Aquí hace 25 siglos en la Isla de Samos y en otras colonias griegas que se desarrollaron en el antiguo Mar Egeo hubo un glorioso despertar ... de pronto hubo personas que pensaron que todo se componìa de átomos, y que los seres humanos así como los animales habían evolucionado a partir de formas más elementales.
Que las enfermedades no eran causadas por los demonios, ni por los dioses, que la tierra no era más que un planeta que giraba alrededor de un sol, que estaba muy lejano.
Aquì en el siglo sexto antes de Cristo. se desarrolló aquí una idea, una de las más grandes ideas de la raza humana, se alegaba que el universo era conocible, ¿por qué?, porque había un orden, porque hay reglas en la naturaleza que permiten descubrir sus secretos.
La naturaleza no era del todo impredecible, había leyes, que incluso hasta la propia naturaleza debìa obedecer.
A este ; este carácter ordenado y admirable del universo fue llamado “el cosmos”, y se le colocò en completa contradicción con la idea de “caos”; este fue el primer conflicto que conocemos entre la ciencia y el misticismo, entre la naturaleza y los dioses;
Pero ¿por qué aquí?, ¿por qué en estas remotas islas y calas del mediterráneo oriental?, ¿por qué no en las grandes ciudades de la India, Egipto, Babilonia, China o Centroamérica?; porque todas esas ciudades estaban en el centro de antiguos imperios, de costumbres antiguas y hostilidad a las nuevas ideas. Aquellas civilizaciones tenían sus formas fijas y estaban cerradas a ideas nuevas.
Aquí, en Jonia, había una gran cantidad de islas y ciudades recién colonizadas, el aislamiento aunque no sea total, propicia la diversidad, ninguna concentración de poder aislada podía forjar a la conformidad, la libertad de investigar, fue posible, estaban más allá de las fronteras de los imperios. los mercaderes, los turistas y navegantes de África, Asia y Europa, se reunían en los puertos Jònicos para intercambiar mercancías, historias, leyendas e ideas. Existia una vigorosa y embriagante interacciòn de tradiciones, prejuicios, idiomas, lenguas y dioses;
Estos pueblos estaban dispuestos a experimentar, cuando se está abierto a poner en cuestión rituales y viejas tradiciones encontramos que una pregunta conlleva a otra.
El Marduk de los babilonios y el Zeus de los griegos eran considerados cada uno como el rey de los dioses y el señor de los cielos; se podìa suponer que por lo menos unos de ellos hubiera sido inventado por los sacerdotes ... pero ¿sí lo era uno, por qué no los dos?, de forma que aquí fue donde surgió la gran idea, la comprensión de que podía haber formas de conocer el mundo sin la hipótesis de los dioses, que podía haber principios, fuerzas, leyes naturales, a través de las cuales se podía entender el mundo sin tener que atribuir la caída de cada gorrión, a una intervención directa de Zeus; este lugar donde naciò la ciencia, por eso estamos aquí.
El poder político estaba en manos de los mercaderes que promovían la tecnología de la que dependía su prosperidad, los precursores de la ciencia fueron los mercaderes y artesanos asì como sus hijos.
TALES DE MILETO Y EL COMIENZO DE LA FILOSOFÍA:
El primer científico jónico se llamó Tales y nació precisamente allí en la ciudad de Mileto, había viajado por Egipto y era versado en la sabiduría Babilónica. Según Aristóteles, a Tales se le considera el iniciador de la filosofía por haber sido el primero que, al preguntarse sobre el origen y principio de las cosas, concretó, de manera objetiva, el problema con el cual daría comienzo la actitud filosófica que busca explicaciones racionales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTARIOS: