consecuencia nuestras diversas posesiones, así como tambien la que muestra cómo tanto nosotros como nuestros padres pudimos frenar la marea de la agresión extranjera, valerosamente y sin dobleces, constítuye un capítulo demasiado conocido por todos los que me escuchan. No necesito extenderme en el tema que, por consiguiente, dejo de lado.
LAS BASES DE UNA VERDADERA DEMOCRACIA:
Pero ¿cuál fue el camino por el que llegamos a nuestra posición?;
¿cuál es la forma de gobierno que permitió volver más evidente nuestra grandeza?;
¿cuáles los hábitos nacionales a partir de los cuales ella se originó?;
Estos son los problemas máximos que intento dejar en claro, antes de proseguir con el panegíríco de nuestros muertos.
Pienso que el tema es adecuado para una ocasión como la presente y que ha de resultar ventajoso escucharlo con atención tanto por los nativos como por los extranjeros. Nuestra constitución no copia leyes de los estados vecinos. Más bien somos patrón de referencia para los demás,en lugar de ser imítadores de otros. Su gestión favorece a la pluralidad en lugar de preferir a unos pocos.
De ahí que la llamamos democracia.
Otra diferencia entre nuestros usos y los de nuestros antagonistas se aprecia con nuestra política militar.
Abrímos nuestra ciudad al mundo. No les prohibimos a los extranjeros que nos observen y aprendan de nosotros, aunque ocasionalmente los ojos del enemigo han de sacar provecho de esta falta de trabas.
Nuestra confianza en los sistemas y en las políticas es mucho menor que nuestra confianza en el espíritu nativo de nuestros conciudadanos.
En lo que se refiere a la educación, mientras nuestros rivales (los espartanos), ponen énfasis en la virilidad desde la cuna misma y a través de una penosa disciplina, en Atenas vivimos exactamente como nos gusta; y sin embargo nos alistamos de inmediato frente a cualquier peligro real.
Y sin embargo, con hábítos que son más bien de tranquilidad que de esfuerzo y con coraje que es más bien naturaleza que arte, estamos preparados para enfrentar cualquier peligro con esta doble ventaja: escapamos de la experiencia de una vida dura, obsesionada por la aversión al riesgo; y sin embargo, en la hora de la necesidad, enfrentamos dicho riesgo con la misma falta de temor de aquellos otros que nunca se ven libres de una permanente dureza de vida.
Pero con estos puntos no finaliza la lista de los motivos que causan admiración en nuestra Atenas.
Cultivamos el refinamíento sin extravagancia; la comodidad la apreciamos sin afeminamiento; la riqueza la usamos en cosas útiles más que en fastuosidades, y le atribuimos a la pobreza una única desgracia real.La pobreza es desgraciada no por la ausencia de posesiones sino porque invita al desánímo en la lucha por salir de ella. Nuestros hombres públicos tienen que atender a sus negocios privados al mismo tiempo que a la política y nuestros ciudadanos ordinarios, aunque ocupados en sus industrias, de todos modos son jueces adecuados cuando el tema es el de los negocios públicos.
Puesto que discrepando con cualquier otra nación donde no existe la ambición de participar en esos deberes, considerados inútiles, nosotros los atenienses somos todos capaces de juzgar los acontecimientos aunque no todos seamos capaces de dirigirlos.
En lugar de considerar a la discusión como una piedra que nos hace tropezar en nuestro camino a la acción, pensamos que es preliminar a cualquier decisión sabia.
De nuevo presentamos el espectáculo singular de atrevimiento irracional y de deliberación racional en nuestras empresas: cada uno de ellos llevado hasta su valor extremo y ambos unidos en una misma persona, mientras que, por igual caso, en otros pueblos, las decisiones son el resultado solamente de la ignorancia o solamente del espíritu de aventura o solamente de la reflexión.
La palma del valor corresponde ser entregada en justicia a aquéllos que no ignoran, por haberlo experimentado en carne propia, la diferencia entre la dureza de la vida y el placer de la vida; y que, sin embargo, no ceden a la tentación de escapar frente al peligro. Si nos referimos a nuestras leyes, ellas garantizan igual justicia a todos, en sus diferencias privadas. En lo que respecta a las diferencias sociales, el progreso en la vida pública se vuelca en favor de los que exhiben el prestigio de la capacidad. Las consideraciones de clase no pueden interferir con el mérito. Aún más, la pobreza, no es obstáculo para el ascenso. Si un ciudadano es útil para servir al estado, no es obstáculo su origen ni su condición.
La libertad de la cual gozamos en nuestro gobierno, la extendemos asimismo a nuestra vida cotidiana. En ella, lejos de ejercer una supervísión celosa de unos sobre otros, no manifestamos tendencia a enojarnos con el vecino, por hacer lo que le place. Y puesto que nada está haciendo opuesto a la ley, nos cuidamos muy bien de permitirnos a nosotros mismos exhibir esas miradas críticas que sin duda resultan molestas. Pero esta liberalidad en nuestras relaciones privadas no nos transforma en ciudadanos sin ley. Nuestras principales preocupaciones tratan de evitar dicho riesgo, por lo cual nos educamos en la obediencia de los magistrados y de las leyes. Un ejemplo de lo expresado es el referente a la protección a los minusválidos, ya sean los inscríptos en el padrón del estatuto, ya sean los amparados por ese otro código que, a pesar de no estar escrito, no puede ser violado sin condena.
Más aún, disponemos de recursos numerosos conque la mente se pueda distraer del negocio.
La elegancia de nuestras construcciones forman una fuente diaría de placer y nos ayudan a desterrar el aburrimiento, mientras esa magnificencia de nuestra ciudad atrae a los productos del mundo hacia nuestro puerto.
En lo referente a la generosidad nos destacamos asimismo en forma singular ya que nos forjamos amigos, más bien dando, en lugar de recibiendo favores.
Pero por supuesto, quien hace los favores es el más firme amigo de ambos, de manera de mantener al amigo en su deuda, mediante una amabilidad continuada. Mientras que el deudor se siente menos atraído puesto que se da cuenta que la devolución que él ofrece es un pago casi obligado pero no una libre dádiva.
Y son solamente los atenlenses quienes sin temor por las consecuencias abren su amistad, no por cálculos de una cuenta por saldar sino en la confianza de la liberalidad.
En pocas palabras resumo que nuestra ciudad es la escuela de Grecia y que dudo que el mundo pueda producir otro hombre que dependiendo sólo de sí mismo llegue a su altura en tantas emergencias y resulte agraciado por tamaña versatilidad como el atenlense.
Y ésta no es una mera bravata lanzada en esta ocasión favorable, sino que es la realidad de los hechos, considerando el presente poder de Atenas que esos hábitos conquistaron.
Porque solamente Atenas ha llegado a ser superior a su fama y es la única que, en ocasión de ser asaltada, no ocasiona pudor en sus antagonistas cuando ellos resultan derrotados.
Ni sus mismos enemigos cuestionan su derecho, obtenido por mérito, de poner de manifiesto su imperio.
Más bien la admiracíón de la edad presente y de la futura estará dirigida hacia nosotros dado que no hemos dejado nuestro poder sin testigos.
Antes bien, han quedado de él testimonios gigantescos.
Lejos de necesitar a un Homero como panegirista ni otro poeta con habilidades artísticas tales, que sus versos puedan encantar por un momento (aunque la impresión que dejan se derrite luego frente a la realidad), nosotros hemos obligado a cada tierra y a cada agua que se transforme en la ruta de nuestro valor. Y hemos dejado en todo sitio monumentos, de una índole o de otra, imperecederos, detrás nuestro.
Esta es la Atenas por la cual estos hombres han luchado y muerto noblemente, en la seguridad de contribuir a que no desfallezca.
Ver discurso completo: en http://usuarios.lycos.es/politicasnet/pericles.htm
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